Capítulo 29

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Adelia

Vivir con otros, a quienes recién empezamos a conocer, ha sido pacífico. Tal vez Seokjin y yo de verdad tuvimos suerte al encontrarnos con personas que llevan un estilo de vida regularmente tranquilo.

Los primeros dos días, Amy estuvo al tanto de mí. Me alimentó, me cuidó y hasta me consoló. Dormí todo lo que no pude desde que me probé el vestido de novia. Ahora este, sin los adornos y cintas de color verde y rosa, luce común y es suave al tacto. Lo conservo guardado y limpio, gracias a Amy.

Por otro lado, cuando me deshice de la tristeza que me quedaba y me recuperaba poco a poco del cansancio, noté la distancia de Seokjin.

No físicamente. Lo veo cerca, rondando los bordes... Pero está como ausente. Concentrado en algo más.

La mañana del cuarto día, luego de observarlo dar su caminata errante casi toda la mañana, Amy me hace compañía cerca de la fogata frente a la casa.

―Se la pasa leyendo o trabajando estos días, cuando no camina ―comento, aprovechando el silencio entre las dos. Amy también alza la mirada hacia el techo de la casa de al lado, donde Seokjin está sentado.

Él ha hecho una pausa de sus labores, las que le dio Yoongi para ganarnos nuestra estadía, para leer el libro que no ha soltado desde que se lo dio Amy esa primera noche. De seguro leerá un poco más y después lo dejará a un lado para seguir reconstruyendo el techo de la otra casa que creí abandonada. Esa ha sido su rutina desde que llegamos aquí.

―Sí, también lo he notado ―suspira Amy; y continúa avivando el fuego frente a nosotras―. Aun así... no deja de tenerte a la vista. Eso no ha cambiado.

―¿Cómo puedes darte cuenta? Para mí, él está perdido. Ausente.

―Lo veo porque sé cómo se siente. Él y tú.

Fijo mis ojos en ella ahora. ¿Qué significa eso? 

Amy se acerca más a mí.

―Es como un vínculo ―continúa, bajando la voz―. No sé cómo explicártelo mejor a menos que lo leas por tu cuenta, pero... Nosotros: los "mitad vampiro" o semhi, como quieras llamarlo, permanecemos así gracias al cuidado de un humano después de que la transformación empezó y antes de que esta se pudiera haber completado. Desarrollamos un instinto de gravitación hacia esa persona... Es gracias a ella que podemos mantenernos lo más humanos posibles. Entonces, para resumirlo, él siempre estará al tanto de ti, pase lo que pase. Además, parece que ya está enamorado también.

Aquello último me hace sonrojar. Desvío la mirada hacia el fuego. No pensé que llegaría a mencionarlo, pero continúo escuchando.

―No sería algo extraño. Tranquila, en realidad pasa en la mayoría de casos. Antes o después del cambio.

Su explicación hace que surjan los recuerdos que estuvieron eclipsados por otros más tristes y recientes. Los que solo comparto con Seokjin desde el día que nos conocimos.

Pienso en nuestros momentos más felices, cuando estuvimos en Bolfort... Antes que cayéramos en cuenta de lo que significaría hoy nuestra amistad y los gestos sinceros de ayuda que extendimos el uno al otro. Ha sido tal cual Amy lo describió.

Como supuse, ella parece intuir mucho más sobre nosotros. Me alivia que lo comparta conmigo. Su experiencia debe ser similar. ¿Quién más sabría lo que se siente?

Alzo la mirada y sus ojos marrones me estudian, esperando una reacción. Si sabe lo que se siente, ¿quién es la persona que la ayudó a no morir del todo?

―Entonces, ¿tú estás enamorada?

Mi pregunta la sorprende, pero no desvía la mirada. Por el contrario, sonríe con perplejidad y un poco de gracia.

―No lo sé ―responde―. De verdad, no tengo idea. A veces creo que sí o que podría, pero luego... Bueno, no ayuda tener un compañero tan lógico, ¿sabes?

―¿Quién es tan lógico? ¿Cómo pasó?

Amy suspira y deja caer el atizador al suelo. Su expresión ya no es alegre, pero tampoco triste. Ella enfoca sus ojos pardos en el fuego que nos mantiene a salvo del frío, como hice yo antes. Su voz se vuelve casi un susurro.

―Una noche, hace un par de años, presencié un ataque. Apenas había desembarcado en el puerto de Zaros, y... traté de escapar sin mucho éxito. Ahora ya no recuerdo cómo, pero fui capaz de ir hacia el río, no muy lejos. Ahí fue donde Yoongi me encontró. En ese entonces, él viajaba solo; y estuvo seguro de que yo moriría. Yo también lo pensé. Mis heridas eran muy severas. Pero, a pesar de todo, él se quedó. Quería que al menos yo muriera en paz, sin sentirme sola como él lo estaba.

Mi corazón se enternece al escucharla. Ahora comprendo. Si Yoongi no fuera así, no nos hubiera tenido piedad. Mucho menos ayudado. Oírlo de Amy me tranquiliza enormemente, acallando cualquier duda que quedaba despierta en mis sueños durante estos días.

―No me di cuenta en qué momento mi corazón dejó de latir ―continúa ella, inmersa en las llamas y en su memoria―, pero nos sorprendió que mis heridas empezaran a sanar. Y entonces nos dimos cuenta de que algo no era normal. ¿Te suena familiar?

―Sí. Bastante.

Para mí, aquel día todo ocurrió tan rápido que parece un sueño. Sin embargo, lejos de ser una pesadilla, ahora lo veo como un designio.

Qué caprichoso resultó ser el destino con nosotros. Nos trajo hasta aquí para comprender un poco de lo que nos envolvió, para saber si seguiremos decidiendo lo mismo.

Amy toma de nuevo el atizador.

―Mi punto es que ―vuelve a hablar con su tono firme― sé cómo se siente. Y si tú estás abierta a quererlo a él, entonces no veo ningún problema. Relájate, ¿sí? Ya se acercará y será como era antes. Sigamos ocupándonos de ti, por ahora.

Su sonrisa regresa.

Algo me es seguro; ella es más fuerte de lo que ya tenía en claro. 

Mi lugar junto a ti • [KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora