Capítulo 7

961 128 26
                                    

Sus pies descalzos tocaban la suave yerba que le ocasionaba tantas cosquillas en los dedos, abrazó con fuerza la chaqueta verde del khajiita que ahora se había vuelto a dormir a su lado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus pies descalzos tocaban la suave yerba que le ocasionaba tantas cosquillas en los dedos, abrazó con fuerza la chaqueta verde del khajiita que ahora se había vuelto a dormir a su lado. Tocó su abdomen viendo la camisa que aún se hallaba en este mismo ahora manchada de sangre. Su mirada se dirigió nuevamente al gato que mostraba toda la parte de arriba desnuda, solo en pantalones mientras soltaba pequeños ronquidos. Roier no pudo evitar formar una pequeña sonrisa, le alegraba verlo tan tranquilo.

Un suspiró lleno de estrés salió de sus labios completamente enojado por lo que pasó hace dos días. Solo esperaba a que llegarán de una vez a su destino porque enserio que odiaba cada vez que alguien se metía en su camino. La herida no se curó tan rápido como pensó, ayer seguía sangrando y hoy también la sentía, no tan fuerte pero si la sentía.

Tocó con cariño la camisa blanca manchada de su propio tono carmesí y miró al dueño de esta que ahora movía lentamente la cola aún caído en un profundo sueño. Le parecía tierno que soltará pequeños balbuceos como si tuviera un lindo sueño.

— Cellbit... despierta. — Susurró Roier con cariño.

A diferencia de la otra vez. Cellbit abrió sus ojos con delicadeza y sin decir ninguna palabra se sentó en el césped seguidamente de tocarle con lentitud el abdomen en donde yacía la herida. Roier solo río al ver como Cellbit se había levantado solamente para comprobar si estaba bien.

— ¿Mm? ¿Qué sucede mi amor? — Habló burlón Roier mientras acercaba unas de sus manos a las de su contrario en donde estaba posada la herida. — ¿Estás preocupado? — Sonrío viendo como Cellbit andaba medio dormido. — Alguien se levantó con puro sueño. —

— Mhm...— Asintió Cellbit.

— Uy ¿Y estos músculos? ¿Son para mi? — Se burló Roier mientras tocaba los brazos llenos de cicatrices de Cellbit apretandolos a su gusto. El khajiita solo bostezo sin darle importancia, su cola se movió. — ¿Si? — Preguntó observando como su contrario se frotaba sus ojos para tratar de quitarse el sueño.

— Si... — Susurró bajito Cellbit mientras parpadeaba con lentitud seguido de levantarse y alzar su mano hacía el otro.

 Roier solo soltó una gran carcajada mientras agarraba la mano del gato que le había dado para que se levantará junto con él. Cellbit empezó a caminar para seguir con el viaje y Roier no tardó en seguirlo mientras apretaba la chaqueta verde con fuerza entre su cuerpo, sus ojos castaños se centraron en la cola del khajiita que nuevamente se movía con cada paso que daba. 

— Cellbo, ¿Esta chaqueta no te da calor? Ósea la única prenda que llevo puesta es esta cosa que es demasiado largo y tiene demasiada tela ¿Nunca te daba calor? Yo me estoy cocinando vivo. — Se quejó Roier viendo como Cellbit movía sus hombros desinteresado. 

 — Agradeça porque cobre quase todo o seu corpo. — Habló Cellbit en un tono molesto. La araña giró sus ojos.

— UY perdón. — Habló Roier frunciendo su ceño.

-𝐄𝐥 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐚𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐚𝐭ó 𝐚 𝐥𝐚 𝐛𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚.-  𝙶𝚞𝚊𝚙𝚘𝚍𝚞𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora