capítulo 12; insomnio

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Abrí la puerta y fui hasta el salón, iba muy lenta pero estaba aprendiendo a cómo andar con las muletas. Dentro estaba mi padre, mis hermanos y mi madre. Mi cara tuvo que ser un poema.
-Si solo he bebido vino.
-¿Qué te ha pasado?
-¿Qué hacéis juntos?
-¿A que es increíble? -Dijo Milan mirándome con los ojos muy abiertos.
-¿Nos vamos a dormir? -Todos miramos extrañados a Sasha y él solamente levantó los hombros.- Me he despertado muy pronto.
-Te has despertado a las once de la mañana.
-¿Qué haces coja? -Repitió mi padre.
-Me he caído y me he hecho un esguince de primer grado. Ahora, ¿qué hacéis los dos en la misma habitación?
-Clara y yo lo hemos dejado, Milan se lo ha dicho tu madre y no sé por qué ha venido, no hacía falta.
-Encima que vengo a apoyarte.
-¡¿Lo has dejado con Clara?! ¡Vamos! -Sasha lo celebró como si fuese un gol en la final del mundial de su país.
-¿Te acabas de enterar?
-Estaba adormilado, no me he enterado de nada de lo que ha pasado.
Empezamos a hablar todos a la vez en diferentes conversaciones. Mi madre se cansó de escucharnos a todos como podía y empezó a hacer aspavientos con las manos.
-¡Callaros todos ya! Venga ir todos a dormir y yo me voy ya a mi piso.
-No te vayas, que es muy tarde.
Nos quedamos un momento en silencio. En el fondo, aunque se odiaran, siempre quedaría ese cariño.
-Vamos a organizarnos. Mamá duerme en la habitación de Naiara, papá en la nuestra y Naiara, Sasha y yo en la vuestra.
-No, eso no. -Mi padre intentó cambiar lo que había dicho Milan pero no terminó la frase cuando mis hermanos corrieron a la habitación.
-¡Voy despacio pero voy! -Grité cogiendo las muletas y saliendo de la habitación.
Pensé en quedarme a escuchar detrás de la puerta, pero la última vez que hice eso me salió muy mal. Fui a la habitación como buenamente pude y me puse un pijama de pelo dentro del baño. Cuando salí ya estaban los dos niños dormidos y arropados, desde que son pequeños han tenido el sueño más rápido y profundo del universo. Mi teléfono sonó mientras la pantalla se encendía, así que lo miré.

eric ruiz

Qué tal vas con las muletas?
menuda excusa de mierda para hablarme, pero bien
Es que he llegado a mi casa y me aburro, mi hermano no está
dónde está?
No sé, supongo que ya lo habrá arreglado con Nadia
yo tengo chisme, pero no se lo puedes contar a nadie
Cuál?
Cuéntamelo
Venga Nai

-Te ha llamado Nai, ¡te ha llamado Nai! -Susurró Milan sonriendo.
-¿No estabas dormido?
-Pero me he despertado y esto está interesante. -Cogió la tablet e hizo algo con ella de lo que no me enteré.

VIDEOLLAMADA ENTRANTE
eric ruiz

-Cógelo ya hombre.
-No. ¿Me has visto?
-Cállate.
Mi hermano pequeño contestó a los segundos sin dejar que pensara nada. Tenía cara de muerta y a Milan al lado cotilleando.
-Cuéntamelo ya.
-Mi padre lo ha dejado con Clara.
-¿Solo eso?
-Y mi madre está aquí y están hablando en el salón.
-¡¿Cómo?! ¡¿Y qué haces que no estás escuchándolos?!
-Prefiero no saber que dicen, a ver si no me va a gustar. Bueno, ¿qué haces?
-Me he puesto una película de Netflix pero es un aburrimiento.
Me explicó de que iba la película pero no le escuché. Me quedé mirándole mientras asentía, ¿era yo o estaba más guapo antes de irse a dormir?
-¿Tú que haces?
-¿Eh? -Me sacudí un poco cuando Milan me dio un codazo no muy fuerte.
-¿Qué haces?
-En la cama, a ver si me duermo.
-Hola -dijo mi hermano apareciendo en cámara.
-Hola Milan.
-Dice que está fea, ¿a que no está fea? -Muy bien, muy normal y disimulada la pregunta.
-No, siempre está preciosa.
Intenté ocultar la sonrisa que me salió, espero que no se me notara mucho.
-Normal, tenemos la misma sangre. -Los tres nos reímos y Milan me quitó el móvil.- Bueno, tengo sueño así que te voy a colgar, ¿vale? -Me enfocó a mí y me miró serio.- Dale las buenas noches.
-Buenas noches MiniBuyer.
-Buenas noches rubia.
Normalmente odiaba que me llamaran rubia, pero si lo decía él quedaba bonito.
El niño colgó y puso a cargar el móvil.
-¿Por qué le cuelgas? -Se lo dije hasta enfadada.
-Porque así le dejas con ganas de hablar contigo. Oye que cosa más bonita te ha dicho, creo que le gustas.
-Espero. -Me quedé parada porque lo había dicho sin pensar.- Bueno no espero, me da igual.
-Sí, sí. ¿Dónde se va a sentar en la cena de Navidad?
Le di con un cojín, apagué la luz y me tumbé colocando el cojín en la pierna mala. Habían pasado ya tres horas y no era capaz de dormir.

polaris ; eric ruiz ☆♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora