En la mente de Alex.
" Sabía lo que pensaban de mi cuando me veían , había dejado de ser su
héroe para convertirme en el peor de los cobardes."
Aún puedo recordar como estaba de pie frente a mi, con su barbilla temblando de miedo y sus ojos suplicándome que no la dejara ir.
En esos momentos mi interior estaba colapsándose, ya no podía ver un futuro a su lado pues lo único que ocupaba mi mente eran las imágenes en las que ella sufría noche y día en esa cama. Su llanto desgarrador aún estaba en mi cabeza como un eco tormentoso, aún me rompía el alma.
Ella no había presenciado las crisis respiratorias que padeció James mucho antes de morir en sus brazos, pero yo si lo había hecho, yo vi morir a mi hijo poco a poco y había sido lo más horrible que me había pasado en la vida. Sin embargo me mantuve de pie por ella, porque sabía que mi dolor nunca se iba a comparar con el suyo, yo debía ser el fuerte muro en el que se apoyara y fallé enormemente.
De nada me sirvió estar junto a ella, mi sol se apagó en cuestión de días y yo lo hice con ella.
El amor que sentí por ella me hizo soñar con una vida a su lado, me cegó y me hizo creer que podía pasar el resto de mis días junto a esa mujer, pero su padre tenía razón solo era una niña, una que había enfrentado la mayor perdida de su vida, pero aún podía salir adelante, yo la dejaría ser libre y volar como el aire, así era su alma.
Ella siempre iba a vivir en mi , su esencia estaba tatuada en mi alma y mi corazón ya no me pertenecía, era suyo.
Constantemente me repito que ambos nos equivocamos, que nuestra historia se basó en una atracción irresistible , en una pasión que nos consumió como si fuera fuego y que habíamos permanecido juntos por la ilusión de formar una familia junto a nuestro hijo.
James ya no estaba y mi supernova se convirtió en una frágil muchacha, el héroe al que ella siempre admiró se convirtió en un simple hombre al que el dolor le había devorado el alma, ya no había nada que pudiera sostener ese amor, se había terminado o al menos es lo que sigo intentando creer.
Apenas me reconozco, siempre fui alguien que tuvo muy claro todo en su vida y siempre luchó por lograr cada una de sus metas, logré conseguir el trabajo de mis sueños, llené de orgullo a mi familia, pero nada de eso puede evitar la vergüenza que siento, se que lo que hice estuvo mal, ahora puedo verlo.
Marina me contó lo que Emma hizo por ella, esa rubia no deja de sorprenderme. Siempre creí que era alguien menor que yo y que le faltaba mucho por vivir y ella aún sin estar presente seguía demostrándome que era mucho mejor persona de lo que yo alguna vez podría serlo, eso me reconfortaba de alguna manera, ella merecía mucho más de lo que yo en toda mi vida habría podido ofrecerle.
Marina y yo pudimos resolver todo lo malo que vivimos en el pasado, siento mucho orgullo por verla así de centrada, la paz en su mirada es una que yo también deseo encontrar y se que Emma tiene mucho que ver en que ella la haya conseguido.
Por mi ex supe que Emma estaba a punto de irse para siempre, no pude evitar que mi corazón antes dormido volviera a latir como un loco y quisiera salir corriendo tras ella, Marina me convenció de acompañarla hasta el aeropuerto donde despedirían a mi americana.
Le pedí a Marina que nadie se enterara de mi presencia, pues no deseaba arruinar el momento, la castaña me dejó atrás y se acercó al grupo de amigos de ella, me quedé paralizado al verla sonreír de esa manera, incluso pude escuchar brevemente su risa y fue como volver a vivir, bastaron segundos para que la realidad me golpeara con fuerza, yo la amaba esa era la única verdad.
Al verla rodeada de amor supe que había tomado la decisión correcta, ella iba a salir adelante, iba a vivir y sería muy feliz, tendría todo lo que yo no podía darle en esos momentos y no estaba seguro de poder ofrecerlo a alguien más nunca.
Para mi sorpresa ella pudo sentir mi mirada en la distancia, pude ver como luchaba con sus sentimientos, un leve brillo en sus ojos me mostró que ella también me amaba, la vi apretar los puños con fuerza y girar sobre sus talones para no volver la mirada atrás, en segundos desapareció, se fue como si nunca hubiera existido como si hubiera sido parte del sueño mas hermoso que tuve.
Nadie podría comprender el porque la dejé ir de esta manera y no los puedo culpar si me llaman cobarde o algo peor. Soy un humano y probablemente eso no me sirva como excusa, pero el dolor y la pesadez que siento en el pecho muchas veces no me deja respirar, dormir es algo que tampoco me puedo permitir pues apenas cierro mis ojos todo lo doloroso vuelve a mi y ya no deseo sentir eso.
Se que mi porte es imponente, mi altura es considerable comparada con la de muchos hombres y mi físico ha causado sensación y envidia por igual, se que parezco alguien irrompible, pero no es así. Fui educado para proteger a quienes amo y no pude hacerlo, ni mi dinero, ni mi fama logró mantener a mi hijo con vida y tampoco habría podido hacer feliz a ella .
Aunque no lo digan, sus miradas hablan por ellos se muy bien lo que piensan de mi y no puedo hacer nada para cambiarlo, al menos Lucas me dejó muy en claro lo que piensa de mi, soy una basura ante sus ojos.
Al final del día solo ella y yo sabemos lo que es vivir con este dolor que te arrastra como si fuera un ancla y te deja en el fondo de un abismo del que sientes que ya no hay salida, yo se que no estábamos listos para seguir juntos y también se que aunque ella no pueda entenderlo en estos momentos algún día me lo agradecerá, por que yo pude ver mucho mas allá de este dolor que te rompe el alma, pude ver un futuro y se que no estábamos juntos en el.
Ella necesita reconstruirse y yo también, juntos solo nos habríamos hecho daño.
Ella es la valiente que luchará por salir adelante, yo seré el "cobarde" que la dejó ir, puedo vivir con eso.
Han pasado casi dos meses desde que llegué a mi ciudad, estar cerca de mis padres ha sido reconfortante, les conté un poco de la historia de la rubia y tal como lo había esperado no dudaron en apoyarme, así es mi familia unidos con mayor fuerza en las adversidades, algo de lo que debí aprenderles.
Es increíble la diferencia del clima entre mi ciudad y aquella a la que ella se había ido, en California el verano estaba en pleno auge y las altas temperaturas atraían a cientos de personas a las playas, podía imaginarla caminando sobre la arena, con el agua mojando las puntas de sus pies y su hermoso cabello siendo tocado por el aire.
Para el las bajas temperaturas de su ciudad eran lo que necesitaba en esos momentos, cada mañana rondaban entre los 4° y no superaban los 20°, resultaba que al final si era como un animal enjaulado y correr le ayudaba a sentirse libre, a sentirse vivo.
Cada mañana recorría las orillas del río Nevá, este recorría gran parte del centro de la ciudad, algunas personas llamaban la vieja Venecia a San Petersburgo debido a la gran cantidad de puentes y canales que se extendían por todo el territorio.
El frío calándole en los huesos le mostraba que aún había vida en el, que era libre para recuperarse, que todo iba a estar bien, estaba listo para empezar, estaba listo para vivir.
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Conociendo a Alex.
RomanceEmma era la vida hecha mujer, demasiado joven, demasiado viva. Amaba cuidar de los demás, esa era su pasión, debido a su empeño e inteligencia había logrado convertirse en enfermera, sus padres le habían obsequiado un viaje por los países de américa...