Capítulo 34

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Seokjin

Amy sabe cómo cuidar bien de Adelia, en caso sea necesario. Lo repito en mi mente cada vez que mi instinto pelea por ir en busca de ella para asegurarme que está bien.

Si no están de regreso para el atardecer, no creo poder quedarme de brazos cruzados. Se fueron como a mediodía, así que hay tiempo de sobra.

Aun así, creo que soy el menos preocupado. Continúo pintando una de las paredes exteriores de la casa renovada.

Yoongi ha estado inquieto todo este tiempo, manteniéndose ocupado de cualquier forma que encuentra. Yendo de un lado a otro sin descanso. Jungkook está sentado cerca de mí, le da vueltas a un cuchillo constantemente con la mirada perdida y luego observa atento a su alrededor. Un ciclo repetitivo.

Como supuse, no pasaría mucho para que Amy se entere de los planes de Yoongi. Su culpa debe estar causándole más dolor que otra cosa, lo noto aunque no esté quieto.

Después de que Jungkook se quejó de hambre, las siluetas de ambas aparecen por el bosque. El sonido de sus risas las delata ante los otros. Dejo la pintura y la brocha en el suelo.

Al tenerlas más cerca, me quedo sin palabras. Adelia luce hermosa, más de lo que ya es. Veo su cabello trenzado con cintas y flores destaca las facciones finas en su rostro. Todo en ella me deslumbra, en especial esa sonrisa que me enamoró.

—¡Por fin! —exclama Yoongi—. Regresaron. Estábamos a punto de ir a buscarlas.

Ellas se acercan a la casa sin mucha prisa. Amy ignora el intento de Yoongi de actuar como si nada hubiera ocurrido esta mañana. Entra sin contestar o mirar en su dirección, mientras que Adelia espera afuera.

Jungkook se pone de pie. Yo paso a su lado y me acerco a Adelia.

Verla así es cautivante. El perfume de flores que llega a mí con la brisa que la acarició es delicioso.

Estando a su lado, sus preciosos ojos verdes encuentran mi mirada.

—Amy volverá en un momento —dice ella, sonrojándose—. Solo estábamos...

—Me alegra que estés bien. ¿Estás cansada de caminar?

—Oh, la verdad que no. Estoy bien. De hecho, iremos de camino a Zaros para comer algo. Bueno, para mí, al menos.

—¿Solas? —interrumpo.

¿Qué está pasando de repente?

—No —sonríe Adelia, aliviándome—, puedes venir con nosotras también. Quería preguntártelo.

—Claro que sí. No hay problema. De seguro que tienes hambre, hoy no desayunaste.

—Muero de hambre, sí.

Su risa me contagia. Siento una emoción extraña que no sentí hace demasiado tiempo. El entusiasmo de poder estar cerca suyo, como si fuera la primera vez.

—¡Bien! —dice Amy, saliendo de la casa con su abrigo—. Nos vamos. Jungkook, ven también. Debes tener sed.

—Claro —responde este, aliviado de sus preocupaciones—. Siempre.

Amy comienza a caminar seguida de Jungkook. Apenas dan unos pasos hasta que Yoongi interviene otra vez.

—Ey, ¿qué sucede contigo? Amy, escúchame.

—Escuché suficiente. Quiero irme ahora. Estoy segura de que tienes todo bajo control, como siempre dices.

Él se detiene, abatido por la actitud de ella.

—Por favor ten cuidado, Amy —dice por fin, bajando la voz.

Ellos se alejan por el camino que va hacia Zaros. Adelia toma mi mano para seguirlos por ahí también, y pasamos al lado de Yoongi en silencio.

—No dejes que nada malo suceda, ¿sí? —añade, mirándome a mí.

Asiento a su pedido, aferrándome a la mano de Adelia.

Los alcanzamos más adelante, a punto de llegar a las vías concurridas de Zaros por la tarde. Los marineros abundan por doquier, o están por salir o recién llegan del puerto.

Amy sugiere que nosotros vayamos a comprar cerca del centro. Jungkook y Adelia se quedan en una taberna para comer.

Lo último que quería era separarme de Adelia. No dejo de buscarla con la mirada, incluso desde lejos. Amy se esfuerza por elegir una capa nueva para mí. Me sugiere varios colores, pero mi atención está lejos. Allá, donde veo a Adelia conversar animadamente con Jungkook.

Verla así, rodeada de gente que también ha notado su belleza exaltada, me hace sentir embelesado. Como si el hechizo de amor que puso sobre mí nunca hubiera sido más fuerte.

Amy elige una capa verde oscuro de terciopelo. La compra sin consultarme y me ordena usarla lo que resta del día. Sobre todo, me indica que cubra mi cuello con la tela en todo momento.

Lo que sea que tengaque hacer, lo haré. Para mí, solo se trata de volver al lado de la mujer queamo y que nunca pensé necesitar tanto en un solo día.

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⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

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