Las decoraciones resaltaban el edificio de los estudiantes 1A, luces, telaraña falsa, calabazas y no podían faltar los dulces.
Aunque eso último siempre desaparecía, el bol con los caramelos como centro de mesa estaban vacíos.–¡¿Quien rayos se atreve a comerse los dulces?! ¡Se supone que son para la noche de películas!
Mina observo a sus compañeros de clase con detenimiento. Ellos negaban tal acusación, cada uno tenía su tarea. No tenían tiempo para robarse caramelos.
–Es el colmo. Aquí hay un traidor y voy a averiguar quién es.
La de tez rosada desapareció saliendo de la vista de todos. Su primer plan era una carnada en medio de los sillones. Un puñado de caramelos estaban allí con un cartel diciendo gratis.
Tenia una cámara para reunir pruebas de quien era el culpable. Una foto seria suficiente para ello.
–¡Oye, Mina! Necesito tu ayuda aquí.
–No puedo.– negó viendo a Uraraka –Debo saber quien es el ladrón de dulces.– regreso su mirada a los dulces. Y para sorpresa de ella, ya no estaban.
Plan A. Fracasó.
Su siguiente idea fue poner otro montón de dulces en el suelo, pero esta vez una caja colgaba del techo y caería al momento de ver al culpable.
Típica trampa para conejos.
Espero cerca de diez minutos, pero nadie había aparecido. Aunque, ahora que lo pensaba una caja no atraparia al culpable si resultaba ser uno de sus amigos.
La caja era muy pequeña. Suspiro rendida, tendría que cambiar todo y pensar otra cosa. Se puso de pie para desmantelar su trampa.–Mina, ¿quieres probar el chocolate?
–¡Si! Enseguida voy.– respondió la chica. Se encaminó a su trampa, pero al descuidarse un segundo con Tsuyu la caja cayó –¡Si!
Ashido empezó a celebrar, su plan había funcionado, algo cayó en su trampa ya que la caja de cartón se sacudía.
–¡Te atrape ladrón de dulces!– quito el objeto –Ahora veras... ¡¿Un conejos?
La mascota de Koda estaba allí intentando ser libre, cuando ya no tuvo la caja salió huyendo en saltos.
Mina regreso su mirada, los dulces ya no estaban. No era posible que la pequeña criatura se haya acabado todo en segundos.La situación se torno seria.
(...)
–Descuida, Mina. Tal vez sea otra clase haciéndonos bromas.– Momo tranqulizo a la pelirrosa.
–Pero no tiene sentido. Es una broma horrible, ahora no tenemos con qué acompañar las películas de terror.
Ashido suspiro desilusionada. Luego se varios intentos fallidos se rindió. La clase se preparaba para las películas, tenían bebidas e hicieron palomitas.
–¡Bakugou! Ven, estamos por ver películas de terror.
Todas las miradas de los adolescentes pararon en el rubio cenizo, no supieron si reírse, desmayarse o... reírse de nuevo.
Katsuki Bakugou apareció disfrazado como un lobo, con las orejas, cola y un collar en su cuello. Una camisa blanca, abrigo verde rasgado abajo y un pantalón negro con botas marrones.
–¿Que diablos miran, idiotas?
–Nada. Es solo que...– Kirishima quedó sin palabras.
–¡Te ves tierno con tu disfraz!
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𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠 𝐵𝑎𝑘𝑢𝑔𝑜
Random-Jamás seré más que eso para ellos. -Eres como eres. Mi familia.