Mi toalla abrazaba mi cuerpo mojado y desnudo. Mientras yo miraba el vestido que apenas ayer Tamara y yo habíamos comprado. Dudando en ponérmelo, dudando en que si se me ve bien y dudando en ir a aquel baile de bienvenida de primer año.
Ayer viernes fue un día peor que el lunes en el centro al comprar el vestido de Tamara. Aunque no hubo tanta gente como Tamara había dicho, al contrario, fue relajado, pero lo relajado se fue cuando mi grande y hermosa amiga decidió empezar a ver tiendas de ropa. Un vestido y otro y otro y otro y otro, fue más difícil encontrar en vestido adecuado para mi de lo que imaginé y no es que estuviera deforme, (al menos eso creo) pero ninguno era para la ocasión, unos eran muy primaverales, otros muy grandes, otros demasiados pequeños, otros muy pegados que hasta sentía como una capa de mi propia piel, otros que parecían de señoras... Bueno, en fin, fue realmente agotador, cansado y agobiante. Hasta que un vestido fue el afortunado de ser el elegido después de 3 horas de andar buscando y lo peor fue que no descansamos para nada.
Ése vestido que ahora está ocupando la mayor parte del espacio de mi cama, desparramado, esperando a que por fin entre en él y ser ya usado de una ves.
Era un vestido asimétrico de color azul aguamarina, tipo strapless, tenía que me llegaba 5 dedos arriba de mis piernas y que cuando me lo medía, se amoldaba perfectamente a mi cuerpo.
Me miré al espejo del vestidor y me di cuenta de que, para ser sincera, tenía buen cuerpo. No como una modelo obviamente y claro está, pero tenía un poco para defenderme. Sin darme cuenta, Tamara había entrado al vestidor, quedando con la boca abierta, mirándome de pies a cabeza sin podérselo creer
-Amiga, ése vestido te queda genial
-¿Tú crees?
-¡Pero claro que por supuesto que si! Sólo mírate, pareces reina
-Ya claro, no exageres, que me quitaras el puesto de exageración
-Ahora falta lo más fácil... Los zapatos, no sin antes tomarnos un helado para festejar que por fin encontramos tu vestido ideal
Los zapatos fueron otra cosa. Aunque fue más sencillo que encontrar el vestido. Fueron unos de color plata, un poco iguales a los de Tamara.
Y aquí me encontraba, indecisa. Tocaron la puerta
-¿Quién?- pregunté sin quitarle la mirada al vestido
-Michnerd, Tamara llegó, la hago pasar?- escuché a Rodrigo al otro lado de la puerta
-Tu que crees?
Y vi la Tamara arreglada, maquillada y hermosa, una Tamara que pocas veces se ve, no tan maquillada, de echo, podría decirse que sólo se maquilló los ojos y la boca. Ahora faltaba yo
-Bien, aquí está tu amiga para ayudarte
-¿Ayudarme a que?
-¿En serio creíste que te dejaría sola en esto? Te ayudaré a arreglarte un poco, aunque no quieras ok
-Pero...
-Nada de peros, ahora siéntate- tomó la silla que tenía para mi escritorio y la puso para que pusiera mi trasero ahí
-Ya que dije que n...
-¡AHORA!
Y como niña pequeña regañada, me senté en un Santiamén con un puchero en la cara. La verdad no quería que mi rostro quedara arruinada por los productos que ahora me pondrían
Me puso frente al espejo y me miro por un momento, frunciendo el seño e inspeccionando mi rostro hasta que me dio media vuelta y puso manos a la obra, hasta eso que no tardó tanto como pensé que se tardaría. Miró mi cabello con un puchero en su cara. Y luego entendí
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¿Enamorado de una Nerd?
RomanceUna chica Nerd, un chico ardiente, un amor... ¿raro? Michelle, una niña con sólo 2 amigos como ella, le encanta estudiar, su mundo son los libros y los números ... Y por otro lado, un chico con mucha onda, flojo y deportista, sólo le interesa las c...