Generosidad

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La noche era fresca, intenté no darle muchas vueltas al asunto, debía madrugar, sin embargo el insomnio llegó primero.

Decidí quedarme un rato más en mi espacio privado, este lugar que por mucho tiempo fue secreto, pero que guarda mis tesoros y los recuerdos más emocionales de mi vida.

Al nacer barón me nombraron William, igual que mi padre, esto fue para que en un futuro me convirtiera en su sucesor. Nadie imagino que mi padre moriría repentinamente y que su heredero quedara con tan sólo ocho años de edad.

Apenas pasaron los funerales de mi padre, cuando fui trasladado al lado opuesto de la mansión, justo en este lugar comenzó mi preparación como líder de un enorme grupo de familias, algunos descendientes directos, sanguíneos y otros protegidos bajo el apellido del clan.

Los miembros principales de la familia Ardlay siempre se han distinguido por su enorme generosidad hacia cualquier persona en menesteres. Y la persona más leal y generosa que se ha conocido dentro de este numeroso grupo, fue mi padre.

William C. Ardlay fue un hombre que se mantuvo en la cabeza del clan siempre priorizando el bienestar de las familias protegidas bajo su mando. Quizás sea esta la causa por la cual me duele y fastidia que Raymond Lagan solape a su hija, para que ella simplemente vuelva a difamar a personas realmente buenas.

Estaba a punto de cerrar las puertas del solárium cuando divisé una sombra moviéndose ligera de entre los árboles. Me quedé quieto por instante, casi sin respirar, cuando el estruendo del des quebrajo de una rama cayó junto con la persona responsable de los sonidos y la sombra.

—¡Aush!

—Preciosa, ¿que hacías allí arriba?

—Este se supone que es el mejor atajo para llegar aquí, según George. Y Archie me envío un mensaje, donde me decía que te notaba muy preocupado, entonces corrí para asegurarme de que mi príncipe esté bien.

—¿Entonces recibiré un beso de mi hermosa princesa?

—Ejem, yo no he hablado de un beso, vine a escuchar y ayudar a mi príncipe que ha estado muy ocupado y preocupado con tanto trabajo.

—Y es por eso que la princesa besa a su príncipe.

Di dos pasos hacia Candy y ella cojeó en retroceso, ¡ah!, ella se había lastimado al caer del árbol, me moví más rápido anticipando su escape y la levanté.

La dejé con mucho cuidado sobre el sofá, recorrí la tela de su pantalón descubriendo su tobillo hasta su pantorrilla, y en efecto estaba hinchado y rojo.

Me acerqué a mi escritorio y saqué un botiquín de primeros auxilios, ella dio un par de chillidos. Le recordé que en mi viaje a África había aprendido mucho sobre medicina básica y había curado a varias personas con este tipo lesiones.

Le retire el zapato, pero su pantalón seguía siendo un obstáculo para tratar su luxación, así que me giré dándole la espalda y le pedí que se quitara el pantalón.

Continuará

"Una chica cuando sonríe" Edición OctoBert 2023, FanFic de Candy y Albert Donde viven las historias. Descúbrelo ahora