18.

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" La luz que irradiaba su alma iluminaba más que el mismo sol y la paz que me daba su existencia era como una luna nueva en una noche fresca de verano"

Después de una tarde de descansos y mimos, la noche había llegado y con ella la emoción de volver a ver a quienes ella consideraba sus segundos padres.

- ¿Aún no estás listo?- Emma observaba apoyada en el marco de la puerta como Alex tenía dificultad para lograr hacer el moño de la corbata.

- Nunca he sido bueno con las corbatas...- admitió el sin verla ya que su vista seguía fija en su imagen en el espejo.

- Que curioso, siempre te he visto impecable en cada evento al que vas...- Emma se acercó a ayudarlo con su labor, ya que deseaba llegar rápido a casa de los Taylor.

- Siempre hay alguna fan decidida a auxiliarme.- Alex sabía lo que ese comentario iba a provocar en la embarazada y tuvo que aguantarse la risa al ver su ceño fruncido.

- Bueno ahora me tienes a mi para resolver tus problemas, amor mío.-

- ¿Estás celosa?- preguntó el tras su comentario certero.

Emma suspiró agobiada y divertida de igual manera.- Creo que es por tu bebé, soy un ser hormonal y dormilón.-

- Mi amor no enloquezcas a tu madre, no quiero terminar con una correa atada al cuello...-

Emma soltó una carcajada ante su tono de súplica y por verlo hincarse y hablarle a su vientre.

La imagen de ambos en el espejo era hermosa, la sonrisa de Emma era radiante y los ojos azules de Alex irradian felicidad, Emma pestañeo varias veces tratando de no llorar ante ese sentimiento tan fuerte que no la abandonaba desde que habían decidido estar juntos.

- Oye, no llores...- Alex preocupado se puso de pie y limpió una lágrima que había logrado abandonar los ojos de Emma.

- Las hormonas están convirtiéndome en esto...- Emma quiso reír por su situación y lo único que consiguió fue verse adorable.

- Es injusto que pases por todo eso...- Alex se sentía impotente al verla en ese estado, había sido un infierno pasar por las náuseas matutinas y ahora debían agregarle los extraños cambios de humor.

- Lo se. Estoy esperando a que nazca este niño para volver a ser yo...- dijo ella entre risas.

- Creo que no te lo he dicho, pero te vez hermosa embarazada.- Alex sabía el efecto de sus palabras en ella, siempre lograban emocionarla como si fuera la primera vez que las mencionaba.

- Gracias...- ella sonreía como si sus palabras le acariciara el alma- Tú también te ves muy guapo.-

-¿ A quien crees que se parezca nuestro hijo?-

Emma observó el reflejo de ambos en el espejo, sus facciones eran muy diferentes. Las de ella eran mas finas y delicadas, tenía un rostro levemente ovalado, aunque con el peso que estaba ganando en su embarazo, se estaba tornando un poco redondo , además sus pómulos estaban ligeramente definidos y sus labios eran algo singulares, su labio inferior era levemente mas grueso que el superior, su belleza era muy femenina, tal vez si tenía una niña sería muy parecida a ella.

Pero un niño parecido a Alex sería su adoración pues el era dueño de los ojos azules mas hermosos que había visto en su vida, tenía una mirada penetrante y su belleza era digna de la de un dios de la mitología griega, cada rasgo de el era fuerte y varonil, un niño como el la tendría tan enamorada como el papá.

- Espero que sea idéntico a ti.- confesó ella.

-¿Y si es una niña?- ambos sabían que existía la posibilidad de ser padres de una niña, aunque algo en su corazón les decía lo contrario.

Conociendo a Alex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora