Capítulo 26

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Seokjin

Ambos los seguimos hacia la pradera que teníamos planeado ver desde la mañana. Ya no falta mucho para llegar a las dos casas que me intrigaron. Adelia no se aleja de mí, y yo tampoco de ella. Habérselo pedido hace un rato fue más un impulso; en realidad, yo haría lo que sea para que no nos separemos de aquí en adelante.

Ella me había dicho anoche que no creía que fuera verdad lo que publicaban los anuncios en el centro sobre estos "cazadores de vampiros". Ahora que nos dimos cuenta que pueden tener algo de cierto, yo los veo más como amenazas por escrito para los recién llegados.

Min Yoongi, Jeon Jungkook... ¿cómo llegaron aquí? De todas las aldeas a las que partieron los clanes de Joseon, la más próspera resultó siendo Alenrys. Supongo que el resto de ellos diezmaron en distintos lugares, hasta desaparecer. Pienso en mis lecciones de historia y los recuerdos de cuando era un niño feliz en casa. Desde entonces había creído que éramos los únicos sobrevivientes, hasta que pisé Zaros.

Debo recordarme que ya nada de lo que conozco es igual, empezando por mí mismo.

En el frente de la casa iluminada hay una mujer arrodillada frente a una fogata. Parece que cocinaba algo en las brasas. Al vernos, se pone de pie y de inmediato nota la presencia de Adelia y yo. Parece sorprendida de vernos.

Yoongi se adelanta para hablar con ella; a lo lejos puedo escuchar que le pregunta qué pasó. Él le contesta susurrándole al oído.

Jungkook se apoya en el cerco de roca que rodea la propiedad. Su postura ahora está casi relajada por completo. Adelia se detiene a una distancia prudente de todos, excepto de mí. Quisiera decirle algo, pero intento escuchar la conversación de más adelante. Sin embargo, no logro oír nada; ellos nos observan tras un intercambio muy breve.

Por instinto, tomo la mano de Adelia. Lo que sea que venga, espero que haya sido la decisión correcta con tal de mantenernos juntos.

Yoongi y la misteriosa mujer se acercan a nosotros. El brillo de la luna ilumina el color rojizo de su cabello largo. De día debe ser mucho más llamativo. Aparte de eso, no se ve mayor que ninguno de nosotros. En realidad, tiene un aspecto mucho más amable que sus pares.

―Hola, mi nombre es Amy. ¿Cuál es el tuyo? ―dice, más a Adelia que a mí, en un tono dulce―. Estás temblando. ¿Quieres algo de tomar? Ven conmigo.

Le extiende una mano, sonriendo.

Observo la reacción de Adelia y efectivamente puedo sentir que su cuerpo se estremece un poco. Me mira con ojos preocupados e indecisos.

―Ella estará bien ―interviene Yoongi―. Tenemos que hablar, vampiro ―añade, pasando por mi lado para incluir a su compañero―. Eso suena raro viniendo de mí.

Adelia deja de apretar mi mano, dispuesta a soltarse. Le devuelvo la mirada y compruebo que hay cosas en las que yo no puedo ayudar del todo. Hace un par de días que solo somos los dos, pero supongo que debe haber algo que yo no puedo hacer por Adelia que Amy si pueda.

Solo con eso en mente, dejo ir su mano. Una punzada dentro de mí me pide que no la pierda de vista. Observo cómo Amy entrelaza su brazo delicadamente con el suyo e intenta tranquilizarme a mí también.

―La cuidaré por un momento. Y tú ―añade, alzando un poco la voz hacia Yoongi―, sé cortés.

―No olvides el libro... por favor ―responde él.

―Me tomaré mi tiempo ―sonríe, y ambas van hacia la pequeña casa.

Por suerte, dejan la puerta abierta y puedo ver con claridad que se sientan frente a una mesita cerca de una chimenea que cobija el interior.

―Debe haber una razón para que hayas venido por aquí ―dice Yoongi, reclamando mi atención al acercarse con Jungkook―. ¿O solo estás de viaje? ―señala los bolsos que llevo en la mano.

―Nos están siguiendo.

―¿Y ella sabe eso?

―Sí. Ambos decidimos escapar juntos.

―¿De quién o de qué? ―pregunta Jungkook, menos adusto.

―La Hermandad de los Oscuros quiere atraparme. Prefiero dejar de existir antes que ser uno de ellos.

Los ojos de ambos se iluminan al decirles la verdad de mi situación. No sé por qué, pero su hostilidad va despareciendo gradualmente.

―Oh, vaya.

―¿De dónde son ustedes? ―pregunta Yoongi, no tan asombrado.

―Huimos de Alenrys.

―Hyung, ¡esto es! La oportunidad que buscábamos.

―¿Qué oportunidad?

Mi pregunta se suma a la anterior que nos llevó aquí mismo, ambas sin una respuesta directa de parte de Yoongi.

―Calmémonos un poco ―dice este―. Quiero comprobar algo primero. ¿Alguna vez probaste la sangre humana?

―No, nunca. Pero... ¿cómo es que supiste de mí? No nos hemos visto antes.

―Vi tu marca la noche anterior. Entonces los seguimos desde que amaneció. Solamente un vampiro podría soportar todo un día sin beber nada.

¿Mi marca? Entonces... debe haber sido la única vez en que la tuve al descubierto.

―El bar de anoche ―suspiro al darme cuenta―. Eras tú.

―Esa cosa en tu hombro es una cicatriz delatadora.

―Mira... solo tratamos de vivir tranquilos ahora. Nosotros-

Los pasos de Amy, quien se vuelve a acercar, me distraen por un momento. Viene con un libro en la mano y se lo entrega a Yoongi. Luego, se dirige a mí.

―¿Puedo? ―pregunta ella, señalando mi mano ocupada―. Adelia necesita su vestido.

Le entrego ambos bolsos sin pensarlo mucho, e igual de fácil se los lleva consigo. Sin más que decir, se va por donde vino. ¿Y por qué puede cargarlos con una sola mano como si no pesaran nada?

Aprovecho para volver a buscar a Adelia con la mirada. Ella me sonríe desde el mismo lugar, hasta que Amy cierra la puerta despacio.

―Toma ―dice Yoongi, ofreciéndome el libro―. Esta es la razón por la que los Oscuros te buscan. No sé si lo has notado, pero eres diferente a ellos. Como Amy, todavía sangras. Quédate con nosotros un tiempo, te enseñará un poco más sobre ti. Además, seguro que ya están cansados de huir. Esta es tu mejor opción hasta ahora.

"Cansados" de por sí se queda corto. Y las preguntas que empezaban a atormentarme por las noches parece que llegarán a su fin. Recibo el libro, contemplando el tamaño y desgaste. Un beneficio adicional aparte de estar a salvo.

―¿Ella también es un vampiro? Entonces... ¿por qué está...?

Jungkook tose antes de que pueda terminar mi última pregunta, mientras que Yoongi da por concluida la conversación. Este último se aleja, va hacia la otra casa que luce un poco abandonada y su silueta se pierde entre las sombras.

―Ya verás cómo llegaron a ser las cosas entre nosotros tres ―responde Jungkook, luego de que nos quedamos solos―. Perdón por atacarte antes. Yoongi quería asegurarse primero, por lo extraño que fue ver a un vampiro pagar por la comida de un humano.

―Por un momento pensé que de verdad ibas a matarme.

―¿Por qué no te defendiste de mí?

―Temía que eso terminara por herir a Adelia.

Él sonríe de repente, su expresión cambia por completo a una más alegre e incluso un poco traviesa.

―Es un nombre muy bonito.

Si vamos a pasar un tiempo aquí con ellos, al menos es mejor llevarse bien con alguien.

―El mío es mejor. Llámame Seokjin.

Mi lugar junto a ti • [KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora