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Termino de vestirme, esta ropa se siente ligera y fresca, el vestido es largo y me llega a la mitad de mis pantorrillas, no entiendo por qué Yeyin-de tiene este tipo de atuendo, ni de donde lo pudo haber sacado.
Camino un poco y me paro frente a la puerta, esta reacciona a mi presencia y se abre, ya no me sorprende como la primera vez. Tomo una profunda respiración y miro a mi derecha y luego a mi izquierda, los pasillos son oscuros, pero una luz roja se ve emerger de los pasillos. En el momento que pongo un pie fuera de la habitación, el pasillo se ilumina, con una luz del amanecer, eso me sorprende un poco y mientras más avanzó, más partes se van iluminando, mientras lo que dejo atrás, vuelve a la oscuridad y al rojo.

Este sitio no es muy grande, por lo perderme es imposible. Veo una forma parecida a la puerta donde Yeyin-de duerme, y me paro frente, está se abre, y veo el lugar donde llegamos en un inicio. Doy unos pasos adelante, y veo a Yeyin-de en un gran silla, siento la puerta cerrar detrás de mi, y me hace brincar, eso me sorprendió un poco.

-Acércate omman, te voy a mostrar las palabras qué me dijiste que no entendías -

Yeyin-de no se voltea, se mantiene sentado frente a algo que se ilumina en rojos y amarillos, ¿aprenderé a nombrar estas cosas? Quizás no, yo regresaré a mi tribu, y él se irá a donde sea que esté su casa. Camino descalza por ese suelo tan pulido y frío, me paro junto a Yeyin-de, pero no lo miro, me quedo mirando lo que tengo frente a mi, brillo, colores, símbolos qué no comprendo.

- Oomman, te mostraré la tierra, el espacio y entenderás que estamos en mi nave-

La voz de Yeyin-de me saca de mi estado de sorpresa, y lo miro, sus ojos que arden me miran, no puedo evitar sentir un escalofrío cuando lo hace de esa manera, tan fija, es como si mirara a un lobo a los ojos.
Yeyin-de se pone de pie, y con un gesto de su mano me indica que me coloque a su lado, así lo hago y veo como mueve cosas en esa tabla, la luz se apaga, todo en la nave se vuelve oscuro, mis ojos luchan por adaptarse al repentino oscurecimiento. De pronto escucho un sonido y la pared frente a mi se separa, algo de luz entra y miro a mi lado para asegurarme que sigue Yeyin-de ahí, y si lo está.

No tengo palabras para expresar lo que estoy viendo, es hermoso y a la vez es aterrador, mis ojos están tan abiertos qué parece que se van salir, mi boca esta abierta y seca.

-Ese es tu planeta Oomman, yo lo conozco como Urth, y ustedes lo llaman Tierra -

Escuché a Yeyin-de, si lo hice, pero muy lejos en mi cabeza, Tierra, Urth, jamás había escuchado eso en mi vida. Da miedo, entender todo esto y entender lo lejos que estoy de mi tribu, de mi madre, de todo lo qoe conozco. Empiezo a respirar, pero con dificultad, siento mi corazón chocar dentro de mi, sube y baja violentamente, doy unos pasos hacia atrás, mis piernas tiemblan y no me sostienen, choco contra algo, y miró, choque contra Yeyin-de.

Puedo escuchar la respiración entrecortada de la ooman, y su corazón está latiendo rápido, tomo mi máscara, para escanear sus signos, su sangre corre muy rápido, igual que sus pulmones, un colapso puede ser inminente, cuando retrocede, y me golpea levemente, voltea a mirarme, sus pupilas dilatadas, puede perder el conocimiento.

Mis piernas fallan, siento una gran mano en mi vientre qué me sostiene, tengo todos los sentidos alterados, cuando volteo a mirar por segunda vez a Yeyin-de, tiene puesta esa máscara con la que lo vi la primera vez. Sin soltarme Yeyin-de se mueve, e intuyo qué va a cerrar la pared, cuando veo su mano casi sobre la mesa.

-Por favor no –le digo, recuperándome de la gran impresión, mientras pongo mi mano sobre la suya, para detenerlo. Yeyin-de me mira con esa cosa en su cara, hay cero expresión. El retira su mano, mientras se endereza, y también la retira de mi vientre, hubiera deseado qué no lo hiciera, ya que me daba estabilidad. De todas formas, al sentir que mis sentidos volvían a centrarse, volví por mis pasos, y me acerque, ya más controlada, pude admirar la grandiosa escena, y pude entender un significado diferente de hogar.

-Es tan enorme, mi vida no alcanzaría para recorrerlo, y desde aquí es tan pequeño - dije sin dejar de mirar esta maravilla, y pensar que él tiene esta vista. -¿Hay más lugares así en este espacio? - quite mis ojos de la vista de mi planeta, ahora ya entendía el significado de esa palabra, y mire la negrura infinita.

-Si hay muchos más, parecidos, ningun planeta es igual a otro - Yeyin-de se aleja y vuelve a cerrar la pared frente a mi. -Prepárate omman, te llevo de regreso, debo terminar mi trabajo -

-No recuerdas mi nombre, solo me llamas oomman, omman, mi nombre es Chumani, recuerdalo estoy cansada de escuchar oomman, yo si recuerdo tu nombre - no se como saque valor, pero lo miro con seriedad, me sentía molesta.

- Lo pronuncias mal-me dice Yeyin-de y me mira, esperando que le conteste. Imposible ganarle, aunque este indignada, es mejor dejar que gane, al final después de hoy no nos volveremos a ver.

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Una rastreadora y un cazador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora