Días, Semanas, Meses 10

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Después de haber definido bien algunos puntos sobre la convivencia y el cambio de actitud de Acenix y mío. Los días empezaron a ser más rápidos, tal así que no me di cuenta que ya habíamos pasado una semana de que empezó esto. Ya parecíamos una familia normal, bueno, una familia de dos machos Inter especie con una niña adoptada, muy normal. Y el pensar en ser una familia ocasionaba en mi un sentimiento extraño por Acenix, las cosas entre nosotros estaba mejor que nunca, ya no hablaba indecentemente, aunque aun así teníamos ciertos roces que contare más adelante. Primero empecemos relatando como había quedado nuestra nada humilde casa después de un mes.

Al inicio el acostumbrar a los gatos a la supervivencia en un mismo punto era un fastidio, les fatigaba demasiado el hacer tareas domesticas o traer algo de leña y agua de los alrededores.

-Mike esto es demasiado no voy a poder con tanto- Decía Acenix fatigado.

-Tan solo son unos cinco kilos de madera, no es tanto- Hable, estábamos reponiendo nuestro almacén de leña por primera vez desde que llegamos, solo habían pasado unas semanas.

-A Luna le pides menos- Menciono el pobre cansado gatito Acenix.

-Pues la verdad es que ella está cargando el mismo peso, pero en baldes de agua-

-Yo estaba acostumbrada a ayudar a mamá a cargar unas cuantas canastas, además no es tanta la distancia que recorrer- Dijo la pequeña minina.

-No es justo, yo jamás he cargado algo por más de cinco minutos sin descansar- Decía Acenix fastidiado.

-Eres peor que un niño, está bien Ace descansemos- Termine diciendo.

Esa era una de las muchas anécdotas que tenia sobre el mayor flojo que haya conocido, era un prodigio en la caza eso si no lo voy a menospreciar, pero en cuanto teníamos comida, su utilidad descendía drásticamente. Al menos nos entretenía con malabares y piruetas jeje.

-Es absoluto, yo hoy no salgo por nada de la casa, mi cuerpo está muy adolorido y no quiero cargar ni un palo más- Hablo el gatito Acenix

-Si no piensas aportar en nada no sé cómo te ganarías el derecho a comer hoy Acenix- Dije.

-Ummm les puedo contar historias o hacer masajes o hacer piruetas- Menciono

-Uh una pirueta, una pirueta- Decía Luna emocionada.

-uhg esta bien, pero solo una- Se paro del sillón para apartar un poco las cosas y acto seguido dio unos tres saltos seguidos con paradas de mano en un segundo, después dio un molinete hacia donde estaba parado y finalmente dio un salto mortal hacia atrás, para quedar tendido en el sofá como estaba previamente.

-Wow- Ambos no podíamos creer la facilidad de como hacia eso, claramente tenia un cuerpo atlético para ese tipo de cosas, pero no para cargar ni hacer esfuerzo.

-Está bien Acenix, te ganaste tu comida- Dije entre risas por sus tonterías que hacia para no cargar madera.

-Muchas gracias Mike, te lo recompenso después, dándote un masaje o lo que gustes- Dijo jadeando, enserio estaba cansado de todo lo que hacía.

...

Fuera de anécdotas, la casa mejoro en todo, estaba siempre limpia, no faltaba comida ni leña, en las tardes leíamos o jugábamos algunas cosas, Luna estaba aprendiendo más cosas para poder defenderse. Además, que implementamos un lugar de baño para lavarnos el cuerpo con baldes de agua, estaba en proceso la creación de puestos de vigilancia y el mapeo de la zona.

............

Ahora si lo que les interesa mis pervertidillos amiguillos.

Les contare aquellos roces que tuve con Acenix en estos tiempos... No se si estoy emocionado, orgulloso, o avergonzado de lo que paso, pero aquí les va.

La Rhapsodia Del AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora