La hermana de Lily Evans (Severus Snape x Cala Evans) *Harry Potter

Capítulo 2 Cobertizo

Cala decidió dejar pasar la confusión del hombre, al llamarla por el nombre de su hermana.

- ¿Qué causo sus heridas? - Preguntó ella, desviando la vista hacia Harry. Este seguía atónito ante su súbita llegada.

Cala pudo verlo por fin después de tantos años. Sintió un cariño profundo, tan rápido como cuando recibió aquella foto hace varios años. Se veía tan mayor, y compartía los mismos ojos hermosos de Lily. Desde niña había agradecido siempre - al verse al espejo - por haberlos heredado también.

- ¿Quién eres? - Oyó un tono de voz sorprendido a las espaldas de Harry. El amigo de su sobrino había sido el primero en romper el silencio del trío, ya que este seguía sin responder.

Cala movió su mirada un instante en Ron antes de regresar a Harry.

- Harry, ¿Que causo las heridas? - Repitió con voz clara, no había tiempo de tener esa conversación hasta poner fuera de peligro al hombre, del cual sostenía su cuello. - Si te importa la vida de este hombre, necesito que me lo digas, solo tengo unos instantes para poder hacer algo... - Dejo que sus palabras se desvanecieran, haciendo notar la urgencia en aquello que no dijo.

Si no empezaba el tratamiento, pronto sería fatal.

- Una serpiente lo atacó. - Contestó a la pregunta Hermione - Una bestia reticulada... vimos como lo mordió una y otra vez - Continuó con voz temblorosa.

Volteo a verla, agradeciendo con los ojos, antes de regresar su vista hacia el mago herido, sabiendo que hacer. Sentía la mirada de todos a su alrededor mientras levantaba su varita.

- ¿Q... qué hace? - Cuestionó con voz débil el hombre, levantando con esfuerzo su mano para intentar - sin éxito - bloquear su movimiento de varita.

Ella levantó la mano izquierda, y sostuvo la del hombre un instante, viéndolo directo a los ojos antes de volver a bajarla a su regazo. Posterior a eso utilizo la misma para sostener el cuello del hombre.

- No se mueva - Susurró mientras conjuraba el hechizo - venenum cecidit... venenum cecidit... venenum cecidit... - Pronunció con suavidad cada vez, mientras veía ligeros ríos negros salir lentamente de las heridas del cuello. Noto que algunos salían de entre sus ropas, haciéndola pensar que la serpiente había mordido parte de su pecho también. Al ser sus ropas negras, y con la escasa luz que iluminaba el interior del cobertizo, era imposible distinguir, necesitaba asegurarse.

Tanteó la levita del hombre, y la humedad que sintió al pasar sus dedos se lo confirmó. Sin perder tiempo abrió sus ropas con un movimiento veloz de su varita, ignorando la exclamación de los presentes. Hizo una mueca cuando la vista de su piel le confirmó lo que sospechaba, las heridas estaban en todo su cuello, y casi llegaban hasta el centro de su pecho.

Volteó su mirada hacia el hombre.

- El veneno ha salido de su cuerpo, por lo que ya no agrava sus heridas, pero el daño está hecho... - Le informó - Es vital sellarlas para que pueda comenzar a sanar, y para ello, necesito que aguante lo que viene... - Se perdió unos momentos en los ojos del mago, había algo en ese hombre que le atraía, pero no dejo que esa sensación la distrajera.

- ¿Qué es lo q...? - No alcanzó a terminar de decir el hombre antes de que ella lo interrumpiera, sabiendo cuál era su pregunta.

- Es un conjuro que solo se usa en los casos de mayor grado de mortalidad - Cala le respondió sin apartar la vista de él - Es doloroso, y le dejará aún más débil, pero le prometo que no lo usaría si no supiera lo importante que es para salvar su vida. - No lo disfrazó, fue honesta.