Seokjin
Cierro por última vez el libro que me entretuvo toda la semana. Ya casi va a amanecer, solo veo una estrella en el cielo hacia el oeste. La ventana suele estar abierta todas las noches.
A mi lado, Adelia sigue profundamente dormida. Acerco mi mano y acaricio su mejilla muy despacio, comprobando que no ha perdido el calor de las sábanas. Eso es todo lo que he podido hacer por ella durante las noches.
Esta es mi vida ahora. Creo que ya terminé de aceptarlo, junto con la lectura absorbente de esta bitácora. La dejo a un lado de la cama. Es una recolección de información hecha por mujeres como Amy, expertas en su propia condición. Sus observaciones me han sido más que útiles, prácticamente me devolvieron la seguridad que había perdido desde que renací como un semhi.
Aprendí lo fuerte que soy físicamente. Pero también la fragilidad de mis debilidades. La poca humanidad que me queda es el único tesoro que me pertenece y que debo proteger. Solamente dos cosas podrían quitármelo: beber sangre humana o separarme de Adelia indefinidamente. La observo un poco más, ella descansa pacíficamente.
Antes de saber esta condición, estuve considerando beber sangre de otra persona; pero, de ser así, mi transformación estaría completa. Me convertiría en un vampiro, y ya no me quedaría nada de mi anterior vida. El hecho de que no haya sucedido se lo debo a ella; Adelia, mi ángel que vi al morir.
Por fin me queda claro que sí lo intuía. No solo estaba agradecido, sino que quería conservar su compañía. Quería ayudarla a ser feliz, a tener una vida que deseara. En cierto modo, devolverle la amabilidad y bondad con la que me trató a mí sin habernos conocido antes.
Y, según leí, no somos el único caso.
Con los primeros rayos de sol, salgo de la casa. La única que me ha escuchado es Amy, desde algún rincón de la casa donde se sienta todas las noches a tejer o bordar.
El amanecer es helado y silencioso. Hermoso y solitario. Aspiro el aire, aunque no lo necesite, pensando en la segunda oportunidad que tengo de hacerlo. Puedo elegir que no sea una maldición. Por el contrario, quiero ser alguien útil.
Salto el borde de roca que rodea la casa para ir a la contigua. Trabajar aquí me ayudó a mantener la cordura. A desahogar lo que tenía enterrado en mí. Toda la frustración, el dolor y la angustia que no pude llorar en casa.
Cruzo el umbral. El techo está terminado, solo me queda terminar de reforzar las paredes y ventanas. Se ven como las de Alenrys, ahora que observo con más atención. No fue mi intención, pero supongo que la aldea que me acogió casi toda mi vida dejó de esta manera su marca en mí.
Continúo con mis labores. Las imágenes de mis recuerdos de la Hermandad de los Oscuros vuelven de vez en cuando a mi mente. Nunca lo pensé tan a fondo, pero hoy me pregunto por qué solo se agruparon los hombres vampiro y cuál es su motivación detrás del terror que han infundido por tanto tiempo.
Tal vez Amy tenga más respuestas al respecto, o tal vez no. Quizá Yoongi lo sepa, dada su determinación de ponerles fin bajo su mano. Ambos... hacen un dúo interesante.
Mi imaginación me lleva a otras posibilidades. ¿Qué pasa si hay otros grupos?
La única interrupción durante el día es Amy, quien me ofrece una bebida extraña. Pero el aroma no me confunde, tiene sangre animal mezclada con otros sabores para disfrazar el olor. De cierto modo, lo hace más soportable.
Agradezco su atención y ella me asegura que esto me ayudará a relajarme un poco también. No tanto como un sedante, ya que ninguno tiene efecto en nosotros, pero sí como un tónico para sentirme mejor.
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Mi lugar junto a ti • [KSJ]
FanfictionSeokjin huyó de casa; Adelia quiere tener un futuro seguro en Alenrys. Ahí, la Hermandad de los Oscuros aterroriza a sus habitantes. Sin embargo, ningún terror es más grande que la necesidad de seguir al corazón. A veces, solo basta una persona para...