Solo platicar era suficiente, era agradable tener a mis viejos amigos de nuevo conmigo, molestos y muy bromistas pero amigos al fin, estaba un poco cansado, desconocía el porqué, pero no le di importancia, se acabaron los saludos y los chistes referentes a la depresión y esas cosas, solo caminamos un rato como si nada estuviera pasando, hablábamos de los días que habían pasado desde mi última aparición en mi ciudad natal, desde aquel día tan molesto que para estas alturas ya estaba perdiendo importancia, no me molestaba lo que pensaran de mí, a final soy yo quien elige que van a creer o no los demas sobre mí, soy el único que decide, sencillo y fácil. Frank nos relataba como le iba en su trabajo de técnico en refrigeración, lo que había aprendido en su puesto y como le estaban pagando y esas tonterías, Simón como siempre se hizo el loco con su propio trabajo, no dimos importancia alguna y seguimos contando anécdotas de días pasados, cosas de la universidad, viajes, reuniones, sucesos relevantes y entretenidos en los cuales me reí por tantas ocurrencias.
- Imagina que estas con una chica, normal, una relación tranquila, pero ella de un día para otro cambia contigo y se vuelve demasiado toxica, a punto de que necesita el reporte de tu ubicación y hasta te pide fotos para confirmar lo que dices – Frank estaba contando una historia que vivió por causa de un amigo.
- Chamo que es eso, que se quiera a sí mismo un poco – Contestó Mei.
- Que simp – Agregó Javier.
- Entonces esta mujer va para mi casa y empieza a golpear el portón de mi casa y me mandó a llamar según porque ella sabía que el pana estaba en mi casa y que sino estaba ya iba a llegar, al final nos quedamos los dos afuera y ella esperando al loco que nunca llegó, armando un lio porque supuestamente yo estaba encubriendo al pana que andaba con otra, cosa que ni siquiera era verdad porque el pana estaba en su casa escapando de su novia toxica.
- Lo que te tocó vivir – Empezamos a reírnos todos.
- Horrible, por favor si quieres una relación pues bien, consíguela, pero si vas a andar con vainas asi es mejor que no lo hagas porque te vas a joder la vida.
- Que cosas.
- Ya esta cayendo la tarde, deberíamos levantar el campamento y empezar a cocinar.
- No voy a cocinar – Exclamó Mei.
- ¿Y quien te lo esta pidiendo? – Contestó Simón.
- Todos los días cocinaba yo, ahora cocinan ustedes.
- ¿Todos los días? – Preguntó Frank.
- Si, todos los días – Simón se acercó a nosotros.
- ¿Cómo siguen vivos? – Las risas se hicieron presentes con bromas tan malas como esas.
- Te pasas Simón.
- La pusiste fácil.
- Javier, me gustaría escuchar otra de tus historias.
- ¿Las fantásticas?
- Ves, él no cree.
- Hermano, estas hablando de dragones y magia, no hay forma alguna de que te crea eso.
- Bueno, es tu decisión.
- Si tienes mas historias, me gustaría oírla – Comenté.
- Bueno alli voy.
- Quiero contar ahora yo – Comentó Mie.
- Ah bueno genial, adelante entonces.
Ya habíamos almorzado, estaba cayendo la noche y se sentía un poco el frio, me puse mi abrigo y le sugería Javier hacer lo mismo, la verdad no me gustaba mucho el frio pero era mas tranquilizador que el calor, saqué unas tazas de nuestra dimensión natal.
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Danza entre la vida y la muerte
FantasiaUna investigadora busca desafíos para superarse y encuentra una aventura peculiar.