Capítulo 6 La hilandera

737 53 0
                                    

El profesor siempre vestía de negro, algo que notó enseguida por las anteriores ocasiones que se habían encontrado. Sus ropas solían incluir pantalones negros, levita del mismo color con botones que cerraba hasta el cuello, zapatos oscuros, y una capa larga.

Al abrir la puerta sin embargo, noto que no llevaba la capa, y algunos de los botones de la levita se encontraban abiertos. El atisbo de una camisa blanca se hacía notar entre los botones desencajados, por la falta del pañuelo color ébano.

Era su modo relajado por lo que podía ver, ya que seguro no esperaba visitas.

Le causo gracia que incluso en un día de descanso, mantenía su formalidad al llevar un aspecto tan pulcro. Totalmente contrario a ella, quien aprovechaba en usar prendas cómodas y cálidas en días de descanso.

El mago no emitió sonido alguno durante unos largos segundos.

En esos instantes, Cala se preguntó si sería invitada a entrar o tendría que tratar su asunto pendiente en la calle.

Sintió una gota en la mejilla justo antes de que una lluvia suave comenzara a caer con más fuerza, empapando las calles de la zona.

Al parecer eso fue lo que hizo falta, porque el actual director dio un paso al costado sin decir palabra, invitándola en silencio a entrar.

Gracias lluvia

No esperó un momento más y entro a la residencia de Severus Snape, pasando por su lado mientras este se mantenía sosteniendo la puerta.

Apenas se resguardó dentro, el profesor cerró la puerta, el ruido de la lluvia desvaneciéndose. Dedujo que había algún hechizo en la puerta, porque el sonido del exterior desapareció de inmediato.

El pelinegro se adelantó con pasos firmes por un pasillo.

Cala no pudo evitar darle una segunda mirada mientras lo seguía. El mago caminaba con seguridad y pisadas largas, pero notó de inmediato la sutil rigidez con la que se movía. Podría parecer estar bien, pero su cuerpo aún estaba recuperándose.

Lo siguió en silencio.

La casa le pareció algo descuidada y polvosa, recordándole un poco al estado en el que se encontraba Grimmauld Place antes de ponerla en orden. Algunos cuadros antiguos decoraban las paredes del pasillo, retratos familiares pudo observar, notando uno en el que se veía a Snape de niño, con una mujer de cabellos negros y apariencia nostálgica posada junto a él. Ninguno de los dos sonreía.

Rápidamente llegaron a un estudio en el que el mago dio un paso atrás nuevamente, permitiéndole pasar.

La sala era interesante, observó Cala.

Las paredes estaban repletas de libros de suelo a techo, algunos montones de estos apilados en el suelo, cuando los libreros no se dieron abasto. Podía ver que aquí el profesor pasaba gran parte de su tiempo. A pesar del polvo en los libreros, el piso y las superficies se encontraban limpias, al igual que los sillones y el escritorio cubierto de papeles que yacía en una esquina. La chimenea estaba encendida, y un atizbo de una pequeña cocina se mostraba a través de otra puerta abierta, al fondo del salón.

Al inspirar, un agradable aroma a madera, papel y tinta la llenó. A pesar del frío que sintió al pasar por el pasillo, en esa habitación solo pudo sentir confort y calidez. Como dos casas distintas existiendo una al lado de la otra.

El mago cruzó decidido el estudio y la rodeó, quedando frente a ella. Ambos parados en el centro del salón.

Ninguno dijo nada al principio.

Ella se aclaró la garganta.

- ¿Puedo? – Señalo hacia una de las butacas cerca de la chimenea.

La hermana de Lily Evans (Severus Snape x Cala Evans) *Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora