~Capitulo 9~

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Aún no me lo creía... habia sacado un 5'75 sobre 10 en el trabajo.
¿Esa era realmente mi nota? ¿No se le había estropeado la calculadora ni nada?

Estaba de pie frente a la mesa de la señorita Mendeleiev mientras miraba con asombro mi nota con el trabajo que había realizado en mis manos.

Escuché un suspiro de cansancio por parte de la profesora...

-Chica, la nota no va a cambiar por arte de magia aunque la mires tanto -dijo la profesora tan amargamente como de costumbre.

Yo la miré con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Bromea? Es la primera vez que apruebo algo de física y química, no cambiaría está nota por nada -le entregué muy orgullosa de mi misma el trabajo a la profesora y me giré para dirigirme a mi asiento.

Adrien me miró con los dos pulgares levantados. Yo intuí que estaba celebrando el esfuerzo de mi aprobado, pues la gran parte de ello era gracias a Adrien, que había malgastado su preciado tiempo para enseñarme lo que a mí me parecía todo un enigma.

Hice el mismo gestó alegremente mientras seguía mi camino hacia mi asiento.

Esto mi madre no se lo creería... debería haberle sacado una foto.

...

Estaba eligiendo la ropa que iba a ponerme para quedar con los chicos y las chicas a ver aquella película de la que hablaba Nino cuando me llamó Alya.

Yo algo confundida descolgué la llamada y me puse el teléfono en la oreja, sentándome en la silla de mi escritorio.

-¿Alya?

-_____, necesito que hagas una cosa por Marinette, es súper importante...

-Ve al grano -dije directamente mientras ponía los ojos en blanco.

-Pues queremos, Nino y yo, dejar a Marinette y a Adrien a solas para ver si ella se anima y da el paso -la morena hizo una pausa, pues había hablado muy rápido-. ¿Podrías decir que no irás tú tampoco? Invéntate una excusa, ¡por favor!

-¿Es enserio, Alya? ¡Justo ahora estaba preparándome para ir! -exclamé fastidiada mirando la ropa que se encontraba en el sillón de mi cuarto.

-¡Por favor, ______! Podemos quedar Nino, tú y yo siquieres; te invito a un chocolate caliente -dijo la morena, se le escuchaba desesperada.

Yo di un largo suspiro y giré en la silla del escritorio hasta parar frente a la mesa y apoyar los codos en esta.

-Esta bien... salgan Nino y tú, no voy a ser la tercera rueda -dije en tono obvio y reí, escuché un «jeje» desde la otra línea-. Pero me te tomo la palabra con lo del chocolate caliente, ya me lo contaré.

-Esta bien... después te llamo para contarte que tal le ha ido a Marinette, ¡chau! -y dicho esto colgó.

Planes fastidiados... ¿Ahora que hacía? Le había dicho a mi madre que iba a salir... así que supongo que es lo que haré.

Me puse lo primero que vi, (unos jeans negros con una blusa blanca) y después de ponerme los zapatos, agarrar mi móvil y las llaves salí del edificio para adentrarme en las calles de París.

La bella París.

Lo cierto es que echaba de menos mi país natal... al igual que a mis primos y a mis tíos, pero sentía que había conseguido un hogar aquí.
Y esa sensación era muy gratificante para mí.

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⏰ Última actualización: Apr 13 ⏰

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"ᴡʜᴇɴ ɪ ꜱᴇᴇ ʏᴏᴜ" || Chat Noir y tú. 💟✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora