Prefacio

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Seokjin siente que vive en un constante invierno. No importa el paso de las estaciones, él siempre permanece en invierno. Desde que Jisoo se fue, las estaciones no parecen cambiar.

A sus treinta y cinco años, ya no hay razón para continuar esperando la primavera. Perdió a su esposa hace seis años en una horrible tragedia. Ella había sido su primer amor. La conoció el último año de secundaria y habían ido juntos a la Universidad. Ella para ser maestra y él abogado.

Fueron años de romanticismo y cariño, mientras maduraban juntos y consolidaban su relación.

Cuando se graduaron, se casaron de inmediato. Ella comenzó a trabajar en la secundaria de un colegio en Ansan, que quedaba a una hora de la capital. Él, se fue a trabajar con su hermano mayor Namjoon y sus respectivos mejores amigos. Fueron años de trabajo duro, para tener estabilidad económica.

Llevaban cuatro años de matrimonio, cuando todo se vino abajo. La tragedia los golpeo y de un momento a otro la perdió. Seokjin la había amado, pero al momento de la tragedia ya nada era lo mismo. Pero la había conocido desde que tenían 17 años. Jisoo era un poco fría en su trato, dominante, pero, él se había sentido atraído por su belleza e inteligencia. Cuando ella murió, Seokjin sintió que su vida se desmoronaba y perdió todo deseo de seguir con vida. Se volcó al alcohol y las pastillas para dormir. Su familia trató de ayudarlo, pero nada obtenían. Ni psiquiatras, ni tratamientos, nada parecía hacer reaccionar a Seokjin, era como si aquel día hubiese muerto con ella.

Incluso, permaneció internado en una clínica psiquiátrica, luego que Namjoon lo encontrara inconsciente, tras una sobredosis de somníferos. Llegó justo a tiempo para salvarle la vida. Una vida que Seokjin no quería vivir. Tal vez su hermano había impedido su muerte física, pero sentía que su alma, su esencia, ya no existía.

Entonces, un evento inesperado sucede. Más bien un chico inesperado irrumpe en su vida como un torbellino y lo obliga a mirar el mundo de una manera distinta.

Jungkook a sus veintidós, está lleno de energía y alegría. Vive en forma independiente, sus padres lo aman, estudia lo que le gusta, tiene muy buenos amigos, y es algo así como el chico dorado, pues puede hacer casi todo lo que se propone. Excelente deportista, además de cantar, bailar y hasta componer canciones. Vive su vida feliz, sin mayores preocupaciones, a pesar de llevar en lo más hondo de su corazón un recuerdo oscuro. Pero él es luz y cuando conoce a Seokjin se empeña en iluminar de nuevo su vida. Con una boca sin filtro, desinhibido y con un corazón lleno de ternura, se mete a la fuerza en la vida de este hombre amargado, sin entender en un principio, por qué le atrae tanto.


Quiero agradecer a @greasedipity de Seven_editorial por la maravillosa portada creada especialmente para esta historia.

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