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Los rayos de sol alcanzaron su rostro, haciendo despertara por fin, el dolor de cabeza punzante la hace batallar con las suaves sábanas intentando encontrar una posición que le permita volverse a dormir pero su garganta seca pide líquido a gritos, su tolerancia al licor es poca y la fuerte resaca que sufre se lo recuerda.

Al abrir los ojos se encuentra con una habitación que no es la suya, empieza a entrar en pánico cuando ve su cuerpo semidesnudo cubierto por sábanas negras. Se levanta cubriendo su cuerpo con la suave tela en busca de su ropa, pero en el sillón ve un suéter y unos shorts que si bien le quedan un poco grandes servirán para dejar de andar en paños menores en un lugar que no conoce; cuando estaba terminando de vestirse escucha unos pasos y se gira asustada encontrándose a la sexy morena vestida de manera similar cargando una charola con un apetitoso desayuno.

-Recuperaste el conocimiento- se acerca lentamente a la peliverde con una sonrisa -anoche nos pasamos de copas pero nunca pensé que...- le entrega un jugo de naranja y dos pastillas -acabaríamos así, son analgésicos para el dolor de cabeza- Amity palidece ante las palabras de Luz.

-¿Tú y yo... pasamos la noche juntas?- pregunta la peliverde ahora más pálida de lo normal

-¡por su puesto! Y en la misma cama- la de ojos chocolate estaba disfrutando demasiado la cara de horror que puso la peliverde pero no podía dejarla sufrir mucho más. - No pasó nada. Perdiste el conocimiento en la limo antes de que me dijeras dónde quedaba tu casa- la tomó de la mano y la invitó a sentarse con ella en la cama -es por eso que te traje a mi casa-

-¿Y mi ropa?- pregunta ahora apenada.

-nuestra ropa sufrió un grave accidente gástrico al salir del ascensor- Amity quería que se abriese un hoyo en la tierra y que se la tragara para no tener que volver a ver a la sonriente morena frente a ella. -¿no recuerdas nada?- niega con la cabeza.

-¿Tan mal me porté?-

•hace algunas horas•

-Azul...- Amity se sostiene del traje de Luz -llévame a casa- algo decepcionada por la petición de la de tez pálida asiente.

-¿Dónde vives linda?- pregunta la morena mientras retira los cabellos que atraviesan el rostro de su acompañante.

-No, no a la mía... a la tuya- dice mientras disfruta las caricias de Luz en su rostro. -No quiero ver a mi madre-  la promesa que se hizo la castaña de no tocarle ni un pelo a Mitty le representa un gran reto en este momento, sobretodo si compartirían el techo.

-No creo que sea buena idea linda- intenta persuadirla aun si intuía que era causa perdida -no sé si llevarte a mi casa en este estado...- No quería aprovecharse de ella, no quería hacerle daño, no a ella.

Mientras buscaba una excusa para no acceder a su petición siente los labios de la peliverde posarse en los suyos, fue un toque suave y con sabor a sangre de manzana que la deja atónita, cuando la de ojos ámbar no siente que le devuelven el beso se separa e intenta alejarse de la inmóvil morena.

-No- Fue lo único que alcanzó a decir Luz mientras con una mano toma su rostro y con la otra la atrae desde su cadera para darle ahora un beso diferente, uno cargado de pasión. La sincronía de sus labios es perfecta, Amity muerde el labio inferior de la morena lo que la enciende, no cree poder detenerse, ahora pide acceso a boca de la otra con su lengua que de inmediato le es concedido, la lucha por el control es divertida.

El chofer les abre la puerta de la limosina e ingresan a esta casi sin separarse. Una vez adentro Amity se sienta a horcajadas sobre las piernas de Luz lo que le permite sentir su prominente erección contra su centro, lo que le saca un gemido que es ahogado por los besos de la morena, la peliverde empieza a mover sus caderas frotando sus sexos, ahora provocando un gemido en la morena -Mitty deténte- le suplica.

-¿por qué haría tal cosa?- continua la peliverde con sus movimientos y ahora besando el cuello de la morena -¿No te gusta?-

-Me encanta pero no creo poder contenerme- dice entre gemidos por el estímulo provocado por la chica sobre ella.

La ojiambar toma el rostro de la otra mirándola fijamente a los chocolate -No quiero que lo hagas- la morena asiente y vuelve a besarla cada vez con más pasión, esta vez dirige sus manos a los pechos de la otra acariciándolos primero sobre la tela de su vestido el cual después es apartado para dejar al descubierto los pezones de la menor que la invitan a succionarlos lo cual hace provocando un pequeño grito de placer en Amity.

La limosina se detiene y la ventana del chofer desciende lo suficiente como para que pase su voz pero no tanto como para revelar la escena protagonizada por el par - Señorita, hemos llegado- ambas chicas sueltan un gruñido de desesperación pero se acomodan su vestimenta para salir del auto desesperadamente, en el ascensor retoman los besos y las caricias.

Al ingresar al Loft empiezan a despojarse de su vestimenta con premura, cuando ambas se encuentran en ropa interior amity da un pequeño salto y rodea a Luz con sus piernas para que la otra la tome de ellas y la conduzca a la cama, el roce de sus centros las tiene desesperadas, se necesitaban urgentemente.

Cuando sus piernas chocaron con la cama Luz posa a Amity sobre esta sin romper el beso, las manos de la peli verde recorren la espalda de Luz con suaves caricias, pero de un momento a otro éstas se detuvieron, el beso apasionado dejó de ser correspondido y la conciencia de la ojiambar se había desvanecido.

-No puedo creerlo- dice Luz mientras llena el rostro de la bella durmiente en su cama de pequeños besos -te me escapaste- sigue acariciando cada centímetro de su cuerpo con la yema de sus dedos -No pude cumplir mi promesa, pero tienes suerte, no creo ser capaz de dejarte ir si continuábamos- la peliverde se gira buscando una posición cómoda -No te merezco- la nueva postura de la sexy mujer en su cama le recuerda de su prominente erección.

-Ni si quiera una ducha helada podrá bajar esto- se dirige a la ducha derrotada para por primera vez en mucho tiempo darse placer. El agua caliente recorre su cuerpo mientras toca su miembro, el recuerdo de los hechos recientes la excitan tanto que no requiere de mucho para alcanzar el tan esperado clímax, se sorprende por la facilidad y termina de ducharse. Cuando sale del baño se debate entre dormir en el sofá o junto a la hermosa e inconsciente chica, gana la segunda opción.

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A las 10 de la mañana se despierta con una desconocida en sus brazos pero cuando recuerda la noche anterior, se permite disfrutar de la vista unos cuantos minutos antes de levantarse para preparar el desayuno y ordenar  un poco el lugar.

Al encontrarse con el arrugado vestido de Mitty en el suelo decide ponerlo a lavar para que sirviera como prueba de su inventada historia, si ella recuerda algo de lo pasado la noche anterior le hará creer que es producto de su imaginación.

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