Sus piernas se alzaban corriendo por todo el bosque, sostenía al pequeño demonio que empezaba a sollozar apretando la chaqueta del mayor. Este tenía una gran herida reciente en su cara, tropezó siendo jalado por una gran cadena dorada, siseó con dolor cubriendo el pequeño cuerpo con el suyo propio sabiendo lo que venía. Observó con enojo y terror al oso blanco con alas hermosas.
— ¡Ya basta tío! Deja de hacer tonteras y déjame ir. — Gritó el de ojos violetas apretando al pequeño.
Las cadenas lo apresaron haciendo que soltara a su creación, miró asustado como el chiquillo empezaba a dar chillidos bajos al sentir el frío de la noche. Intentó soltarse del fuerte agarre de las cadenas pero no pudo vencer a ese dios. Después de todo, el solo era un mago que jugaba a ser dios, o eso era lo que decían los cielos. Fue tirado con brusquedad al suelo y aún amarrado se intentó desatar de ese poderoso amarre. Gritó cuando vio como el oso alvino se acercaba lo suficiente a su pequeño para acercarle una espada de oro y listo para cortarle el cuello a la pequeña criatura no vió como un demonio se le tiraba encima.
Los ojos del mago brillaron al ver de quién se trataba. Foolish había aumentado su tamaño para golpear con fuerza al ángel quien al ver al demonio no tardó en dirigirse a Vegetta para clavarle la espada en su hombro donde yacía una marca con forma de tótem. El Gritó del mago no se hizo esperar y Foolish siseó con dolor al sentir lo mismo que su pareja. Por si no fuera poco el oso uso sus garras para atravesar el pecho del mago. La respiración de Foolish se cortó al ver como este mismo sacaba su mano manchada del líquido carmesí y con ello un pequeño fragmento violeta del pecho de su esposo.
— YOU BASTARD!!! — Gritó Foolish lanzándose sin pensar al alado que enseguida tomó de la chaqueta al mago quién siseaba todavía vivo, después de todo no moría. — VEGETTA!! — Gritó cuando vio como el ángel se llevaba a su pareja.
— Fool-... — Murmuró bajo antes de toser sangre el de violeta y Foolish sollozó al verlo desaparecer entre las nubes.
— Vegetta. — Llamó por última vez, pero nada pasó. El llanto del pequeño lo hizo reaccionar. — Roier? — Susurró corriendo al bebé que tenía los poderes de demonio y dios.
Y Foolish bajó su mirada hacía ahora el demonio araña. Sus ojos verdes se abrieron con terror y miedo, ¿Por qué tenía cuatro ojos rojizos? Olfateó el aire y supo que en ese momento que esa pequeña criatura había sido maldecida por los dioses, junto con Vegetta, porque Roier no iba a ser un demonio... sus manos temblaron y agarraron al chico quien dejó de sollozar al sentir el cálido pecho del mayor.
Y sin siquiera decir una palabra, se dispuso a cuidarlo. Vegetta no regresó, pero lo esperó, lo esperaría todo el tiempo necesario incluso si no volvía a ser el mismo, porque sabía que el dios no podía morir, pero no sabía lo estrictos y impulsivos que sería el cielo con él. Entonces temió, no podía hacer nada, no era un ángel, no era un dios y mucho menos era un mago, no podría ir a ese sitio para saber como estaría Vegetta.
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-𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐚𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐚𝐭ó 𝐚 𝐥𝐚 𝐛𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚.- 𝙶𝚞𝚊𝚙𝚘𝚍𝚞𝚘.
Fanfic- El que dome a la bestia se llevará un gran premio. Deben tener en su conciencia que si pierden serán devorados sin ninguna salvación por este mismo, una tan sola mordida te mataría con su veneno, si antes no te quita un trozo de piel. - 👉 𝙏𝙤𝙙�...