Miro con emoción el enorme edificio frente a ella, sus ojos brillaban como un bebé cuando le dan un dulce.
Había esperado este día desde que entró a la U.A y ahora era su oportunidad.
–¿Te quedaras allí parada?.
–¡Kacchan!– salto a sus brazos al verlo en la puerta –Cuanto tiempo sin verte, ya no nos visitas.
–Porque trabajo, tonta. ¡Ya quítate!. ¡Más vale que estés lista para entrenar!. No me hagas cambiar de opinión por elejirte.
–¡Si, señor!. Digo, no.
–Ponte tu traje, te espero aquí en cinco minutos.
Al pasar el tiempo justo, ella salió por las puertas de cristal ajustando sus guantes, Katsuki frunció el ceño cuando la vio.
–¿Que es eso?.
–¿Eh?. Es mi traje, mamá dijo que era lindo. Pero le quito los guantes de granada, dijo que sería pesado.
–¡No puedes usar algo igual a mi!– tiro de sus mejillas furioso.
–¡N-No me culpes!. Quería ser como tu, pero tampoco tanto, puedo cambiarlo si quieres.
–Tks. Olvídalo. De todas formas me queda mejor a mi.
–Eso no dicen mis amigos...– murmuró pero fue escuchada.
–¡¿Que ellos que?!.
(...)
–Entonces. Mamá quiere saber que haces tanto que ya no vienes a casa.
–Dile a la vieja que trabajo. Soy el número 1 por una razón.
–Si. Claro. Ambos te extrañan, podrías pasar por casa al menos diez minutos. Pienso igual que ellos. Extraño nuestras peleas tontas o como me sacabas a patada de tu habitación, era divertido molestarte...
Desvío la mirada.
Katsuki la vio de reojo, se quito los lentes limpiando sus lágrimas y suspiro.
–Oye. Escu...-
–¡Alguien ayúdeme!.
Ambos corrieron hacia los gritos, un auto a toda por su lado a gran velocidad, varios billetes salían volando por la puerta trasera.
–¡Busca heridos, yo-
Suki paso corriendo por su lado, salto sobre un auto antes de impulsarse con sus explosiones siguiendo al vehículo.
–..los seguiré.– Katsuki termino su frase.
La rubia logró llegar al techo del auto, agacho su cuerpo cuando balas atravesaron el techo.
–¡Sal de mi auto, niña!.
–¡Bájate!– el copiloto salió por la ventana y le apunto con un arma –Adiós, héroe.
Al no tener otra salida espero el disparo, pero eso jamás llego, abrió sus ojos y unos pies estaban frente a ella.
–¡Kacchan!.
–Saca esa arma de su cara, idiota– una explosion lo saco volando de auto, otros héroes de su agencia lo pudieron atraparon.
–Gracias.
–¿Que haces allí sentada?.– giro para verla –Muéstrame que sirves en mi agencia.
–¡S-Si!.
Suki se acercó al conductor, ahogo un grito cuando el auto se movió de un lado a otro, Katsuki solo estaba a su lado haciendo nada.
Queriendo ver si su hermana estaba hecha para este trabajo.
–¡Esto se ve más fácil en las películas!. ¡Ah!.
–¡Suki!.
Su cuerpo empezó a caer del auto, Katsuki intento tomarla del brazo, pero ella logró sujetarse de capo del auto, flexiono los brazos y salto directo al parabrisas destruyendo el cristal y cayendo en el asiento trasero.
–No puedes conducir rápido en una calle así– estiro su mano directo a su cara y creo una gran explosión.
(...)
–Si. Gracias.
Katsuki camino hacia su hermana luego de arreglar todo con los policías.
–Oye, ¿estas bien?– toco su hombro.
–¡Eso fue lo más genial que hice en mi vida!– giro de golpe abrazando a su hermano –Las historias que me contabas no se compara con lo de hoy. Fue tan genial.
Se separo y empezó a balbucear cosas de querer repetirlo o buscar a más villanos.
–¿Crees que mamá se emocionara si le cuento lo de hoy?.
–No lo se. Ya lo veremos.
–¿Que quieres decir?– alzó su ceja confundida.
–Mis esclavos se pueden encargar del resto.– apunto a los héroes que seguían hablando con la policía.
–¿Hablas de la gente de tu agencia?.
–Es lo mismo. Vamos, debes quitarte ese feo traje y volver a casa, iré en unas horas.
–¡¿Lo dices en serio?!. ¡Eso es genial, Kacchan!. Estoy segura que a Kota le gustará ver al número 1.
–Si. Kota. Espera, ¿que dijiste?. ¡Oye, cucaracha!.
–Kota, hola. Adivina quién vendrá a cenar también hoy – la rubia hablaba por teléfono ignorando a Katsuki.
–¡TE ESTOY HABLANDO!.
Tres horas después Suki se preparaba para volver a su casa, ajusto la correa de su bolso y miro a su hermano.
–Entonces te veo en casa, Kacchan.
–¿Algún día dejaras de llamarme así?.
–Nop. Nos vemos en casa.
–Espera.– Suki volteo –¿Ya pensaste en tu nombre de héroe?.
–¿Nombre de héroe?. Bueno... Nuestro sensei nos dijo que lo veríamos mañana, tengo unas ideas pero ninguna clara.
–Dimelas.
–¿A ti?. Prefiero que sea secreto. Tu me entiendes. Tal vez cuando vuelva cambie algunas cosas en mi traje.
Camino de nuevo, pero esta vez se detuvo frente a las puertas, Katsuki frunció el ceño.
–Prepárate, Kacchan.– lo vio de reojo y sonrío –Porque pronto todos conocerán a la reina de las explosiones DynamiteQueen...
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Plus Ultra!
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𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠 𝐵𝑎𝑘𝑢𝑔𝑜
Random-Jamás seré más que eso para ellos. -Eres como eres. Mi familia.