Capitulo 9

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Ara

Siento como los rayos de sol de la mañana se asoman por la ventana de mi habitación logrando que me despierte.

Una vez despierta me levanto, lo primero que viene a mi mente son los recuerdos de la noche anterior. La fiesta, mis compatibles y que me estoy quedando sin excusas para seguir evitándolos.

Nuestra compatibilidad no va a ser fácil y no solo porque ellos sean diez o el loco de mi acosador personal. Es el hecho de ser parte de las familias fundadoras.

Las decisiones del continente siempre han dependido que las familias fundadoras estén todas o la mayoría de acuerdo. Cuando mis padres eran jóvenes, el delicado equilibrio casi fue roto cuando la familia Schulz se dividiera en dos facciones.

Si los Schulz o cualquier otra familia se dividieran en dos o más facciones, el poder de las familias estaría cada vez más divido y el ponerse de acuerdo sería cada vez más difícil. Por eso, desde hace unos años se decidió que los hijos de las familias fundadoras pertenezcan a una misma facción.

Pero mi compatibilidad con los Schmidt podría generar nuevas discusiones, ya que las familias Schulz y Koch podrían creer que la unión de dos familias fundadoras creería un, desbalance en el delicado equilibrio. Unir dos familias significa tener el cincuenta por ciento de las decisiones a seguir en lo personal, creo que eso nunca pasará conozco a mis hermanos y creo que ayer dejaron bastante claro que no les agranda mis compatibles.

Decido por mi paz mental que me voy a preocupar, por eso después, ahora iré a desayunar.

***

Creo que empiezo a entender a Emma no hay nada mejor que un buen desayuno para empezar bien tu día.

—Señorita Ara—uno de los tres guardaespaldas que mis hermanos dejaron para cuidar de mí después de que mi cara y ubicación fueran transmitidas en vivo, se acerca—sus compatibles quieren hablar con usted.

Creo que Emma se equivocó, no hay desayuno que mejore esta situación, no puedo seguir evitándolos.

—Déjalos pasar.

El guardaespaldas se va y vuelve con diez hombres muy bien vestidos detrás de él. Cuando nos deja solo, ellos se sientan en una mesa para once esperando que los acompañe.

—Todavía no termino mi desayuno—al ver qué esperan que me acerque a ellos—y tengo intenciones de dejarlo a la mitad.

Cuando se dan cuenta de que no estoy dispuesta a abandonar mi desayuno, Milos y Eros me ayudan a trasladarlo a la mesa en la que se encuentran sus hermanos.

—Hola Ari—Milos deja un beso en mi mejilla como saludo. La verdad, su acción me sorprende.

—Hola Milo—le devuelvo el saludo besando su mejilla de vuelta y me sorprende que sus mejillas tomen rosa casi imperceptible—al menos uno de ustedes es lo suficientemente educado como para saludar.

—Pondríamos decir de ti cariño—cuando mis ojos se encuentran con Alexio me estoy acostumbrando a la indiferencia cuando me llama cariño.

—Los que interrumpieron mi desayuno fueron ustedes cariño—los dos podemos jugar querido Alexio y hay algo que ellos todavía no saben, pero pronto descubrirán que yo siempre gano.

—Tienes razón—mis ojos abandonan ojos negros para mirar a Eros—hola Ara—después de que Eros me saludé, los demás lo hacen de igual forma, excepto Alexio.

—Idiota—murmuro lo suficientemente alto para que escuchen Iker e Izan que están sentados a mi lado

—¿Dijiste algo?—pregunta Alexio.

—Mmm no nada—sonrío de manera inocente.

—Bueno, Ara veníamos a hablar de nuestra compatibilidad—Conan interrumpe el venoso intercambio con Alexio y yo que me estaba empezando a divertir.

—y de que me querían decir.

—Queremos tener una conversación, no venimos a darte un discurso.

—Está bien, señor Conan prometo poner de mi parte.

—Podemos empezar con omitir el señor—la sonrisa que me regala logra que me relaje y no sé por qué.

—Lo primero es ver en dónde viviremos—Bono es que habla y su voz genera algo en mí que no sé descifrar.

—Mientras no estemos muy lejos de Nafil no tengo problema en mudarme con ustedes.

—Viviríamos en la capital—a dos horas de casa.

—Por mí no hay problema—le regalo una sonrisa dulce a Bono—está lo suficientemente cerca, para ir a casa de mis padres.

—¿Hay algo en específico que quieras en el departamento?—Ezra pregunta—para tenerlo listo para cuando te vayas a vivir con nosotros.

—Quisiera tener una habitación para mí sola—no me imagino compartiendo mi habitación con ellos—también quiero conservar mi auto, disponer de tiempo a solas cuando lo necesite y quiero seguir trabajando.

—Me parece bastante justo—en el poco tiempo que llevo con ellos me he dado cuenta de que Milos es el más dulce—si después de pensarlo necesita algo más no dudes en decirnos.

—¿Hay que yo necesite saber de ustedes?—les pregunto a todos.

—¿Quiénes son los hombres que están en la puerta?—Cain ignora mi pregunta y me molesta tener que responder sus preguntas cuando ellos ignoran las mías.

—Son mis guardaespaldas, no eso obvio—respondo sarcásticamente escondiendo mi enojo.

—¿Por qué necesita de guardaespaldas?—la pregunta de Alexio provoca que todas las miradas se enfoquen en mí—¿Tienen esto, algo que ver en lo no querías que tus hermanos nos dijeran?

—Sí—respondo de madera relajada.

Cuando ven que no tengo intenciones de explicarles se miran entre ellos hablando en un idioma desconocido para mí.

—¿Y no nos van a decir que es?—Cain vuelve a hablar.

—no sigo sin querer que sepan por qué tengo guardaespaldas o porque mis hermanos se preocupan tanto por mi seguridad.

—Ara somos compatibles, puedes confiar en nosotros—los ojos grises de Erik intentan expresar confianza.

—Dije que no.

—Deja de ser tan caprichosa y dinos que es—Alexio intenta intimidarme.

—he dicho que no—me levantó de la mesa provocando que ellos imitan mi acción—si crees que voy a confiar en ustedes en tan solo dos días están muy equivocados y ya te lo dije una vez Alexio a mí no me das órdenes y si me disculpas termine con esta conversación.

—Ara espera.

—No Milos dije que termine acá—me voy la vuelta y salgo del lugar sin mirar atrás.
 

 

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