Jungkook amaba los miércoles. Y eso era porque sus clases comenzaban recién a las once de la mañana lo que le permitía dormir hasta más tarde. No importaba que después tuviera que quedarse hasta las siete, por el entrenamiento. En realidad, le encantaba correr. Liberaba todo el estrés de su carrera. También amaba los miércoles, porque tenía solo materias teóricas, por lo que casi nunca debía cargar con proyectos o maquetas. Entonces aprovechaba de ir caminando a la Universidad. Él vivía relativamente cerca, pero en general, utilizaba su automóvil, por la cantidad de libros y proyectos, que su carrera le demandaba.
Por eso iba muy contento. Sabía, además, que Jimin y Taehyung lo esperarían en la cafetería. Noona les había prometido que les tendría un pedazo de pastel para cada uno. Se relamía los labios pensando en eso. Cuando llegó al cruce peatonal. Confiado puso su pie para cruzar.
Manejaba a gran velocidad, a pesar que las calles estaban atiborradas de vehículos. No importaba. Estaba furioso. Namjoon no entendía.
Namjoon no podía entender nada. Él tenía su esposa, sus hijos, su lindo jardín y su vida perfecta. Su hermano tenía todo aquello que Seokjin alguna vez deseó y creyó que alcanzaría, pero no fue posible. Golpeó el volante con ira y decepción. Sí era cierto, había bebido la última noche, como siempre. Parecía que el alcohol, era lo único que lograba de algún modo borrar el presente. Dónde se encontraba y cómo se encontraba. Y sí, se había dormido, como otras veces..., pero al final el cliente se había ido satisfecho y a Namjoon pareció no importarle. Siempre con su pose de superioridad..." necesitas descansar" ...qué sabía lo que él necesitaba. ¡Lo había sacado de su oficina! ¡Su maldita, propia oficina!
Ahora sólo pensaba en llegar a casa y seguir con esa botella que dejó a medias y tomar esas malditas pastillas y así terminar con todo. Atrás habían quedado los gritos de su hermano llamándolo y sentía como su teléfono vibraba. Lo había tirado dentro del auto. Se distrajo un segundo para tomarlo y apagarlo, cuando sucedió. No lo vio, sino hasta que estuvo encima de él. Había llegado a un cruce peatonal y un chico de negro atravesó la calle. Sólo alcanzó a ver sus ojos abrirse y luego desapareció de su vista. Había caído. Asustado Seokjin bajó de su vehículo. Al parecer lo había topado. El muchacho estaba sentado tocando su pie y apretando los dientes como aguantando el dolor.
—Estoy bien, gracias no se preocupen—levantó su mano, para que la gente que se había acercado no se preocupara.
—¡Lo siento, no te vi! —.Seokjin extendía su mano al joven para poder ayudarlo a levantarse. Éste estiró su brazo, pero al ponerse de pie, un dolor en el izquierdo, lo obligó a tirarse al suelo de nuevo.
—¡Usted es un irresponsable, señor!, yo crucé en un paso habilitado. Míreme ahora, probablemente quede inválido de mi pie.
Seokjin lo miró entre incrédulo y avergonzado. Era cierto, era totalmente su culpa y había sido irresponsable. Pero el chico estaba exagerando. No se veía sangre ni nada. Sólo el tobillo un poco hinchado, probablemente un esguince...no era que fuera a quedar invalido...de un pie.
—Ya te dije que lo lamentaba. Ven apóyate en mí y te llevaré a una clínica cercana para que te revisen.
—No tengo dinero para eso. Déjeme aquí...a mi suerte...no importa....
Realmente era un muchacho dramático y divertido, pensó Seokjin.
—Yo pagaré, no te preocupes. Vamos chico. apóyate y entra al auto.
El muchacho lo hizo y miró a Seokjin. Ahora que lo veía tan de cerca, se dio cuenta que su atropellador tenía hombros anchos, bonitos ojos café claro, nariz pequeña y labios... perfectos. ¡Era precioso! Tal vez un poco mayorcito. más de treinta pensó, pero eso era un detalle, ante tanta belleza masculina.
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SPRING DAY
FanfictionSeokjin siente que vive en un constante invierno. No importa el paso de las estaciones, él siempre permanece en invierno. A sus treinta y cinco años, ya no hay razón para continuar esperando la primavera. Jungkook a sus veintidós, está lleno de en...