Por agradecimiento de las 4K de lecturas, os dejo dos capítulos más por aquí. Y os recuerdo que esto solo esta empezando.
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Dave Lombardi
Enterarme de lo que le estaba ocurriendo a Karla fue un golpe duro de asimilar. Mi cabeza no procesaba el como ha una niña tan pequeña le están haciendo esas atrocidades.
Cuando Ashley me comento lo sucedido lo único que supe que debía de hacer es cancelar todas las entrevistas y proyectos que tenia para hoy. Iba ha comentarle la situación a Victoria, pero me percate de que estaba teniendo unas conductas un poco extrañas desde que vinimos de Barcelona. Así que decidí poner una excusa diciendo que tenia algo urgente que arreglar, no se quedo muy contenta, pero debía de ir con mi hija.
El trayecto a casa de Ashley se me estaba haciendo demasiado largo y el tiempo pasaba muy lento. Pare en una floristería por que se perfectamente que ha Ashley le encantan las flores, específicamente le encantaban los claveles.
Pedí un ramo de estos y me percate de un oso un tanto grande.
— ¿Puede darme también el oso, por favor? — pregunte mientras lo señalaba.
La dependiente me lo ofreció con una sonrisa.
Cuando llamo al timbre de la puerta de Ashley, lo primero que veo es a la pequeña Karla abriéndome la puerta.
Me arrodillo para quedar a su altura y acariciarle la mejilla mientras le doy una sonrisa.
— ¿Cómo estas hermosa?
— Mama me corto el pelo ¿Me queda bien? — pregunta.
Y era cierto, su pelo ahora estaba por los hombros, realmente no le quedaba nada mal, le destacaban las pecas que tenia por toda la cara, que la hacia lucir mas hermosa de lo que era.
— Te queda genial. Te traje algo. — digo enseñándole el oso que compre.
Karla abre los ojos y me muestra esa sonrisa perfecta que tiene. Agarra el oso y luego me da un abrazo a mi que me es reconfortante.
— !Mama papi esta aquí! — grita Karla.
Ashley se acerca a la puerta y mira extrañada la escena que ahí. Una pequeña Karla abrazada a un enorme oso de peluche.
— Hola — saluda y le devuelvo el saludo.
— También te traje algo para ti — digo ahora enseñándole el ramo de flores.
Ella lo acepta sonriendo y lo único que hace es abrazarme como lo hizo Karla. El sentimiento que encuentro cuando hace eso es mas que suficiente para no dejarla ir de nuevo. Escucho como solloza, y me parte el corazón. Ella siempre ha sido una chica que ha demostrado que ha sido fuerte, pero supongo que lo que esta ocurriendo ahora con Karla pasa sus barreras.
Abrazo a Ashley dejando que apoye su cabeza en mi cuello. Acaricio su cabeza suavemente.
Después de un rato, estaba dejando mis cosas en el salón. La casa era tal y como me imaginaba. Los muebles eran blancos con algunos tonos de beis. Le encanta esos colores.
Giro para ver como Ashley mete las flores en un jarrón que deja en mitad de una mesa. Su mirada es de tristeza y angustia por no saber lo que hacer.
El brazo de Karla me saca de mis pensamientos cuando tira de mi camiseta para hablarme.
— Mami me dijo que tu eras boxeador — empieza a hablar — ¿Podrías pegar a los niños que me dicen cosas?
Su pregunta me toma por sorpresa y sonrió. Esa niña tenia una mente diabólica.
— Pequeña, no puedo ir pegando a niños — aclaro — pero si a sus padres.
— !Dave por dios no incites a mi hija a la agresividad! — grita Ashley.
— Pega a sus padres entonces — me susurra Karla y lo único que hago es reír.
— Son ordenes de una pequeña bruja, tendré que hacerla caso. — aclare yo.
— No vas a pegar a nadie. — declara — anda ven, te acompaño a dejar tus cosas.
Voy detrás de ella fijándome en su figura. No puedo negar que es hermosa por donde quieras verlo. Tiene unas curvas de escandalo y un culo bien formado que encaja perfectamente en ella.
— Deja de mirarme el culo y anda mas rápido.
¿Cómo mierda se ha dado cuenta de que le estaba mirando el culo?
Llegamos a una habitación. Supongo que es la de Ashley.
— Sintiéndolo mucho no tengo habitación de invitados así que te toca dormir en la mía.
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Destruccion
RomanceDos jóvenes, un embarazo que nadie se esperaba, amenazas y seis años despues.