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Desperté, dormí cálida y profundamente, no sentí el tremendo frío.

Realmente estaba muy cansada, pero mientras esperaba el regreso de Yeyin-de, no podía dormir, jamás había sentido un frío como este.

Aquí en esta habitación, con este fuego crepitando y calentando un poco, no me hace sentir que este en otro planeta, luego recuerdo que estoy demasiado lejos de todo lo que conozco, de mi madre, de mis hermanos, y el peso de esto cae sobre mi como una gran roca en mi mente.

¿Vine, siguiendo a un ser que casi no conozco, bajo la promesa de hacerme más fuerte, solo si sobrevivo? Miro hacia la ventana, el naranja espantoso, qué no coincide con la temperatura de este lugar, agarro la piel y la ajusto. Estoy loca, ¿qué he hecho?

No veo al ser que me trajo aquí, un guerrero feroz, qué puede eliminar cualquier cosa en este planeta, no veo a Yeyin-de y una horrible sensación de terror me invade.  Rápidamente me bajo de la cama, esta piel qué me sirve de cobija, estorba demasiado, la siento tan pesada, como si cargará una gran roca en la espalda.

Ignoro la sensación, ya que dependo de ella para estar caliente, me dirijo hacia la puerta, ni se que es lo que voy a hacer al abrirla, ni a donde iré o con quien hablaré, pero me siento sofocada aquí sola.

Al abrir, me detengo en seco, veo a Yeyin-de detrás, en el mismo gesto de tratar de empujar,y entrar. Me quedo paralizada, observando su máscara, se que el me mira a través de ella.

—¿A donde vas? — el sonido de su voz me saca de mi estado de pánico, poco a poco siento como cada músculo de mi cuerpo de relaja, mi respiración de calma.

—¿Sucedió algo? estas alterada—

—Yo... — digo sin poner  decirle a donde iba o que haría, por que ni yo misma lo se. — Estaba sola, me asuste — Yeyin-de entra a la habitación, obligándome a apartarme, veo que trae cosas.

—¿Qué es eso? — él no me reponde.

—Ponte esto— me entrega una bolsa, con cuatro cosas brillantes. Me quedo de pie mirando como saca una máscara parecida a la de él, pero más pequeña.

Yeyin-de se endeza, y me observa, lo veo suspirar, y se quita la máscara. Hace un movimiento con sus mandíbulas, como si las estirara por estar encerradas dentro de su armadura. Deja su máscara sobre la cama y se me acerca, toma de mis manos la bolsa, y saca una de esas piezas, toma uno de mis brazos y la cosa metálica, con delicadeza me coloca esa cosa en mi brazo, en el lugar donde las mujeres llevan pulseras.

— Hazlo con la otra y en tus pies — me señala el área y entendí como deben usarse, y así lo hago.

—Quítate tu ropa — el me dice, me mira sin inmutarse.

Lo miro con sorpresa, no puedo creer que  me esta pidiendo.

—Después qué lo hagas, preciona este boton en la pulsera —

Yeyin-de se me acerca, y  señala el sitio que debo tocar.

— Eso que esta ahí también es tuyo— el voltea, sigo su gesto y miro las cosas en la cama.

Una máscara muy parecida a la de él y un extraño palo de metal.

—Después te enseñaré a usar el arco — vuelvo a mirarlo, mientras se dirigire a la puerta. —Cuando estes lista baja, nos iremos después de que comas.

Yeyin-de sale del pequeño cuarto, qué ahora se siente más grande sin su presencia.
Hace frío, pero hago lo que me dijo y me quito mi ropa, estoy desnuda y si no fuera por el fuego, ya me hubiera congelado. Aprieto el botón en mi muñeca, escucho el click, y enseguida siento un hormigueo en mi piel, observó y una maya como la que él usa ahora me cubre toda.

Por alguna razón ya no tengo frío y deduzco qué es la maya qué me mantiene caliente. Ahora entiendo por que Yeyin-de no necesita usar una piel para guardar calor. Vuelvo a colocar mi ropa, y me siento feliz y cómoda, tengo mayor libertad para moverme, enrollo la piel y tomo mi máscara y ese palo que él lo llamo un ¿arco? lo miro de arriba a abajo y no entiendo.

Mi estómago me reclama comida así que salgo apresurada, ahora que lo pienso a él no lo he visto comer.

Cuando por fin llego al comedor, busco la figura inconfundible de Yeyin-de entre todos los presentes. Sus rostros y formas diferentes me recuerdan que definitivamente no estoy en casa.

Veo a Yeyin-de, sentado en el rincón más oscuro y lejos del bullicio. Sonrió aunque fuera solo para mi.

Me abro espacio entre la gente, nunca me di cuenta de la conmoción que cause.  Murmullos en palabras que no entendía, sonidos raros, algunos guturales, otros cantarinos como si pájaros trinaran. Mi sonrisa se iba borrando y mi paso se estaba desacelerando, casi empecé a sentir que me paralizada en medio del camino hacia la mesa donde estaba Yeyin-de.

Alguien de pronto se levanta frente a mi, y me corta el paso, levanto mi cabeza para ver de que se trata, piel azul, cuatro brazos, cabello negro y rostro hermoso. Es el sujeto del mercado qué me había sonreído.

Me dice cosas que no comprendo, estoy asustada. Trato de mirar a cada lado de él, necesito ver a Yeyin-de, pero este ser es corpulento y casi tan alto como él. Me sigue diciendo cosas, y solo logro levantar mis manos y realizar el gesto de que no entiendo, hice varios intentos por escurrirme por alguno de sus lados, pero tiene cuatro brazos, no hay forma. Estoy entrando en pánico. Los demás empiezan a rodearme, algunos incluso agarran mis trenzas, y mi piel, quiero gritar.

El hombre azul frente a mi pega un grito de dolor y veo que uno de sus brazos cae al piso, un líquido negro sale de él, mis ojos se abren enormes cuando observó qué de cada uno de sus dedos, salen unos horribles aguijones. Reacciono y veo en la dirección que ese ser mira, mi corazón salta, mi salvador es Yeyin-de.

La multitud se aparta rápidamente, otros salen del lugar. Yeyin-de viene hacia, yo quiero correr hacia él, pero estoy congelada y no es por el frío.

Yeyin-de toma mi muñeca y me lleva con él, agarra mi máscara y la coloca en mi cara, siento como se adhiere a mi piel. Yeyin-de tira algo a la mujer de cabellos de hielo fino, y salimos, dejando a ese otro ser azul, sin un brazo dentro.

Yeyin-de no me suelta, me es muy difícil seguirle el paso, pero no me atrevo a decirle nada, está muy molesto.

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Una rastreadora y un cazador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora