Final

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El hotel en Busan estaba en pleno centro de la ciudad, por lo que, desde el piso noveno, se podía ver la agitación de un día laboral, además de la ansiedad por las compras navideñas. Si bien la familia de Jungkook no acostumbraba a hacerse regalos, Seokjin había comprado uno para cada integrante de la familia. Más que nada, porque estarían conociéndose y consideraba una falta de cortesía llegar con las manos vacías. Había rehusado alojar en la casa de los Jeon, a pesar de las insistencias de Kook. De ninguna manera quería incomodar a la familia. Además, no sabía que podía pasar una vez que se conocieran. Así es que, por primera vez en su vida, Jungkook no llegó directo a su casa, sino a que, a ese lujoso hotel, donde alojaría junto a su novio. Sus padres no habían comentado nada al respecto, por lo que, al parecer, todo estaba bien.

—¿Crees que deba llevar un pantalón formal? —Seokjin se miraba frente al gran espejo de la habitación del hotel. Llevaba puesto unos pantalones azules texturizados y ahora intentaba combinarlos con una camisa de seda con finas líneas también azules.

Jungkook lo miró y se lo comió con la mirada. Era tan hermoso, que si quería ir con harapos se vería perfecto.

—Yo creo que se vería muy bien. Me gusta esa combinación. Pero cariño, esta es sólo una presentación. Estaremos ahí sólo para hablar. ¿No crees que deberías ir menos formal?

—Yo creo que no Kookie. Quiero causar una buena impresión. Tus padres deben ver que soy un hombre serio.

Jungkook comenzó a reír. Seokjin había estado al borde de los nervios desde hacía dos días antes de partir a Busan. Había hecho y rehecho la maleta unas cinco veces, sin saber exactamente que ropa llevar. El tenía sus elegantes trajes de trabajo, pero consideraba que era demasiado, para una cena familiar. Tampoco se iba a poner sus jeans desgastados, por muy Gucci que fueran.

—Toda tu maldita ropa es de diseñador. Yo voy a ir a casa con mi ropa habitual, hecha por tu cuñada. Sé que estás preocupado, por lo que ellos dirán. Creo que la ropa que elegiste es perfecta. Si tú estás cómodo así y te relaja saber que ir así vestido ayudará..., pues póntelos. Yo te apoyo. Por mí, puedes ir como quieras. La ropa no es importante. Siempre que te miro, en lo primero que pienso, es si parto por desnudarte por la parte de arriba o por la de abajo, para lamerte y saciarme de ti.

—¡Jungkook, no ayudas! No me hables así. No voy a ir con una erección a la casa de tus padres.

—Déjame chupártelo entonces, antes de irnos.

El rostro de Seokjin, se encendió. Desde que había salido de la clínica, habían hecho el amor muy seguido, probando posturas diferentes, incluyendo juguetes, vendándose los ojos y un montón de cosas más, que Jungkook, estaba seguro le había enseñado el pervertido de Yoongi. Naturalmente que él estaba muy agradecido de su hyung por haber instruido tan bien a su novio, pero ahora, no podía mantener las manos lejos de él y quería tener sexo donde fuera y cómo fuera. Había despertado un monstruo insaciable en él. Y verlo ahí frente al espejo, probándose la ropa, lo había encendido.

Seokjin entonces, siguiendo el juego, se bajó los pantalones, y sacó su pene para que Kookie saciara su insaciable "hambre".

Dos horas más tarde, iban de camino a casa de los padres de Kook, que estaba un poco más hacia afuera de la ciudad. Seokjin iba riéndose por haber sucumbido tan fácilmente ante las palabras de Kook. No sólo Jungkook había chupado su pene. Luego él le había devuelto el favor y finalmente habían follado contra una de las paredes de la habitación.

Seokjin sentía que había vuelto a su adolescencia y que sus hormonas definitivamente habían perdido el control.

—¿Qué pensamiento sucio tienes en tu cabeza Seokjin? No has dejado de sonreír, desde que salimos del hotel.

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