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Diana

2018

Volví a la Fórmula después de tanto tiempo sin pisar carreras. Me había dado un descanso de todo y ahora me moría de ganas de volver y verlos a todos. Sabía que Max estaría por ahí, pero no iba a hablar con él, ni de coña. Era una persona que me había hecho mucho daño y no tenía porque tener relación con ellos. Si que tenia muchas ganas de ver a mis dos chicos. Fui primero a Ferrari para ver a Seb, ya que estaba cerca. Al verme, corrió a la puerta para que casi nos cayéramos al suelo del abrazo.

–¡¿Qué?! ¡¿Cuando?! ¡¿Cómo?! –me comió a besos–, ¡pensaba que me avisarías!

–¡Sorpresa! Ya era hora de venir, os echaba de menos.

–Yo también te echaba de menos –juntó su frente con la mía.

–¿Luego me lo demuestras? –sonreí picarona.

–Aquí no, sonne –se separó de mí riendo.

–Hombre, yo tenía pensado en el hotel o en el coche....

–Vete a buscar a Daniel antes de que Charles te oiga.

–Tarde... –dice el mencionado de espaldas en uno de los sofás.

–Holi.

–Hola –se río y se apoyó en el respaldo–, un gusto conocerte. No se calla ni debajo del agua –inclinó la cabeza señalando a Seb.

–Eres nuevo, ¿no?

–No, vine antes, pero no me relacionaba demasiado con el entorno. Estaba en Alfa Romeo.

–No te conocía.

–Ya –asintió riendo–, se ha hablado mucho de ti. Diana, ¿verdad?

–Sí. Espero que cosas buenas.

–Habia de todo, pero me fío más de Daniel y Seb. Por cierto, ¿sabes que se va a ir a Renault? No soporta a Max.

–Normal.

–Es un poco imbécil, pero mejor llevarse bien para que luego no te den por culo en pista. Que te lo diga Seb.

–No me soporta –ríe él.

–He oído las dos partes y, honestamente, no creo que Max tenga razón.

–¿Sobre?

–Lo de... bueno. Tú tema con los hombres. Qué a ti te guste follar no quiere decir que vayas buscando con cada tío que tienes enfrente.

–De hecho solo he follado dos desde hace más de dos años. Y son ellos. Y Dani me desvirgó, por lo cual...

–Lo sé. Creeme que lo sé –rodó los ojos.

Intente hacer un cambio de tema antes de irme a ver a los demás. Me moría de ganas de ver a mis amigos. Me despedí de Charles y Seb y fui corriendo a Red Bull. Me lancé a por Daniel en cuanto lo vi, subiéndome a su espalda, no se lo esperaba y me tiró al suelo. Cuando se giró a verme, se tiró al suelo junto a mi. Adoraba las ganas de ambos en verme.

–¡Estás aquí! ¡¿Estoy soñando?! –me agarró las mejillas.

–Estoy aquí, cariño.

Me comió la cara a besos y procedimos a levantarnos del suelo.

–Tenía la esperanza de que vendrías a verme.

–Estuve muy liado, lo siento.

–Mientras te hayas acordado de mí.

–Te escribo cada día, no me jodas –se cruzó de brazos y frunció el ceño.

–Lo sé. lo sé.

–Pues ya está –rió él.

𝐦𝐚𝐝 𝐦𝐚𝐱: 𝐥𝐨𝐬 𝐠𝐚𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐬𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora