019

78 9 0
                                    

Jugaba con los dedos de Katsuki intentando no tener miedo, así sabría que él seguía a su lado.
Solo dirigió sus ojos dos segundos a su otros, después volvió a apartarla. Incluso en la pantalla se seguía viendo grande, ¿no podía verlo a través de un celular?

—Escuche unas cosas sobre ti. Tu vieja amiga Sakuya me dijo un par de cosas, le caías bien.

—¿Sakuya? —repitió la Bakugou.

—Me gustaría hablar contigo a solas

—Por supuesto que no. —Katsuki negó de inmediato dejándose ver en la pantalla.

All for one mostró sus dientes con una sonrisa. Suki abrazo el brazo de su hermano, este frunció el ceño.

—Entonces el trato de cancela. Fue un gusto verte, Suki.

—¡Cierra la boca!

—Kacchan, cálmate... —pidió su hermana. Él volvió a tomar asiento.

—¿Nos dejan solos o no?

—Yo... Solo un minuto, ¡pero mi hermano se quedara al otro lado de la puerta!

—Me parece perfecto.

Katsuki fue arrastrado a regaña dientes por su profesor, ambos se quedaron tras la puerta esperando a que ella saliera.

—¿Como se atreve sacarme de allí? Dejo a mi hermana sola con ese monstruo. Solo.. vaya a saber quien de que hablan. ¡Esta loco!

—¿Quieres calmarte? Hay cámaras dentro y ella puede salir cuando quiera. Esta bien, tu hermana está segura.

El Bakugou pateo la pared a su lado, empezó a dar vueltas en círculo mientras los segundos pasaban. No podía escuchar nada del otro lado, desearía poder ver las cámaras, pero estaban más lejos.

Y no se alejaría ni diez metros de su hermana.

Pero sentía que pasaban horas. Se supone que solo sería un minuto. ¿Por qué tardaban tanto?

—¡Kacchan!

Inmediatamente la puerta exploto en pedazos. Busco a su hermana con la mirada, no tardó mucho en verla en el mismo lugar. Dirigió sus ojos hasta la pantalla, el objeto tenía la pantalla partida y echaba humo.

—¡Suki!

—¡Quiero irme ahora!

(...)

¿Cuanto pasó? Al menos dos semanas. A fines de Diciembre.


Ella no asistió a sus clases, pero una persona traía su tarea. El problema es que los libros estaban tirados en su cuarto sin hacer.

No tenía ánimos. Y menos si siempre tenía esas palabras en su cabeza.

《—Seguro no te agrado. Pero lo que debo decirte es muy importante, Suki.》

Aun no lo entendía. ¿Para que decirle todo eso? Ella ya no tenía nada que ver en eso.
Volvió en su al ver su crayon se quebró por exceso de fuerza. Suspiro cuando vio su dibujo, una línea roja paso encima de su arte, arruinandolo.

Subió a su habitación por más hojas, y que mejor que quitarle a Kacchan. Toco la puerta varias veces, espero unos segundos. No respondió.

Decidió entrar, no fue sorpresa no encontrarlo, seguro estaba entrenando en algún lado. Busco entre sus cosas más hojas donde poder dibujar.

Al estar por abrir el último cajón una mano se estrelló contra el escritorio, provocandole un fuerte susto. Tapo sus oídos y cerró sus ojos.

—Oye. ¿Que haces metida aquí?

𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠 𝐵𝑎𝑘𝑢𝑔𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora