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Cerro la cremallera de su chaqueta haciendo que la prenda cubriera su figura. Suki levantó la cabeza observando a su hermano.

—¿Estas enojado?

—No.

—Pareces enojado conmigo, ¿hice algo malo? ¿Es por que saldré?

—No. Ya puedes irte, te espera afuera.

Katsuki se puso de pie, tomo la mano de su hermana y ambos salieron del edificio. La menor sonrío cuando la vio afuera con Aizawa.

—¡Eri! Ven, quiero probar si ambas entramos aquí.

Ambas se alejaron unos metros. Suki acercaba lo más que podía a Eri en su cuerpo e intentaba cerrar la chaqueta.

—Seguro ya sabes lo que dijo.

—No me interesa.

—Bueno. Pero seguro te calmara un poco. —Aizawa hablo— No quiso ir.

—¿Que? —el estudiante observo a su profesor.

—Le dije todo lo que te dije a ti, también que podría ayudar a los héroes, pero se negó de inmediato. —respondió— Me dijo que era suficiente verlo de vez en cuando es sus pesadillas. No quiere verlo ni en foto, le tiene mucho miedo.

Katsuki se cruzo de brazos— Es comprensible.

—¿Ya estas más calmado? No te comportes como tonto solo porque ella debía tomar la decisión. Consejo como profesor.

El rubio ceniza dirigió su mirada a su familiar, ella levantaba su brazo al lograr que junto a Eri pudieran entrar en la chaqueta perfectamente.

Era un peso menos en su cabeza.

Ahora podía dejar ir tranquila a su hermana con Eri.

—Entonces...

—Recuerde traerla temprano.

(...)

—¿Dices que la señora Mimi discutió con Momo por comer otro tipo de galletas en ves de las suyas?

—¡Si! Fue algo raro, porque la señora Mimi no hace galletas. Kacchan cambio de canal antes que la pelea siguiera y cuando conseguir quitarle el control y volver el programa había sido sacado.

Suki explicaba su programa de televisión del otro día mientras ambas dibujaban en la tierra con ramitas y Aizawa las veía de lejos.

—Que raro.

—Si, pensé lo mismo. Y hoy tampoco volvieron a dar el canal. Le pedí a Kacchan que averiguara y me dijo que tuvieron un problema con los personajes.

—¿Un problema?

—Hm. —la rubia asintió— Quise leer la noticia, pero no me dejó. ¡No lo entiendo! Es mi programa, quiero saber que sucedió.

—¿Quieres que le pida al señor Shouta que investigue? Quiza nos diga algo.

—No. —detuvo su labor de dibujar en la tierra. Sonrío. Observo a Mimi y Momo dibujados con la rama— Tengo una mejor idea.

Ambos volvieron a las habitaciones de la 1A, algunos estudiantes de la clase estaban ahí hablando entre ellos o jugando en la televisión.

—Repite el plan. —pidió Eri.

—Yo pediré a uno que busque sobre el programa, luego lo distraigo con algo y tu le quitas el celular.

—¿Sabes leer?

—Si, ¿tu no?

—Un poco...

—Descuida, Eri. Yo te enseñaré lo más que se. —sujeto sus hombros dándole ánimos.

La peliblanca asintió sonriente.

Entonces el plan se puso en marcha. Y el objetivo fue Kaminari Denki quien estaba solo en la mesa con su teléfono.
Su idea empezó bien, Suki le pidió buscar información sobre su programa, e hizo la misma expresión que Katsuki al leerlo.

—Bueno... Dice que pronto volverán, así que...

—¿Me traes un vaso de jugo?

—¿Que?

—¡Por favor! —uso su mejor habilidad que poseía. Ojos de cachorro.

Denki no pudo resistirse y camino hasta la cocina. Eri tomó el celular desde abajo de la mesa y ambas se alejaron hasta llegar a la puerta principal.

—Léelo, léelo, Suki.

La Bakugou asintió. Encendió la pantalla y la pestaña donde estaba la noticia seguía allí.
Paso sus ojos en cada palabra intentando entender el texto, pero eran muchas palabras que la confundían.

Solo pudo entender claramente una palabra.

—¿Que significa "infiel"? —observo a su amiga a su lado, ella alzó los hombros igual de confundida.

—¡Suki, no leas eso!

Kaminari se lanzó contra ellas derramando el jugo en el suelo. Extendió su brazo para tomar su teléfono, pero sin poder evitarlo o controlarlo un rayo se desprendió de sus manos.

Ambas se asustaron al ver que iba hacia ellas. Eri cerro sus ojos paralizada, solo escucho dos diferentes de gritos.

Luego un llanto.

—¡Suki! —Eri abrió sus ojos encontrando a la rubia frente a ella, su brazo tenía una pequeña quemadura.

—¡Ah, perdóname, Suki! ¡No quise lastimarte! No llores, no llores.

—¡Kacchan!

(...)

—¿Ya no te duele tanto? —Eri pregunto preocupada por su amiga.

La rubia negó con una sonrisa— La señora enfermera de la escuela dijo que sanaria pronto.

—¿Que paso con el chico rayo?

—Bueno...

Ambas dirigieron la mirada hasta cierto rubio lleno de golpes en su rostro. Y a pocos metros el Bakugou con una mirada asesina.

—Él estará bien. —respondió Suki no dándole importancia al estado de Kaminari.

Eri observo el brazo de la rubia. Apretó sus labios y no pudo detener unas lagrimas que bajaron por sus mejillas.

—¿Por qué lloras?

—Por mi culpa estas herida... Yo...

—Te ves fea llorando.

—¿Que? —levantó su mirada ante tal declaración.

—Que te ves fea llorando, deja de hacerlo. Nada fue tu culpa, yo quise protegerte. —admitió.

La Bakugou mostró una sonrisa.

—Soy una heroína, mi deber es proteger a todos. Tu eres mi amiga y te protegeré de todos esos tontos.

—¿Héroe? ¿Como las personas de aquí?

—¡Si! Voy ser una gran heroína y los protegeré a todos, empezando contigo. Somos mejores amigas, ¿no?

Eri limpio sus lágrimas con la manga de su ropa. Levantó su cabeza mostrando una gran sonrisa.

—¡Si! —Suki imito su expresión.

—¡Sigue pidiendo perdón, extra!

—¡Pero ya lo hice cien veces!

—¡¿Te pregunte cuanto?! ¡Te dije que siguieras pidiendo perdón!

—¡Lo lamento, Suki, Eri!

Ambas niñas ignoraron las súplicas de perdón por parte de Kaminari.

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Hola! Que les pareció?

Me enfoco un poco más en la relación entre Suki y Eri, ya de habrán dado cuenta. Je.

Ahora... que pasara?

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Plus Ultra!

𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠 𝐵𝑎𝑘𝑢𝑔𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora