Capítulo 5

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Sus dientes se clavaron en el pescado y sus orejas se movieron escuchando las hermosas aves cantar, pero sus ojos azules estaban fijos en otra cosa

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Sus dientes se clavaron en el pescado y sus orejas se movieron escuchando las hermosas aves cantar, pero sus ojos azules estaban fijos en otra cosa. Roier se encontraba tarareando con lentitud una canción ¿De cuna? Cellbit realmente no comprendía, pero el verlo cantar era tranquilizante. Todo estaba bien hasta que escuchó un chillido de dolor venir de uno de los pajaritos que estaban cantando hace unos segundos, inmediatamente supo el porque. Hizo una mueca de asco al ver como dicha araña le había lanzado una telaraña para llevarlo a sus manos y arrancarle la cabeza con sus colmillos.

— Pare com isso! — Gruñó Cellbit.

— ¿Parar con que? — Pregunto Roier mientras masticaba los restos del pajarillo. 

— Pare de comer tudo que se move! — Gritó.

— Uy, lo siento, perdón. — Habló con cierto tono que hizo enojar más al khajiita. — Solo hago que tengan miedo para que dejen de joder, los pinches imbeciles pueden en cualquier momento avisarle a los otros pajarracos gigantes que aparecieron ayer. —

— E por que o medo? — Preguntó Cellbit con seriedad.

— Porque es lo que hago pendejo.. "Í pur qui i mido" — Repitió tratando de sacar afuera su "lenguaje" — Aquí atacas primero o te mueres, así de sencillo, ¿Cómo lo ves? —

— São animais indefesos. — Protestó.

— Mira pues, las arañas también lo son y a la gente le vale madre, los pisotean, los matan, pobres seres, ¿Verdad? — Sonrío Roier mostrando sus colmillos ensangrentados. — Además como te dije antes, ¡Pedazo de caca sordo! — Aumentó su tono. — Estos culeros son aves que pertenecen a los otros dos hermanotes, ¿Vale? — Afirmó. — Por ejemplo, si tenemos casualmente sexo nos verán y avisarán a los demás, ¿Ya entendiste mi amor? ¿O quieres que te lo repita? —

— Por que você sempre pula de repente para a parte da relação sexual? — 

— No me cambies de tema, pinche perro todo imbécil wey. ¿Entendiste o no? —

El khajiita lo único que hizo fue asentir en silencio, pudo sentir como su sangre hervía al ver como el contrario sonreía con superioridad al ganar la batalla. Sin embargo, su enojo no duró mucho al ver la herida en el hombro de la araña ocasionada por el... cierto, ayer en el río, pero ahora era una cicatriz, ¿En tan poco tiempo había sanado? 

— Perdão por isso... eh.. nuevamente. — Habló Cellbit. Roier frunció el ceño.

— ¿Perdón por qué? —

— seu ombro. — Dijo. 

Roier no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa antes de soltar variadas carcajadas que confundieron a Cellbit. La araña solo se limpió una pequeña lágrima que salía de su ojo.

— No seas tonto, no pasa nada. — Habló intentando recuperar el aire. — Es solo que-.. tu cara, parecías tan asustado. — Cellbit bufó mientras sentía como sus mejillas tomaban un color rojizo debido a la vergüenza.

-𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐚𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐚𝐭ó 𝐚 𝐥𝐚 𝐛𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚.-  𝙶𝚞𝚊𝚙𝚘𝚍𝚞𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora