-Maldita sea-. Atrás de la puerta estaba nada más y nada menos que Noah (Eres un maldito bastardo) venia con ropa cómoda, un pants gris claro una camisa blanca y una sudadera igual gris clara, en sus manos traía una bolsa negra algo grande (Si venía a traerme el tóper no creo que haya sido necesaria tremenda bolsa) ahora con que va a salir.
-Así es como recibes a tus visitas, maldiciéndolos.
-Déjame decirte que a ti es al único que maldigo con todo mi ser-. Se me quedo viendo asombrado y dio un paso al frente, con la intención de pasar, pero yo no me moví.
-Que es lo que pretendes.
-Ya te dije vine de visita, dejaste de contestar mis mensajes así que lo tomé como que era bien venido-. Negue con la cabeza.
-Eres un caso perdido, dame el tóper y vete por favor que tengo mucho que hacer.
-Con mucho te refieres ah...-. De aquella bolsa saco un rodillo y lo deslizo por la puerta simulado que estaba pintando.
-Noah que tengo que hacer para que dejes de molestarme-.
-Solo quiero ayudarte, te doy unos concejos y me voy ¿qué te parece? -.
-No te creo nada.
-Lo prometo-. Dijo mientras me frotaba el cabello, haciendo que varios cabellos comenzaran a desordenarse.
-Deja de hacer eso-. Dije mientras sujetaba su mano tratando de quitarla de mi cabeza.
-Déjame ver que llevas, quiero saber qué color elegiste-. Dijo mientras se estiraba para asomarse al interior de la casa -Es enserio, aun no acabas de lijar, déjame ver que lija tienes-. Me empujo levemente mientras se abría paso al interior de la casa (No puedo con él, en verdad que no puedo).
-Ese es el detalle mira esto-. Dijo mientras tomaba la lija que estaba usando -Es super delgada, esta es más como para quitar las imperfecciones de la pared no para quitar pintura, me sorprende que hayas podido quitar todo eso.
Mire hacia otro lado apenada, si había visto varias lijas, pero las más gruesas me hicieron dudar pensé que arruinarían la pared, aunque porque parece que creo en lo que me está diciendo, qué tal si él no sabe nada.
-Tú que vas a saber, eres un Ingeniero, y puedo apostar a que jamás has hecho algún trabajo duro.
-Que es lo que apuestas-. Dijo muy confiado, haciéndome dudar de lo que segundos antes había dicho -Si tú ganas te dejo de molestar, pero si yo gano, me dejas ayudarte con esto-. Se miraba tentadora la propuesta, mire sus manos, no se veían nada maltratadas al contrario se veían suaves, si en verdad hiciera trabajo pesado, estoy segura de que estarían maltratadas.
-No te creo nada, nunca cumples lo que prometes.
-Esta es la primera vez que te voy a prometer algo-. Se ve bastante seguro, pero a decir verdad no pierdo nada con intentarlo, además ya me siento cansada de hacer esto y si el me ayuda terminare más rápido y ya no creo que vaya a existir otra excusa para volver a venir, aunque si gano tal vez y si cumpla su palabra.
-Está bien, pero tienes que demostrarme que es verdad-. Dejo la bolsa que traía en las manos en el suelo y camino hacia mí, después saco su celular y comenzó a deslizar su dedo por la pantalla, ya estuvo que perdí, si tiene evidencia.
-Mira- Volteo el celular hacia mí, había una foto de una pared blanca, que yo recuerde su casa no tenía paredes blancas.
-Y eso que, la descargaste de Google.
-No yo la pinte-.
-Noah ya perdiste vete de mi casa-.
-Es enserio-. Heche la cabeza hacia atrás, ya sabía que iba a salir con una estupidez así.
-Eso no es evidencia-. Deslizo su dedo al costado, era la misma pared, pero mucho más cerca dejando ver varios errores, se miraba bastante mal.
-Okey la misma pared, pero ahora se ve mucho más fea ¿y?
-Tenía 16 años cuando empecé a trabajar con mi tío, ese día mi tío me había dicho que solo cubriera el suelo con una lona para no mancharlo y que no se me ocurriera tocar la pintura, varias veces cuando era chico lo había visto pintar, creí que sería fácil, tome el rodillo lo hundí en la pintura y luego lo deslice por la pared, pero no tenía un orden, me iba chueco, solo lo pase tres veces y con eso basto para que se viera así de mal, cuando mi tío volvió me dio la regañada de mi vida, ni siquiera había puesto la lona en el suelo y lo había manchado, el hizo lo que pudo para corregirlo pero como vez no funciono.
-Linda historia, podría decir que hasta me la podría creer, pero no te veo a ti haciéndolo.
-Ah con que me quieres ver en acción-. Volvió a deslizar su dedo por la pantalla y después de unos segundos me lo volvió a enseñar, esta vez se veía un chico de cabello negro algo delgado, le daba la espalda a la cámara y sujetaba un rodillo mientras se paraba de puntas para que el rodillo llegara a la parte más alta de la pared, tenía la ropa toda manchada de pintura color amarillo, no me la creía que fuera el.
-No eres tú-. Dije dudosa -Tu tienes el cabello castaño- El se soltó a reír.
-Es tinte tontita-. Bueno eso ya lo había sospechado, creo que no estaba de más confirmarlo, deslizo su dedo a la derecha y salió otra foto, está vez si se veía su rostro, con algunas manchas de pintura y una que otra espinilla, era el pero mucho más joven se le tocaba en el rostro aún así se veía bastante atractivo mostrando una gran sonrisa llena de orgullo, pues la pared detras de el ya estaba completamente amarilla.
-Aqui ya tenía 17 ya llevaba un año pintando con mi tío pero aún así me faltaba mejorar algunas cosas- Dijo mientras alejaba su teléfono y lo volví a guardar en el bolsillo de su pantalon admito que me quedé con ganas de ver más de sus fotos de cuando era joven, pero creo que tendría que quedarme con las ganas.
-Creo que ya tienes evidencia suficiente ¿No?.
-Que te da pena seguir mostrándome tus fotos?-. El se dio la vuelta y camino hacia la pared.
-No pero creo que aún nos queda mucho por hacer.
Aún estaba incrédula de que supiera pintar, al parecer no era el niño riquito que creía y estoy segura de que hay un montón de cosas que aún no se de el.
-No exageres, yo ya estoy muy cansada, mejor mañana lo termino.
-¿Ya comiste? -. Pregunto de repente a decir verdad de lo ocupada que estaba ni siquiera había pensado en eso.
-No-. Conteste con la verdad.
-Pues entonces decide, terminar de lijar lo que resta de la pared o cocinar algo-. Es en serio que hueva, tengo cero ánimos de cocinar.
-No inventes, no tengo nada de ganas de cocinar-. El dejo de sacar las cosas que traía y camino hacia mi con el toper que le había dado ayer.
-Tienes que comer Kate, cuando fue la última vez que comiste?.
-No seas tan exagerado, mejor vete a tu casa y ya mañana terminamos-. Dije mientras le quitaba el toper y caminaba a la mesa, estaba limpio, el camino al refri y lo abrió, parece que realmente el no tiene vergüenza.
-mmm... Creo que ya se que puedo cocinar.
- ¿No vas a ir a trabajar mañana?.
-Si-. Caminé al sillón tomé mi celular eran las 7:08.
- Ya es tarde son las 7.
-Aun tengo tiempo-. Dijo mientras sacaba algunas cosas del refri y las colocaba sobre la mesa, parecía como si el viviera allí, tenía un nivel de confianza en el que parecía que no necitaba mi permiso para hacer algo.
Sobre la mesa había huevo, tortillas, queso y jamón, que es lo que va a cocinar.
-¿Que es lo que vas a hacer?-. Pregunte dudosa.
-Te voy a hacer 3.
-¿Tres que?
-Y te lo vas a comer todo-. Lo mire confundida, no tenía ni la menor idea de que es lo que iba a preparar.
ESTÁS LEYENDO
Después de El...
RomanceAveces las personas llegan en el peor momento, o mejor dicho en el momento más indicado, en el momento donde sientes que todo se derrumba y no hay un rayo de sol entre toda esa tormenta, y es allí donde llega una persona totalmente diferente a lo qu...