Capítulo Cuarto

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Eran ya cerca de las seis de la tarde, ya había terminado de redactar la apelación Lee y también había comprado su suscripción a Melon. Había estado escuchando toda la tarde la discografía de BTS. También había guardado un par de discos del otro artista que le había mencionado Jungkook, Agust D. Pero aún no lo escuchaba. Se sentía como un tonto, escuchando música que se suponía era para los más jóvenes. Él era más clásico, le gustaba el rock y en inglés. Recordaba sus ridículas peleas con Jisoo, porque ella amaba esos grupos de chicas y siempre andaba intentado hacer sus coreografías.

Namjoon y los demás ya se habían ido. Claro, todos tenían familia. Esposa, hijos. En cambio, a él, nadie lo esperaba. Prendió un cigarrillo y cerró sus ojos por un momento, para relajarse antes de partir a su fría casa, cuando su teléfono vibró. Vio la pantalla, era Jungkook. ¿Qué quería ahora? Se preguntó. Seguramente asegurarse que había recibido su agenda y que pasaría por él al día siguiente.

—Buenas tardes, Jungkook ¿sucede algo? —preguntó con una voz fría y neutral.

—¡Hola hyung! ¿Por qué es tan formal? ¿Dónde está? No me diga que aún en la oficina. Debería ir a casa y descansar.

—¿Por qué eres tan entrometido? No te importa dónde estoy o lo que estoy haciendo. Y si llamas para saber si recibí tu bendita agenda, si lo hice. Y no te preocupes iré por ti mañana, a la misma hora que hoy.

—¿Por qué es tan agresivo conmigo? Simplemente estoy diciendo que debería ir a casa descansar. Es malo hyung. Muy malo. Pero igual me simpatiza. Es más, lo perdono.

Seokjin cerró los ojos. Era verdad, estaba siendo demasiado agresivo con un muchachito que no tenía ninguna culpa de tener que soportar su personalidad de mierda.

—Lo lamento no quise sonar agresivo. Escucha, me iré a casa ahora. Si sólo llamas por lo de la agenda ya la recibí. Buenas tardes, Jungkook.

—Espere...no me corte aún. Debo pedirle un favor...

—Y ahora que te pasa...

—Mañana debo llevar una maqueta y quería pedirle si me podía ir a buscar al departamento.

—No hay problema—lo interrumpió Jin.

—No...es que hay algo más...—al obtener sólo silencio del otro lado, Jungkook continúo—necesito que pueda ir por mí a la universidad en la tarde...no importa la hora. Puedo quedarme en la biblioteca estudiando. Jimin debe ir a sus clases de danza y no puede llevarme de vuelta...

—Pide un taxi...

—¡¡¡Ahhhhh Hyuuuuuung!!! ¿Por qué es así? Ya le dije que los taxis...

—No te gustan...si ya me dijiste. Está bien. Me organizaré para recogerte en la tarde. Pero debes entender que es una excepción. Soy un hombre ocupado Jungkook.

—Claro hyung... ¡gracias! y ahora váyase a su casa a descansar. Lo veré en la mañana.

Antes que Seokjin pudiera decir algo más, el joven había cortado. Se quedó sentado, terminando su cigarrillo y escuchando Young Forever de BTS. Esa canción en particular lo había conmovido. Se sintió nostálgico de su propia juventud. Aquella donde no había dolor, donde junto a sus amigos corrían de la mano con sus novias, donde la vida parecía no acabar nunca. Entonces, después de mucho tiempo, tuvo un recuerdo nítido...la risa pequeña y tierna de Jisoo. Seokjin también sonrió ante aquel pequeño retazo de su vida perdida. Pero entonces, ese sonido, se confundió con otra risa...una muy masculina y graciosa...la de Jungkook. Y por alguna razón, le pareció todavía más brillante que ese destello de recuerdo que había tenido.

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