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¿Por qué lo hice? No tengo idea.

¿Me odiaras? Probablemente.

¿Regresaré? No estoy segura.

Pero es lo que mi corazón dice que haga. Debo hacerlo, quiero ayudar a todo aquel que corra peligro por no llegar a una zona segura.
Espero llegues al punto de entender mi decisión, cambie mucho desde ese día. Vi el mundo con mis propios ojos, no es de un color alegre. Yo lo veo gris.

Pero pronto todo se volverá un lindo color blanco cuando todo acabe y los villanos sean derrotados.

Confía en mi. Puedo hacerlo, lo hice sola una vez. Lo puedo volver a hacer. Prometo cuidarme bien, comer sano y entrenar en cada segundo.

Lamento que esto sea de la nada, mamá y papá siempre decían que jamás podía quedarme quieta, corría de un lado a otro.

Ahora correré de un lado a otro para salvar personas.

Lo lamento, Kacchan. No habrán disculpas suficientes con esta carta, soy alguien indecisa. Pero la opción que tomo ahora es definitiva.

Salvare a todos. Como All Might lo hizo una vez. Y no te culpes de nada, eres el mejor hermano que pude tener.

Discúlpame con mamá y papá. Los quiero a los tres.

Dejo caer la hoja al suelo. Viajo su mano hasta su cabello y lo sacudió con furia. La perdió una vez, no quería hacerlo de nuevo.

¿Como paso toda la seguridad sin llamar la atención? No tenia ni la más mínima remota idea.

Katsuki se puso de pie, observo la habitación que le pertenecía a su hermana ahora. Todo esta ordenado, limpio y al mismo tiempo vacío. Solo quedaba esa marca pintarrajeada en la pared.

¿Que no se culpara? Si le hubiera prestado más atención ella jamás se habría involucrado con villanos o su escuela hasta ahora. No habría sido secuestrada dos veces, no debió ser convertida en un arma para acabar con él.

Debía ser una niña y pensar en colores.

—¡MIERDA!

Quito la atención de su pote de ramen y la dirigió al cielo. De la nada le había agarrado un escalofrío que recorrió su columna hasta los pies.
Comió los últimos fideos que quedaban, guardo todo en su mochila, se puso en pie y comenzó a caminar.

Por más que hubiera huido de la U.A., no tenía un lugar a donde ir en especial. Solo patrullar las zonas menos concurridas, buscar en lugares abandonados.
Hasta ahora solo detuvo a simples villanos que intimidaban a la gente que intentaban escapar. Nada serio hasta ahora, la mayoría habían sido llevados a diferentes refugios que estuvieran cercanos o con espacio.

Aun había gente que se rehusaba a estar estar encerrados, no podían confiar plenamente en los héroes de nuevo.

—¡Woah!

Detuvo sus pasos al ver como algo se clavaba en el suelo, retrocedió un poco y levantó la mirada encontrando a una persona en el piso de un edificio en ruinas.

—¡Oye, deberías tener más cuidado! Casi me cortas una pierna.

—Tienes cara de ser un héroe.

𝐻𝑒𝑟𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠 𝐵𝑎𝑘𝑢𝑔𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora