- El que dome a la bestia se llevará un gran premio. Deben tener en su conciencia que si pierden serán devorados sin ninguna salvación por este mismo, una tan sola mordida te mataría con su veneno, si antes no te quita un trozo de piel. -
👉 𝙏𝙤𝙙�...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Miles de pasos se oían por el terreno, pero solo eran de un ser. Cellbit parpadeó cansado recostado entre el cuello y la espalda de la araña, iban más rápido... gracias a la altura del contrario. Se había vuelto de noche y Roier no parecía querer descansar, pues seguía caminando y aunque Cellbit también fuera nocturno, realmente estaba demasiado cansado como para seguir.
Hace un momento la araña le había preguntado su nombre, pero como respuesta recibió silencio. Cellbit estando en esa posición pudo observar más de cerca a la araña, sus grandes colmillos estaban encogidos, no como en la batalla, sus ojos rubí brillaban en la oscuridad y se veían cansados también. Había una gran cicatriz en su cuello que definitivamente hizo que le llamara la atención, unas grandes garras...
El Khajiita bostezó intentando mantenerse despierto, sin embargo no tardó en soltarse de el hombro de la araña que lo hacía sujetarse y resbalar por toda la espalda de este mismo para caer en su parte arácnida. Los pelos suaves y cálidos de la araña hicieron que el mismo gato ronroneara, tanto frío de la noche lo había jodido completamente. Los pasos de Roier se detuvieron de golpe y empezando a chasquear sus colmillos ,se volteó, y solo vio la tierna imagen de un gato acurrucandose en su parte trasera. Dejó de mover sus dientes para parpadear con lentitud y suspirar.
Sus ocho patas se tiraron al suelo, él necesitaba dormir también. Sus brazos se cruzaron en la tierra haciendo una almohada para su cabeza, y sus cuatro ojos se cerraron lentamente, cayendo en un sueño profundo.
...
Los ojos azulados de Cellbit pronto se abrieron al sentir el típico frío en su cuerpo, miró a sus alrededores y vio la suave yerba, al lado de él se encontraba una enorme telaraña, confundido se sentó en el sitió en que se encontraba viendo como de entre la oscuridad de los arboles aparecía dicha araña ahora con su forma humana.
¿Siempre tenía una sonrisa pintada en su rostro? Cellbit miró su rostro curioso viendo como traía pescados recién cocinados, por instinto movió sus orejas y cola al sentir el olor a pescado. Roier se agachó en donde estaba sentado su contrario y le paso los dos pescados.
— Suponía que tenías harta hambre. — Habló Roier viendo como el Khajiita devoraba completamente el pescado. — Y no me equivocaba... suerte que soy la pinche eminencia de la caza. —
— Por que você caça para mim? —
— ¿Mm? ¿Puedes repetir? — Preguntó Roier.
— Por que você caça para mim? — Respondió Cellbit más alto aún comiendo.
— Es que eres bien pendejo. — Sonrío la araña. — No puedo dejar que mueras de hambre, bueno, de poder si, pero no quiero. ¡Además! No olvides que hay que esperar a que las frutas se maduren para después comerlas. —
Cellbit lo miró confuso luego de sisear al entender la indirecta. Roier solo se carcajeo seguido de lamer sus colmillos y mirar a otra parte cerrando sus ojos por unos segundos, el Khajiita no pudo evitar olfatear el olor inusual que tenía la araña, tenía un poco de su propio olor aunque no sabía si la propia araña sentía su olor, lo dudaba, pero no estaba seguro.