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•Loft de Luz•
-Suéltame Will- dice la morena con voz enojada mientras forcejea con las cuerdas que la atan de manos y pies a la cama estando desnuda.

-¿Por qué debería hacerlo cariño? - la ojiverde pasa sus dedos por los pequeños pechos de Luz, pellizcando los pezones suavemente -¿acaso no fuiste tú quien dijo que me compensaría?- sigue bajando sus caricias hasta su abdomen y da un beso en su obligo insertando su lengua en él -sabes bien que me afectó mucho enterarme que le pertenecerás a otra- se levanta para mirarla a los ojos que estallan con furia y deseo. La peli negra sabe muy bien que si desata a la mujer que tiene aprisionada, le darán un castigo ejemplar.

-Sabes bien que no le pertenezco a nadie, ni siquiera a ti- dice con voz seca, mientras suprime los gemidos de placer que le causan los besos de la otra que ahora bajan por su pelvis.

-Pero todas te pertenecen a ti ¿cierto?- tomó en su mano el pene erecto de Luz y la miró a los ojos deseosa, cómo si esperara una señal de aprobación por parte de la otra.

-Mételo en tu boca y saboréalo, es una orden- la voz dominate de Luz era lo único que Willow esperaba-

- Sí, ama- la sumisa llena de placer empieza a satisfacer a su ama que empieza a gemir descontroladamente y sin vergüenza alguna, cada vez su miembro se ponía más duro con cada lamida de la pele verde, sin embargo, los gemidos se detuvieron. Willow intento guiar su mirada al rostro su ama, pero lo único que pudo ver es que esta había logrado soltarse de su amarre de una de las manos.

-¿dije en algún momento que te detuvieras?- niega la sumisa con la cabeza para volver a su tarea mientras los movimientos de su ama revelan que se ha liberado de las sogas que la aprisionaban, paso seguido siente las manos de la morena tomar su cabeza para profundizar la estocada en su garganta, una, dos, tres y cuatro veces hasta que llegó al clímax pero no dejó salir quejido o gemido alguno.

Cuando liberó la cabeza de la peliverde la miró con una expresión que no logró descifrar - ponte en cuatro sobre la cama y no te vengas hasta que yo no te lo permita- le ordena la morena otra vez con su miembro erecto.

La vagina de la ojiverde gritaba por atención, por ser penetrada por el gran pene de Luz, pero ésta tenía otros planes. Comenzó a tocarla con sus dedos viendo lo mojada que estaba e insertó el índice sin previo aviso, se puso de rodillas frente la imagen del trasero de la peli negra y comenzó a lamer su clitoris mientras seguía la penetración con su dedo índice. Esto la estaba llevando al límite pero no era suficiente, necesitaba más de la otra, necesitaba tenerla adentro, penetrándola con fuerza - Luz, por favor... déjate de juegos y entra de una vez- exclamaba cómo podía entre gemidos

-¿Me llamaste por mi nombre?- la morena detiene todos sus movimientos y aleja todo tacto con la pálida de cabello azabache quien empieza a desesperarse.

-Ama... por favor... hágame suya- logra decir entre gemidos.

Se inclina sobre su espalda susurró, rozando su pene con el trasero de la otra -Entiende que eres mía y haré lo que me plazca contigo... pero me apiadaré de ti- entonces entró con fuerza de una sola estocada que hizo a Willow gritar de placer que se mezcla con dolor.

Empezó a moverse rápidamente y entre estocadas daba fuertes nalgadas a la contraria que le enviaban fuertes olas de placer -Ama... por favor... estoy... a punto de...- No pudo terminar la petición a su ama por haber llegado al clímax y estaba a punto de caer rendida a la cama pero no sé lo permitieron, las estocadas siguieron con fuerza.

-¿No te dije...que no podías... venirte ...sin mi permiso?- le decía entre nalgadas y estocadas -no creas...que te librarás... del castigo-
Seguía penetrándola una y otra vez, parecía insaciable, sin embargo, se detuvo; con el cuerpo de la otra vibrando por la sobre estimulación, sacó su miembro aun erecto y la empujó sobre la cama con desdén, lo cual ésta agradeció porque necesitaba descansar y dejar que los corrientazos de placer recorrieran su cuerpo con tranquilidad.

Giró su cuerpo sobre la cama aún sintiendo su cuerpo entumecido y cuando abrió los ojos, se encontró con una ama molesta e insatisfecha.
-Yo...- empezó a decir con miedo en la voz -lo siento mucho- Luz sólo la miraba fríamente mientras calmaba su respiración, Willow atinó a bajarse de la cama y ponerse de rodillas en posición sumisa -ama, le pertenezco y no merezco placer antes que el suyo, por favor castígueme- le dijo la sumisa sin mirarla a los ojos y esperando su ama se calmara.

Solo se escuchó una respiración fuerte en la habitación, provenía de Luz que aún miraba con rabia a la contraria por haberla desobedecido; Willow no se atrevía a levantar la mirada.

-Vístete, no va a pasar nada más- dijo para girarse sobre sus talones y dirigirse al baño de la habitación.

Willow se quedó perpleja ante la actitud de Luz y salió tras ella para alcanzarla en el baño donde la encontró tomando una ducha fría, todos sabían que a la morena no le gustaba terminar el trabajo que alguien más empezó, en todos los sentidos.

-Cariño ¿puedo acompañarte?- el juego de ama y sumisa había terminado -puedo hacerme cargo de tu amigo- señaló el pene de la morena.

-No, por favor vete- siguió en la ducha, dándole la espalda a la otra, mientras el agua caía en su rostro y recorría su tonificado cuerpo.

-Está bien- la azabache sabía que no debería insistir, no si no quería ver a la morena realmente enojada. Cuando salía del lugar se cuestionó la verdadera razón de la molestia de Luz, pero la sacó de su mente tan pronto como buscó en su celular el número de su prometida.

-Hola cariño, ¿quieres jugar al gato y al ratón?- esperó la respuesta - yo seré el gato- se escuchó una carcajada del otro lado y luego una respuesta afirmativa -voy en camino- guardó su celular en el bolsillo de su abrigo para ingresar al ascensor y dirigirse donde "la otra Noceda"

Mientras nadie veDonde viven las historias. Descúbrelo ahora