"Cuando dudé de la existencia del cielo sus besos me confirmaron su existencia y solo conocí el infierno cuando lo vi con ella"
Emma dejó su país con mas calma y felicidad que con la que había llegado, su rutina empezó de nuevo junto a Alex y con ello la paz que tenerlo le daba.
En el hospital las cosas no fueron tan fáciles como en su vida personal, Marina no se lo estaba poniendo fácil, la había designado a un área diferente del hospital y cada vez que coincidían Emma se encontraba con las miradas envenenadas de la pelinegra.
-¡No soporto estar en medio de esta pelea!- Valentina hundía su rostro en la almohada producto de la frustración que sentía.
-Ni a mi...- admitió Emma.
-¿Por que las dos tenían que fijarse en el mismo hombre?-
- No es como si hubiésemos elegido eso, creo que fue una mala jugada del destino eso es todo...-
Valentina se recostó junto a Emma en la cama y apoyó una mano en su vientre.-Al menos algo bueno salió de tu romance con el ruso...-
- Así es, de todas las cosas buenas que me han pasado, mi bebé y Alex son lo mejor...-dijo Emma con una sonrisa inmensa.
-Lo comprendo, pero... ¿ no la extrañas?-
Emma se llevo la mano a la frente, en su corazón no había resentimiento con Marina solo el dolor de haber perdido una amistad.- Todo el tiempo, pero comprendo que ahora no es el momento para que seamos amigas, probablemente nunca lo volvamos a ser...-
-Se que no es la mejor pregunta, pero...¿estás segura de que el ya la olvidó?-
Emma bufó molesta, al parecer Lucas no era el único que insistía con esa teoría.- Val, el conoció a mi familia, sus acciones demuestran lo mucho que me quiere...-
-Se que le confesaste literalmente que lo amas... ¿pero el te lo ha dicho?-
Emma miró directamente a su amiga queriendo que viera lo mucho que confiaba en el ruso, pero la mirada cuestionadora de Valentina logró infundirle la duda.- Creo que las acciones hablan mas que las palabras, además vamos a tener un bebé Valentina...-
-Te recuerdo que no te embarazaste en la mejor situación...-
Emma le lanzó una almohada a su amiga y muy en el fondo sabía que tenía razón, pero su corazón amaba tanto al ruso que no le importaba como había comenzado su historia, ella se esforzaba cada día en hacerlo feliz y en que poco a poco formaran esa familia que sabía ambos deseaban para su hijo.
- A veces se me olvida porque somos amigas...-
Valentina soltó una carcajada y abrazó a Emma. -Porque te encanta mi honestidad...-
-Aunque a veces desearía que no fueras tan honesta...-
- Lo sé. Fuera de bromas Emma, yo amo a mi hermana y solo yo se lo difícil que es para ella superar que Alex esté a tu lado, pero también te quiero a ti, así que no des por sentado nada, ten cuidado con Marina, no dejará tan fácil a Alex...-
Días después de aquella conversación, Emma notaba como Alex estaba un poco raro pero no quería presionarlo con las dudas que Valentina había dejado en ella.
-¿Todo bien, amor?- Alex recibió gustoso el abrazo de la rubia, cuando ella hacía eso se convencía de hacer lo correcto de que haberla elegido era su mejor opción.
-Todo en orden preciosa. ¿Hoy no te has sentido mal?-
Emma lo besó cortamente conmovida por su preocupación.-Creo que el bebé también quería volver a casa, solo llegamos y los malestares se esfumaron...-
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Conociendo a Alex.
RomanceEmma era la vida hecha mujer, demasiado joven, demasiado viva. Amaba cuidar de los demás, esa era su pasión, debido a su empeño e inteligencia había logrado convertirse en enfermera, sus padres le habían obsequiado un viaje por los países de américa...