09

39 8 0
                                    

- Cariño ¿esa es la última caja? - la señora Lee pregunto a su esposo recibiendole con la puerta abierta dejándole el paso libre.

- Por lo visto, si lo es. - El alfa entro a la casa con dicha caja en sus manos.

- MinHo... MinHo!

La mujer llamaba al pequeño pelinegro sin éxito alguno.

El pequeño MinHo dormía plácidamente hecho bolita en el rincón de aquella habitación, sus padres decidieron mudarse a esa nueva locación debido a sus deberes como líderes del clan.

El dejar tu vida de un momento a otro no era la cosa favorita de cierto pelinegro, sus amigos, su escuela, su familia.

Ustedes se preguntarán cómo un niño con apenas 8 años puede ser conciente a tal punto de darse la idea de saber lo que pasa a su alrededor, es entendible el cambiar de aires, es decir, amigos, escuela pero.. ¿su familia? ¿Qué acaso no estaban allí? Sus padres son su familia ¿No es así?

MinHo fue criado con por sus tíos.

Aquellos que vieron crecer al pelinegro no fueron sus padres, ellos estaban muy ocupados resolviendo conflictos y negociando entre clanes para cuidar del pequeño cachorro o no al menos hasta que esté cumplió 5 años.

MinHo consideraba a sus tíos como padres, un par de alfas con sublime belleza.

El tío Key era alto, apuesto e imponente, su cabello negro azabache relucía elegantemente a la par de sus ojos los cuales brillaban de una hermosa manera al combinarse con cada prenda haciéndolos lucir en una variación de tonos verdosos y azulados, sus facciones eran tan finas pero varoniles a la vez, cualquiera que lo viera caería ante sus encantos y eso no es todo.

Key era un excelente alfa, se le reconocía por siempre portar elegancia a dónde quiera que fuera, un alfa que no se dejaba manejar por sus impulsos, serio y justo todo perfectamente equilibrado con una sonrisa dulce que te haría sentir como en casa.

Todos se preguntaban el porque de la soltería de un alfa tan codiciado, la curiosidad de terceros incrementaba al notar la presencia del pequeño a su cuidado.

- Qué afortunada debe ser la madre de ese pequeño.

- Si! Se ganó la lotería, que joven tan apuesto y refinado.

- Tal vez la belleza del cachorro se deba a qué su madre también sea una modelo.

- Qué envidia.

Se escuchaba murmurar a aquellas personas que veían caminando al chico con un pequeño cachorro de la mano, realmente esto no le importa al tío Key, puesto que su única preocupación era la pequeña cosita que caminaba a su lado tropezando torpemente por seguirle el paso.

Un alfa con los pies en la tierra, maduro y centrado todo lo contrario de su hermana.

La tía Taeyeon era alegre y amigable, si, están en lo correcto, hablaba hasta por los codos.

Una alfa despreocupada, coqueta y astuta.

¿Su segundo nombre? La mujer más discreta del condado y nótese el sarcasmo.

A pesar de ello la alfa se hizo cargo del pequeño cachorro de su hermana sin titubear desde que era un recién nacido, aquella joven de ojos esmeraldas, tez blanquecina y facciones delicadas se había ganado el título de madre desde muy temprana edad.

- Pero que lindo cachorro llevas allí, tiene la belleza de su madre.

- Por supuesto que la tiene! Es mío, obvio tenía que salir parecido a mi! - decía una orgullosa alfa con la frente en alto alardeando sobre su falso cachorro que llevaba en brazos.

- Totalmente de acuerdo jovencita.

No importa quien fuera, todo aquel que se topara con la tía Taeyeon caería a sus pies sin siquiera pensarlo dos veces, su gran carisma y belleza embelesaba a todo lo que le rodeaba.

A diferencia de su hermano la joven alfa nunca era cuestionada por el padre del cachorro, si no que... ¿cómo decirlo?

Simplemente trataban de ganarse al cachorro para salir con su madre y así convertirse en la respuesta a la pregunta, oh! grandísimo errooor!

La tía Taeyeon sabía cómo ceder ante ello, si su cachorro no importaba para ellos simplemente bastaba con ahuyentarlos para que no aparecieran de nueva cuenta en su vida.

Taeyeon no buscaba un cuento de hadas, solo beneficios propios y para su cachorro.

Lee MinHo era el niño más afortunado del mundo, sus tíos eran tan atentos y complacientes con él, era como un sueño hecho realidad.

El pelinegro esperaba ansioso el término de horario de sus clases para que su tío Key lo llevará a casa a jugar con él, después de hacer los deberes claro está.

- ¿Cómo te fue Minnie? ¿Te portaste bien? - añadió en un tono tranquilo y cálido.

MinHo no podía responder debido a tal emoción, era tanto lo que quería contarle a su tío que su pequeño cuerpo se inquietaba al no saber cómo responder haciendo que sus manitas jugarán entre sí formulando lo que debía decir.

- Se portó muy bien, es algo platicon y distraído, más es tranquilo la mayor parte del tiempo ¿No es así Lee?

El pequeño asintió a lo que su maestra había mencionado, solo entendiendo que se había portado bien y por ende había ganado la estrellita que portaba en la frente.

- Vaya! Bien hecho Minnie! - añadió Key acariciando la cabeza del ya mencionado apreciando la estrella que portaba. - Bien, hora de irnos, gracias por todo maestra, hasta luego. - se despidió con una pequeña reverencia haciendo que el cachorro imitara sus acciones agradeciendo a la docente para después retirarse.

Aquellas tardes con su tío eran sus favoritas, Key se encargaba de mimarlo y cuidarlo con tal dedicación mientras Taeyeon lo llevaba de un lado a otro haciéndolo disfrutar de los paseos, las tardes de juego con sus amigos, su escuela.

Todo eso quedaba como un buen recuerdo, ahora era tan distinto...

La mayoría del tiempo se quedaba solo en casa, su nueva escuela era algo difícil de sobrellevar al no conocer a nadie y ni hablar de que no contaba con amigos para jugar por las tardes.

- Buenas tardes, son nuevos aquí ¿cierto? - una voz desconocida resono haciendo que despertara.

- Oh, si. Lo somos un gusto conocerle. - respondió el señor Lee.

- El gusto es mío! Espero disfruten su estadía aquí, cualquier cosa no duden en decirnos.

Un curioso MinHo yacía detrás de la silueta de su padre para investigar atentamente de quién provenía aquella voz.

- Hola pequeño! - la mujer le saludo de manera alegre.

Su misión como espía había fallado está vez, saludo de forma tímida presentándose ante ella.

La mujer comenzó a platicar sobre como eran los alrededores y paso a presentar a su familia, ella vivía con su esposo y dos hijos, un chico y una chica ambos betas, los cuales no paraban de ver con tal atención al pelinegro poniéndolo más tímido y nervioso.

Sus padres habían dejado a MinHo ir a jugar con ambos betas, el chico se retiró después de un rato al ser llamado por sus amigos quedándose a solas con la beta mayor.

- ¿Quieres jugar un juego?

Juegos, los niños aman los juegos ¿Porqué no hacerlo?





" Un buen alfa" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora