capítulo 7; confesiones

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-¿Qué gilipollez es esta?
-Sh, va a ganar Adri.
-Me apuesto diez euros a que gana Ibai.
Le tendí la mano a Martí para firmar nuestro pacto y seguimos mirando quién de los dos aguantaba más mirándose fijamente sin pestañear. Javi acababa de volver de dejar a Nadia durmiendo en la habitación y no entendía nada. Al final Ibai pestañeó, y ganó Adri.
-¡Bien! Dame mi dinero -dije levantándome casi de un salto. Spursito me lo dio mientras regañaba a su amigo.
-He perdido dinero por tu culpa, no vuelvo a confiar en ti.
-¡Es que no cerraba los ojos nunca!
-Da igual, tú no tendrías que haberlos cerrados.
Javi se puso una mano en la cintura mirándonos fijamente, como una madre que va a enfadarse con su hijo.
-Ya se ha ido todo el mundo, no os voy a echar, pero iros ya a dormir.
-¿Dónde dormimos?
-Sois cuatro, dos en el cuarto de invitados y dos en los sofás.
-¿Quién duerme en la habitación?
-No lo sé y no me importa, buenas noches.
Se fue, harto de nosotros.
-Yo me pido cama.
-Yo también.
Los cuatro salimos corriendo hacia la habitación. Pero yo e Ibai nos paramos en el salón ya que Martí y Adri llevaban demasiada ventaja respecto a nosotros. La que salí perdiendo fui yo. Ibai se tumbó en el sofá y el otro era demasiado pequeño para tumbarme. Pensé en irme a dormir a una tumbona que había en el patio, pero acabaría con una pulmonía.
-Por fin solo, joder -dijo Eric hablando solo hasta que me vio-. Pues todavía no.
-Es que yo ahí no quepo, como duerma ahí me parto la espalda.
-Pues echa a Ibai al suelo y te duermes ahí.
-No le puedo hacer eso, pobrecito. ¿No tenéis otra habitación?
-No.
-Pues voy a ver si me puedo dormir sentada. -Me fui a sentar pero no me dejó.
-Puedes dormir en mi habitación.
-¿Contigo?
-Claro, ponemos una almohada en medio.
-Venga. -Le cogí una mano y le llevé a su habitación.
-No me voy a perder en mi casa eh.
-Es por si me caigo yo por las escaleras.
Llegamos arriba y vi que estaba mirando hacia abajo.
-¿Por qué me miras los pies?
-¿Los pies? -Me miró a punto de reírse y yo no entendía por qué.- Em, porque los tacones son bonitos.
-Ah, vale.
Entramos a la habitación y encendió una luz pequeña.
-¿Quieres una camiseta y un pantalón?
-Sí.
Se puso a buscar la ropa y empecé a mirar bien su habitación. Tenía algunos marcos con fotos con su familia y una con Messi. Tenía una camiseta de su equipo colgada en una silla, pero no era la de la Kings League.
-¿Y esta camiseta?
-Es del XBuyer Tema de fútbol sala.
-¿Tenéis un equipo de fútbol sala?
-Sí.
-Es muy bonita.
-Gracias, supongo.
-¿Puedo dormir con ella?
-¿Para qué?
-Es que me gusta.
-Vale, vale, póntela. -Me tiró unos pantalones y abrió la puerta.
Fui al baño y me cambié. Volví y toqué la puerta dos veces para no volver a vivir un momento como el anterior.
-Pasa.
Entré y me senté en la cama. Eric ya se había cambiado y llevaba unos pantalones de pijama largos y una camiseta blanca que parecía vieja.
-Vamos a hacernos una foto.
-¿Para qué?
-Para subirla a Instagram que no te he felicitado.
-Me vas a felicitar tarde, ¿no?
-Da igual. Ponte.
Nos hicimos la foto y la edité para subirla. "felicidades niño @ericruiiz ❤️" fue lo que escribí en la foto, ni subir algo ni elegir esa foto era buena idea, pero ¿y qué?
-Se va a liar.
-¿Por qué?
-Por la camiseta.
Los medios se harían eco y muchos colaboradores me criticarían.
-Me da igual.
-¿De verdad?
-Ahora sí, probablemente mañana me arrepienta.
-Estás a tiempo de no subirla y no arrepentirte.
-¿Tú lo harías?
-Yo no, si hago las cosas pensando en las consecuencias no viviré nunca. Pero no tenemos la misma vida ni somos iguales.
Esa frase se me quedó tatuada en el alma. Quizás tenía que vivir así, pidiendo perdón antes que permiso. Quizás esa era la única forma de vivir de verdad.
La publiqué, sin pensarlo más, y dejé el móvil. Puse la almohada en el medio y nos tumbamos boca arriba. Soltó una risa antes de hablar.
-Te has puesto celosa de mi sobrina.
-No me he puesto celosa.
-Sí, ni siquiera has saludado cuando te has ido.
-No quería molestar.
-Además, me lo has reconocido.
-He bebido bastante, no soy responsable de lo que digo.
-Los borrachos siempre dicen la verdad.
Me callé porque no quería seguir con la conversación y cerré los ojos intentándome dormir.
-Estás celosa, y no me discutas. Pero vamos, que eres la única con la que he dormido esta semana. Buenas noches.
Se me dibujó una sonrisa en el rostro que intenté ocultar.
-Buenas noches.
No éramos nada, pero yo sentía algo. Eso me decía que tenía que cortar de raíz, que tenía que protegerme por si no sentía lo mismo. No podía tener más problemas en ese momento. Pero algo me obligaba a no alejarme. Si hubiera pasado unos meses atrás pondría el ejemplo del amor de mis padres para confiar, pero ya no podía. Mientras seguía pensando acabé durmiéndome profundamente. Hasta que volvió la pesadilla.
Me volvía a ahogar. Estaba a punto de llegar a la tercera mano pero seguía sin ser capaz de cogerla. Sentía como me quedaba sin aire hasta que abría los ojos, pero esta vez no llegué a eso. Me desperté con algunas lágrimas y la respiración acelerada por el tacto de la mano de Eric en mi brazo.
-¿Estás bien?
-Em, sí, solo era una pesadilla.
-¿Qué pesadilla?
-De zombies.
-No me lo creo.
Con mi madre había funcionado, pero estaba claro que con él no funcionaría.
-Es una tontería.
-Da igual, cuéntamelo.
Me senté con él al lado, me puso una mano en el hombro intentando ayudarme. Al final me moría por contarle a alguien lo que me pasaba, y tenía la ocasión.
-A ver, es recurrente y en ella me ahogo. Mis padres y una mano que no sé de quién es intentan salvarme pero no llego a ninguna, después siento como me ahogo y me despierto muy mal, hoy no porque me has despertado tú antes. Desde hace poco me acerco más a la tercera mano pero no soy capaz de cogerla.
-¿Desde cuándo?
-Desde hace casi dos semanas.
-¿Más o menos desde que nos conocemos?
-Sí.
De hecho me acerqué nada más conocerle y mientras pasaban los días me acercaba más.
-Deberías contárselo a un psicólogo.
-No necesito ir al psicólogo.
-A lo mejor sí, pero eso no es malo. Es como ir al oftalmólogo, vas a que te miren si estás bien y si no a que intenten curarte.
-No es necesario.
-Bueno, tú piénsalo. Si no sabes a dónde ir te puedo ayudar.
Quizás tenía razón y debería pensarlo.
-¿Quieres salir al balcón a tomar el aire?
Asentí, me levanté y le enseñé una sudadera para preguntarle si me la podía poner.
-Ahora vuelvo -dije cuando asintió mientras me ponía la sudadera.
-¿Quieres que me salga contigo?
-No hace falta.
-Vale, voy contigo. -Salió y yo fui detrás de él. Nos sentamos cada uno en una silla. Los ojos se me seguían llenando de lágrimas, él estaba todavía adormilado y tenía la voz ronca.
Me miró a los ojos y se dio cuenta de que estaban cristalizados. Abrió los brazos y le abracé. Pasé las manos por su cuello y él me abrazó por la espalda. Era la primera vez que estábamos tan juntos. Me lo había esperado más sexual, como era con todos. Pero no, fue tranquilo y reconfortante. Me acordé de la anatomía del abrazo: en un abrazo los corazones estaban pegados el uno con el otro, solo separados por la piel y la ropa.
-A lo mejor no eras solo mono.
-¿Y qué soy? -Dijo riéndose.
-Buena persona. -Le miré a los ojos sin separarme del todo.- Perdón por no dejarte solo y en paz.
-Cuando estoy solo me aburro mucho y me como la cabeza. Es mejor estar contigo.
-¿En qué piensas?
-No sé, en si me estoy equivocando y tonterías así.
-Cuéntamelas aunque sean tonterías.
Cogió aire y bajó la mano a mi cintura.
-Me da miedo que todo esto se acabe y no sepa que hacer. No haber terminado bachillerato y que la gente tenga razón y luego no pueda encontrar un trabajo. Me raya ser una decepción para mis padres, no sé.
-A ver, aunque se te acabe la fama no te vas a quedar pobre. Y no conozco a tus padres, y a ti tampoco te conozco del todo pero creo no tienen motivos para estar decepcionados, de hecho tener todo esto con veintiún años es para que estén muy orgullosos.
-Espero que lo estén.
-Seguro que sí. -Me senté rompiendo el momento que me estaba haciendo cosquillas en la tripa y miré el amanecer. Empezaba un nuevo día, y supongo que ahí no solo empezó eso.

helou, publicando tarde pero más vale tarde que nunca. son monísimos🥹. estoy pensando en si naiara dará una oportunidad a la relación o huirá, ya lo decidiré. nos vemos en el siguiente capítulo, cuidaros🫶🏻
pd: la anatomía del abrazo es preciosa

polaris ; eric ruiz ☆♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora