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-¿cuál es el problema Emili?- el tono de voz amable de la morena impresionó a la rubia.

-Señorita No...noc...- Luz levantó la ceja mientras Emily titubeaba, no sabía cómo referirse a ella pues ya le habían informado a través del comunicador que no mencionara su nombre -las señoritas no tienen invitación al club ni se encuentran incluidas en la lista de autorizados- acertó a decir sin tartamudear.

La morena miró al par de hermosas chicas -te equivocas Emili, ellas son mis invitadas y las estaba esperando- les sonrió a las chicas de cejo fruncido que ahora la miran con un poco de sorpresa.
-P pero ellas no han sido sometidas al comité de aceptación del club y además no tenemos lugares disponibles- las chicas vuelven a fruncir el ceño, al parecer la rubia le había ganado la partida a la guapa morena.

-Pues acaban de hacerlo y por la mesa no te preocupes- miró con superioridad a la empleada,  para luego volver su vista a las peliverdes fascinadas con su irresistible sonrisa -¿Señoritas? Si me permiten...- extendió los brazos para que cada una se tomara de uno y guiarlas a dentro del lugar.

-Que rubia tan pesada- exclamó la peli verde más alta -e impertinente. Tú por otro lado...- detuvo el paso para mirarla más detenidamente -tú no estás nada mal- dijo de modo coqueto provocando una pequeña risa en la morena, lo que la invitó a acercar sus rostros -¿acaso eso fue una risita nerviosa?-

-¿Cómo no estaría nerviosa con un par de mujeres tan hermosas?- le respondió Luz haciendo reír a la mayor de las hermanas y cuando se giró a ver a la menor, la encontró hecha un manojo de nervios y con la cara roja como un tomate.

Algo se movió dentro de Luz cuando vio a la chica sonrojarse por un simple cumplido ¿aún existían chicas así? Una voz familiar la sacó de su trance -Kiddo, el show empezará en breve, ¿lo verás desde la barra?- entra Eda por detrás de las tres chicas, impresionando a las Blight con su apariencia. La Dama Búho es una mujer de unos 50 años y un cabello abundante y canoso, su cuerpo es el que cualquier treintañera soñaría de piel, más blanca que la de las ojiambar y de sus labios sobresale un colmillo de oro que extrañamente le queda bien.

-Dile a Sam que envíe a alguien a preparar mi mesa, esta noche tengo compañía- ordena la morena con tranquilidad mientras dirige al par a la barra.
-Pues yo misma me encargaré de que todo esté perfecto- dijo retirándose y con una gran sonrisa en su rostro.

-¿Kiddo?- pregunta Amity desconcertada por el raro nombre de la morena, mientras la miraba a los ojos chocolate esperando un explicación.

-Así me llama Eda desde que nos conocemos, hace referencia a kid, pero con su toque- le responde con una sonrisa amable, aunque no era su plan revelar su nombre, quería saber el de las chicas, especialmente el de la más baja.

-Sí, funciona como el tuyo Mittens- interrumpió Amelia, lo cual hizo sonrojar nuevamente a su hermana menor pero esta vez por la vergüenza de revelar su apodo familiar.

-¿Mittens? Y a ti ¿cómo te llaman?- Luz se da cuenta que la menor de sus compañeras se había incomodado con el comentario de su hermana e intentó igualar la balanza.

-M Mel, le dicen Mel- dice por fin Amity.

-Pues Mel me parece muy bonito, pero esta linda chica y yo te ganamos en originalidad- dijo riéndose y rodeando a la menor con su brazo por los hombros. -¿cierto Linda?- la morena le acerca al oído de la chica con el rostro ruborizado y le susurra -no te llamaré por un nombre que no te guste... jamás- esto hace que Amity se sorprenda y la mire fijamente, mirada que fue correspondida.

Mientras nadie veDonde viven las historias. Descúbrelo ahora