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— MinHo, despierta o se te hará tarde cariño.

Se escucho de forma inaudible, una voz, sonaba tan familiar... no podía siquiera imaginar que aquella frase era dirigida a él.

— Cariño levántate.

Aquella voz insistía, acaso... ¿era el tío Key?

No, no podría ser él, era una voz aguda y algo dulzona para pertenecer al alfa.

¿Su tía Taeyeon estaba de vuelta?

Debía ser un sueño profundo del cual no podía despertar, la voz se hacia cada vez más y más audible.

— Min despierta.

Una luz perturbaba su vista, los rayos de sol que recaía en su rostro comenzó a molestarlo.

Tacto.

Los cabellos  del pelinegro eran retirados cuidadosamente de su cara.

Sus ojos comenzaron a abrirse poco a poco, miró hacia el techo algo descolocado, estaba en casa, estaba sobre su cama como era costumbre, su cabeza estaba tan agitada y confundida.

Aquella voz no parecía ser un sueño.

— Al fin despertaste cariño, ¿Cómo te sientes?

El joven pelinegro se quedó estático al reconocer la voz que le era dirigida.

— ¿Qué pasa? — preguntó su madre tocando la frente de su hijo serciorandose de que este no tuviera fiebre.

MinHo estaba tan confundido, no sabía que estaba pasando exactamente en aquellos momentos, su madre hablaba de forma tan dulce y tranquila que  le hacia impacientarse aún sin entender comenzó buscando al rededor, algo no cuadraba.

— ¿Dónde esta Innie?

El semblante de su madre cambió de forma drástica, más logró recuperarse.

— ¿El omega de los Yang? ¿Porqué estaría aquí ese omega? — añadió con algo de repele en su voz.

Sin darse cuenta, el joven alfa había respondido a aquellas preguntas que su madre había mencionado sin vergüenza alguna.

— ¿Disculpa Lee MinHo?

Su lobo había gruñido en protesta al escuchar como se referían al pequeño Zorro.

— Creó que haber dicho anteriormente que, el referirse de esa manera al joven Yang, no era para  nada cordial. — soltó sin titubeo alguno mirándole directamente a los ojos.

Su madre en respuesta comenzó a bajar la cabeza de forma inconsciente, el lobo del joven Lee había tomado el mando en contra suya y eso le había desagradado de sobremanera más no podía contradecir, aún no.

— Lo siento cariño, creó que me exhalte un poco. — dulcifico su voz levantando lentamente su cabeza.

— Te traje un poco de té y medicina, ya que acabas de presentarte debes recuperar tus fuerzas.

La alfa entregó la medicina y el té al contrario para que este lo ingiriera y así lo hizo, bajo la atenta mirada de su madre, al terminar solo agradeció con una pequeña reverencia acomodándose correctamente en el respaldo de su cama.

— Y bien ¿Cómo te sientes? — preguntó de manera insistente.

— Estoy bien gracias,  no debes preocuparte.

— De acuerdo, entonces te dejo para que te alistes, esperare abajo para llevarte al colegio.

Y salió de la habitación, aquél tono con el que fue mencionando esas últimas palabras no acababa de convencerle, pareciera que su madre se había decepcionado al escuchar que se encontraba bien, no lo comprendía más esto no era para nada nuevo a decir verdad así que no le daría importancia, comenzó a vestirse y alistar todo aquello que necesitaba para posteriormente cumplir las órdenes que su madre había dicho.

" Un buen alfa" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora