Capitulo 20

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Cain.

No puedo creer que después de que desaparezca se haga la víctima llorando. Nunca pensó en nosotros en el pánico de no saber en dónde si estaba bien. Y ahora quiere salir de esto llorando.

Es una niña que no piensa las cosas antes de hacerlas. Nunca antes había tenido tanto miedo como cuando la fui a despertar y no estaba. Nosotros diez nos habíamos levantado temprano para preparar el desayuno y contarle que nos habíamos tomado una semana de vacaciones para pasarla con ella y ella no estaba en ningún lado.

No sé cómo Alexio parece tan calmado, yo que lo conozco puedo ver el enojo que intenta ocultar. A Iker casi le da un ataque de pánico por el miedo, toda esta situación le recuerda lo que pasó con su hermana pequeña. A ella nunca le importo lo que nosotros podíamos sentir.Mientras nosotros nos volvamos loco buscándola, la señorita estaba de compras sin contestar el maldito celular. Y lo que más me molesta es que el estúpido de Blaz fueran quien la encontrara, no confío es ese tipo.
No me creo esa actitud de vecino preocupado, nunca le importo ser buen compañero y desde que llegó Ara no deja de aparecer.

—¡¿Puedes dejar de llorar?!—no le creo su actuación.

—Cain no le hables así—como no Milos creyéndole todo—no ves que lo siente.

—¿Lo siente?—no puedo creer esto—no parecía importarle lo que nosotros sentimos mientras disfrutaba de su café con Blaz.

—Pareces celo hermanito—Conan tiene razón, estoy celoso de ese imbécil, él a interactuando más con ella que yo y eso está matándome de celos.

—¡Es suficientemente!—Alexio habla en voz alta intentando calmar el ambiente—esto no puedo seguir así.

Estoy muy enojado con ella por irse sin avisar, conmigo por no saber cómo acercarme a ella y sobre todo estoy molesto porque verla llorar me parta en dos. Quiero estar molesto con ella y que entienda que no puedo desaparecer por qué sí. Pero también quiero abrazarla, pedirle que deje de llorar y sobre todo quiero volver a ver su sonrisa.

Esa sonrisa que tanto espero ver cuando llegó de un largo día de trabajo. A pesar de mis ganas de seguir enojado con ella, me calmo y me acerco a ella.

—Siento haberte gritado—sujeto su mano—pero no puedo ir sin decirnos nada.

—Y contesta tu celular cuando te llamemos—agrega Conan.

—Nosotros podemos entender que necesites tu tiempo a solas—continuo—pero habla con nosotros, estamos juntos en esto.

—Yo siento no haber pensado en ustedes—la voz se Ara sale entrecortada—les prometo no volver a hacerlo—por primera vez desde que me senté a su lado, me mira a los ojos—pero ¿crees me podrás perdonar?

Todo el enojo que sentía hace unos minutos desapareció.

—Si corazón te perdono, todos los hacemos.

—Ahora, ¿por que no nos muestras lo que compraste mientras nos hablas de tu mañana?

Sus ojos brillan con lo que parece alegría y aunque un poco más tímida ahí está esa hermosa sonrisa.

***

Pasamos el resto del día viendo a Ara probarse todo lo que se compró. Después de un rato, Ara se va a bañar dejándonos solos.

AraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora