{T R E I N T A Y C U A T R O}

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- Uno, dos, tres, cuatro, cinco... -.Jimin estaba despierto por la mañana, contando lentamente mientras hacia ejercicios respiratorios para relajarse y evitar la ansiedad que le provocaba saber de su madre.

Jungkook llegó detrás suyo para abrazarlo y tratar de calmarlo, pero Park solo pensaba en el momento en el que recibiría el peor tormento existente sobre la faz de la tierra madre, y cómo no estar asustado, si aquella mujer que le dio su miserable vida es quien más dolor le ha causado.

Pasado de Park Jimin

- ¿Es así? No puedo creerlo. -.un par de carcajadas de las féminas en la sala se hacía escuchar.

Un pequeño y adorable castaño de siete años caminaba a los saltitos hasta una de las mujeres, Park Eun-ji; su madre. Ya que quería mostrarle el dibujo que se había esforzado tanto en hacer para ella, que estaba sentada junto a una de sus amigas tomando dulce té.

- Mami~ te hice un dibujo. -.se detuvo frente a ella, sonriendo en grande con sus bonitas y regordetas mejillas.

La mujer detuvo su charla, y miró a su hijo menor con un grado extremo de desdén. Pues Jimin era todo el rostro de su padre además de su complexión, lo que le provocaba cierto asco a la mujer de cabello castaño claro.

- Ugh... Jimin, ¿No tienes a quién más molestar? -.se quejaba su progenitora, sin importar que tuviera una espectadora de su cruel trato a su pequeño hijo.

El castaño se encogía sobre sí mismo al sentir el odio que su madre desprendía hacia él, sintiéndose vulnerable y muy triste.

- Oye, Eun-ji. ¿Es tu hijo? -.cuestionó la mujer invitada, tratando de evitar un poco el trato que le estaban dando a ese pobrecillo nene.

- Ah sí, aunque detesto que me llame mamá. A veces no sé porqué me casé con su estúpido padre, y es igual que él, ¿Puedes creerlo? Una versión miniatura de ese afeminado bastardo, no puedo descansar un segundo. -.su mueca de asco solo lograba intimidar más al pequeño niño que abrazaba con fuerza su dibujo hecho con tanto amor.

- Pero es tu hijo, deberías darle un mejor trato. Él no tiene la culpa de tu matrimonio fallido. -.la mujer desconocida para Jimin intentaba defenderlo.

- Eso a ti no te importa, Hana. -.le enfrentó.- Ni siquiera estoy segura de que no lo hayan cambiado en los cuneros por error. Porque eso es lo que es, un jodido error.

Cada palabra rompía más el pequeño y débil corazón del nene enfrente de ellas, llorando en silencio mientras escuchaba el odio que su madre le tenía. ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué no lo amaba igual que a su hermana? No entendía nada de porqué su mamita era así.

***

Un Jimin de 12 años estaba sentado en la mesa del comedor, mirando fijamente su plato de alimentos mientras escuchaba a su alrededor el chirriante sonido de los cubiertos usados por las otras personas presentes. Personas que eran casi desconocidas para él aunque lleven la misma sangre.

- Jimin, hijo debes comer. Se enfriará. -.esa voz dulce pertenecía a su padre, que estaba sentado a su lado a la cabeza de la mesa.

- Será mejor si no come, ya ha subido mucho de peso. -.y no podía faltar su madre.- Debería dejar de perder tiempo en bocadillos y aplicarlo en estudiar, sus calificaciones son una deshonra para nuestra familia. El hijo de la familia Kang está en primer lugar de todo.

- No tengo hambre. Gracias, papá. -.susurró intentando no llorar.

Si bien no le iba de lo mejor en la secundaria, esa no era razón para recibir tanto odio de quien debería protegerlo de todo mal. Incluso lo comparaba noche y día...

12:00a.m         [TaexRapLine+19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora