¡¡Sandra no!!

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Dijo viéndome fijamente, no podía sostenerle la mirada, era demasiado intensa, así que tome la manija de la puerta para abrirla y salir de allí, pero estaba cerrada, me rasque la cabeza (no me la quiere poner fácil) quite el seguro, pero él lo volvió a poner, me di la vuelta y lo mire seria.

-Oye ya, déjame salir-. Se estiro hacia mí, para poder alcanzar la guantera, de la cual saco una libretita que tenía un bolígrafo y comenzó a escribir algo sobre ella.

-Que haces?

-Toma-. Dijo arrancando la hoja, le dio un doblez y la estiro hacia mí.

-Qué es eso?

-Se que no me pasaras tu número así que te doy el mío, tal vez en algún momento necesites algo de mí, y ya con esto podrás contactarme-.  Solté una risita.

-Jamás llegara ese momento, así que no gracias-.  Dije empujando su mano.

-Oye llámalo como quieras, pero para mí el destino, te puso en mi camino, y me ha encantado conocerte, no quiero que esta sea la única vez que te vea, así que por favor solo tómalo y guárdalo, eso es más que suficiente para mí.

-Estas realmente loco, destino dices, literalmente fue casi como un secuestro, te aprovechaste de mí y ahora dices que quieres que tenga tu número, ya te eh dicho antes, no quiero tener nada más que ver contigo, escuchaste.

-Entonces me odias?

-No, simplemente no quiero volver a verte, es mejor así, entiende.

-Oye solo acéptalo y te dejo ir, puedes hacer lo que quieres con él, pero por favor, no me daré por vencido hasta que lo aceptes.

En verdad era un cuento de nunca acabar y solo quería irme a mi casa a descansar, asi que al final termine aceptándolo y como prometió termino dejándome ir, salí del carro y cerré la puerta, realmente era el colmo con él, creí que jamás me dejaría ir, y darme su número, que atrevimiento, camine a mi apartamento, saque las llaves de mi bolso y abrí la puerta, me dirigí a mi cuarto, donde me deje caer en la cama, estaba exhausta y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba dormida.

Tiempo después

Me levanté por el sonido de alguien hablándome, apenas y podía abrir los ojos y cuando estuve más despierta pude reconocer la voz era Sandra quien tocaba la puerta desesperadamente, hay no qué bonita manera de despertar, caminé hacia la puerta y la abrí, ella corrió hacia mí y se aventó a mis brazos.

-Que te sucede-. Pregunte confundida.

-Demonios me tenías muy preocupada te envíe cientos de mensajes y te marqué más de mil veces y no contestabas pensé que te había pasado algo, me sentía fatal-.

Dijo mientras se limpiaba las lágrimas en mis hombros, claro entiendo su preocupación después de haberme abandonado ayer y mas aún de que me había quedado sin pila y no había podido contestarle.

-Ja, era lo menos que esperaba, después de que me abandonaste ayer.

-Oye lo siento, todo se descontrolo y bueno, no tengo escusa, lo siento mucho, no sé qué hubiera hecho si te hubiera pasado algo, no tengo cara para verte ni escusa que darte, te juro que no volverá a pasar, lo siento mucho, fue la peor broma que me pudiste hacer.

-Bueno ya basta de lloriqueos, lo importante es que estoy bien.

-Es un gran alivio, y que paso anoche, estaba algo ebria ayer que la verdad no supe ni como estuvo, pero amanecí en la cama de un chico super OMG.

-No me digas-. Literal lo mismo me había pasado, pero al contrario de mi ella se veía muy emocionada.

-Tengo su número, mira-. Saco su celular y me mostro su foto de perfil, era guapo, pero no tanto como Noah.

Después de El...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora