Cuando Seokjin estuvo internado en la clínica y asistía a terapia, entendió que para volver a ser feliz y dejar atrás sus adicciones y depresión, debía hacer un cierre a ese terrible episodio de su vida. Parte del problema había sido no haber hecho frente a todos y cada uno de los sucesos que rodearon la muerte de su esposa. Más allá de haber participado en el juicio. Ese había sido el abogado Kim. No el hombre. No el esposo.
Era febrero, pero curiosamente, ese día no estaba tan frío. Estaba nublado, pero el cielo no presagiaba lluvia. Días atrás, había ido junto a Namjoon y Sandeul a vaciar la bodega que mantenía con las pertenencias de Jisoo y todo aquello que había escondido ahí, para no recordarla. Encontró su ropa, una muñeca que ella guardaba de su niñez, las fotos y video de su matrimonio. Inevitablemente el dolor lo alcanzó y lloró, lloró como tal vez nunca lo había hecho antes. Porque él la había amado. Jisoo había sido su primer amor, la mujer con la que se convirtió en un hombre en todos los sentidos. Lloró porque consideraba injusto que siendo tan joven hubiese muerto. Porque estaba seguro que si ella estuviera viva, serían grandes amigos. Hubieran superado un divorcio difícil y ella hubiese encontrado al amor de su vida. Tal como él lo había hecho.
Su hermano y su amigo, lo abrazaron y luego lo ayudaron a embalar lo que se donaría a algún hogar necesitado, las pertenencias que le enviarían al hermano de Jisoo y los recuerdos que Hani quería atesorar. Al final, echaron todo a la camioneta de Sandeul y volvieron a casa. En pocos días todas las pertenencias se habían ido. Sólo quedaba una cosa. Su argolla de matrimonio. Aquella que nunca se había quitado. Hasta aquel día. Cuando besó a Jungkook por primera vez.
El mar se veía gris desde el Muelle del Puerto de Paengmok, en Jindo. El grupo era numeroso. Estaban los amigos de entonces, Jackson y Sandeul, con sus respectivas esposas, además de Namjoon y Hani. Y estaban los amigos de ahora, Jimin, Tae, Hoseok y Yoongi. Seokjin no estaba solo, como hacía casi siete años. Porque había alguien más.
Alguien que sujetaba firmemente su mano y que estaría ahí para sostenerlo.
Para todos, fue sobrecogedor llegar hasta ahí. Había cintas amarillas y algunas fotografías que recordaban a las víctimas del accidente. Hani se abrazó a Namjoon, absolutamente conmovida. Ninguno en todos esos años, había ido hasta ese lugar. Ella había ido hace unos años hasta el colegio donde Jisoo hacia clases, para un homenaje. Pero ninguno había estado ahí. Tan cerca.
No había nadie. Seokjin no había querido esperar hasta abril. La fecha daba igual. Sólo sabía que debía hacerlo. Y había sido Jungkook quien más lo había impulsado.
—¿Sabes lo que debes hacer no, Seokjin? Hay un tema pendiente y lo sabes. Debemos ir. Yo estaré contigo. Todos lo estaremos, pero creo que es necesario y ella se lo merece.
—¿A que te refieres, cuando dices que ella se lo merece?
—A tu homenaje. Debes ir a honrar a la mujer que fue tu esposa. Debes ir y decirle adiós.
—Kookie...
—Es así. Es como aquel día que volví a tomar un taxi, ¿recuerdas? No sabía que pasaría, pero era necesario. Ahora ya no tengo miedo si lo encuentro...porque el pasado no me puede tocar. Ahora es tu turno. Es hora de enfrentarlo.
Por eso ahora, estaba ahí, frente al mar, que se había llevado tantas vidas.
—Ve amor, yo estoy aquí. Esperándote—Seokjin miró a Jungkook que como siempre lo miraba con esa hermosa sonrisa. Miró hacia atrás y vio a sus amigos que también le sonreían, a pesar que había dolor en sus rostros.
Se acercó a la orilla del muelle y sacó su argolla de matrimonio. La amarró al ramo de flores que llevaba y cerró sus ojos.
—Jisoo...lamento no haber venido antes. Todos estos años viví culpándome por tu muerte. Viviendo de mi propia autocompasión, lleno de dolor. Ahora, estoy limpio y puedo mirarte cara a cara. Quiero agradecerte por haberme amado, por haber sido mi novia y luego mi esposa. Gracias por los buenos años. Y a pesar que intentaste cambiarme y el amor se había ido, sé que hasta ese día había cariño entre nosotros. Me quedo con ese recuerdo. Lo malo, está olvidado. Ese día no pudimos despedirnos. Por eso vine hoy a decirte adiós. Siempre estarás en una parte de mi corazón. Tu recuerdo está en mi memoria y en la de todos los que te conocieron. Todos ellos te amaron mucho y sé que tú también lo hiciste. Ahora debo seguir adelante, porque la vida me regaló una nueva oportunidad. Estoy seguro que lo entiendes. Tu corazón era bueno. Estés donde estés, sé que estarás bien. Yo estaré bien. Lo prometo. Ahora lo sé. Adiós Jisoo y gracias...
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SPRING DAY
FanfictionSeokjin siente que vive en un constante invierno. No importa el paso de las estaciones, él siempre permanece en invierno. A sus treinta y cinco años, ya no hay razón para continuar esperando la primavera. Jungkook a sus veintidós, está lleno de en...