Capítulo 3

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Cellbit había notado varias cosas

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Cellbit había notado varias cosas. Roier tenía un serio problema con su personalidad, en un momento estaba feliz y al otro momento se encontraba con ansiedad, su rostro cambiaba a uno sereno para volver a uno nuevamente de felicidad, era raro. Había despertado de nuevo, otra noche había pasado y no pudo evitar hacer una mueca de asco al sentir el olor de putrefacción entrar a sus fosas nasales. 

 Bajo sus orejas al oír un sonido asqueroso del mismo lugar de donde venía dicho sonido. Se levantó del suave pasto verde para dirigirse con lentitud al ruido, tragó saliva al sentir como una pequeña telaraña caía en su nariz. Sudó frío al ver como delante de él unos grandes ojos rojos sangrientos observaban su ser. La luz de la luna alumbró ahora a la gran araña que se encontraba frente a él que devoraba a un chico de su misma estatura, no supo decir con exactitud cuál ser era ya que no tenía cabeza ni piernas.

Una gran araña negra de un tamaño demasiado grande. Supo que era Roier al oír los chasquidos en esos dientes manchados de sangre, además de ver sus mismas cicatrices. Podía escuchar como siseaba mientras envolvía el cuerpo en una gran telaraña aún mirando fijamente sus ojos azules. Cellbit supo que quería acercarse a él, miedo... recordaba que alguien le había dicho que la araña podía olfatear el miedo y eso generaba una excitación en este mismo.

El Khajiita se quedó sin moverse observando como la araña movió sus ocho patas tan rápido que sus dientes filosos rozaron la cara de Cellbit. Los ojos de Cellbit se encontraban dilatados al ver al arácnido frente a él, era en cierta forma... atrayente porque nunca había visto esa forma en persona. Quiso tocarlo, sin embargo el chasquido de dientes daba a entender que no sería lo mejor para sus manos. Cuando los chasquidos pararon, los músculos del arácnido se relajaron y sus ojos rojos miraron al gato con duda, sin percibir ningún olor a miedo.

Silencio. Puro silencio...

Cellbit observó y admirando a la araña alzó su mano intentando tocarlo como hace unos segundos, no pudo. Roier chilló bajo y se alejó hasta quedar nuevamente con su comida. Cellbit suspiró, no podía ser tan fácil después de todo. Se acercó con lentitud aún arrugando su nariz por el horrendo olor, viendo como ahora la araña no estaba concentrado en él ,si no en comer.

Miro los cabellos de la araña, suaves... muy suaves. Algo que no pudo evitar fue sentir un escalofrío al ver como habían más cuerpos tirados en el suelo, ¿Tanta hambre tenía?

— Roier... — Llamó y la araña alzó la cabeza. Si, al parecer si estaba muy consciente de lo que hacía. — Sentes-te bem? — Preguntó, pero la araña solo lo miro antes de seguir comiendo. — ¿Estás bem? — Dijo ahora en español. La araña siseó.

Pudo ver como el tamaño de la araña fue disminuyendo poco a poco hasta quedar con un Roier humano tosiendo demasiadas veces. Cellbit miró la espalda desnuda del chico con pequeños manchones rojos.

— ¿Você se lastimó? — Habló cuidadosamente mientras se acercaba con cuidado.

— Estoy bien pendejo. — Gruñó. — Deberías estar mimiendo. —

-𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐚𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐚𝐭ó 𝐚 𝐥𝐚 𝐛𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚.-  𝙶𝚞𝚊𝚙𝚘𝚍𝚞𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora