Mientras nadie ve

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•Le Mont•
-¿Me dirás con quién estabas?- le pregunta Lucía a su hermana menor, mientras esperaban en la mesa a qué llegaran sus padres.

-¿Me creerías si te digo que no lo sé?- dice Luz con una pequeña sonrisa que cubre al tomar de su copa de vino.

-No me sorprendería, que fuese una de tus esclavas- la conclusión de la mayor no podía estar más alejada de la realidad pero su hermana no la culpaba, sus antecedentes le daban fundamento al razonamiento de Lucía.

-No son esclavas, son sumisas- le aclaró algo molesta - y Mitty no es una de ellas- Luz se percató de su afirmación y se sorprendió al notar lo categórica que fue. El breve momento en que consideró unirla a su lista de sumisas desapareció de inmediato y ahora considera el simple planteamiento absurdo.

-Bueno, me sorprende que no lo sea, pero me alegra- el comentario llamó la atención de Luz quien la cuestionó con la mirada -No me mal entiendas, no me interesa, pero me alegra que haya alguien que puedas ver con ojos diferentes-

-No te ilusiones mucho, no creo que nos volvamos a ver, ni siquiera sé su verdadero nombre- Amity se había ido de su vida como había llegado, en un instante.

•Loft de Luz (Domingo en la noche)•

Ambas chicas estaban sentadas en la cama de Luz discutiendo sus teorías sobre la buena bruja Azura -¿Cómo puedes decir que Hecate no amaba a Azura desde que la vio?-reprochaba Amity con algo de molestia -Ella la amaba y por eso en los momentos en los que pudo tomar su vida no lo hizo- la morena la escuchaba atentamente mientras comía palomitas -ella simplemente... no sabía demostrar sus sentimientos-

-Sí lo sabía, sabía demostrar el odio que le tenía- esta vez era Luz quien explicaba su teoría -creo que la aprendió a amar cuando Azura le demostró que la amaba- para la morena el tema del amor no era fácil de discutir, no creía que simplemente pudieras amar a alguien con sólo con verlo.

-¿Cómo puedes ser tan obstinada?- Amity toma una almohada y golpea a Luz, quien de inmediato le devolvió el golpe con otra. -esto es Guerra- empezaron a golpearse con las suaves armas entre risas.

-Jajajajaja, tú empezaste- continuaron con el infantil juego, pero el celular se la peliverde empezó a vibrar repetidas veces interrumpiendo la batalla. Cuándo amity tomó su teléfono vio las llamadas perdidas de su padre, madre y hermanos, eran muchas y eso sólo significaba una cosa: estaba en problemas.

-Me tengo que ir- dijo con su cara más pálida de lo normal y buscando sus cosas por la habitación -estoy en serios problemas- la morena algo triste por la noticia se pone de pie y le entrega sus cosas.

-quédate con lo que tienes puesto, te llevaré a casa- se ofreció amablemente.

-¡No!- negó la peliverde inmediatamente

-¿No a la ropa o a llevarte?-

-A la ropa si, no a llevarme- explicó un poco más calmada. -Te conté que mi madre es muy estricta y si me ve llegar con alguien más, no quiero imaginar lo que nos pueda pasar- era cierto, pero tampoco quería que Luz viera dónde vivía y así deducir quién era.

-No te preocupes por mí, sé cuidarme y quiero llevarte- la verdad es que quería pasar más tiempo a su lado pero no lo iba a reconocer.

-pediré un Uber y te avisaré cuando llegue- se acercó a la morena -di que sí- la abrazó -por favor- algo en su interior le dijo que la cercanía era una buena herramienta para convencerla.