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El profesor Lupin y a la profesora Black

El primero de Septiembre cruce una vez más el pilar que me mantenía separada de la plataforma 9¾.

Había olvidado ese sentimiento de ansiedad por llegar nuevamente a ese tan amado castillo en el que había crecido en compañía de mis amigos y mi familia, observaba a los estudiantes entusiasmados, a los padres nostálgicos, el humo de la locomotora escarlata que recordaba tan fielmente y el olor a uniforme nuevo recién salido de baúl.

Subí inmediatamente al tren, deje mis valijas con el encargado en la parte trasera y me dispuse a buscar un compartimiento vacio. Camine por el pasillo del tren unos cuantos minutos, por el momento habían pocos estudiantes, seguramente todos aun esperaban abajo, mientras sus padres y demás familiares terminaban su despedida.

—Como lo esperaba de Alessa Potter...siempre tan sonriente y bella.

Al escuchar ese nombre sentí como un escalofrió recorrió mi espalda, me di la vuelta inmediatamente y vi a un hombre algo desaliñado asomar su cabeza por la puerta del compartimiento

—Remus Lupin, ¿estás demente? — Le pregunte sonriendo de oreja a oreja—alguien pudo haberte escuchado.

—Nadie me escucho...Alexandra—dijo corrigiéndose a sí mismo, yo me acerque a él y lo abrace, hacía más de un año que no lo veía.

Entre al compartimiento en el que se encontraba y charlamos unos minutos.

—Así que.... ¿profesora? —me dijo él.

—Así que... ¿profesor? —le pregunte yo

—Es complicado....pero si, es bueno tenerte como compañera en Hogwarts nuevamente.

—Igualmente Remus, aunque ahora no somos estudiantes.

—Es una lástima que el mapa de merodeador se haya perdido ¿tienes idea de lo que podríamos hacer ahora como profesores?...nadie nos detendría, ni el mismo Filch.

—Ya estás hablando como James y Si...no importa.

—Supongo que ya sabes lo que paso... ¿se ha comunicado contigo?

—Sí, me envió una carta con Hagrid. —Dije— supongo que no paso mucho para que escapara después de que yo la recibiera, solo espero que este bien, Los dementores estarán cubriendo todo Hogwarts.

—Estamos hablando de Sirius Black...yo realmente no me preocuparía—me animo Remus.

—Tienes razón...Gracias Lunático.

El me sonrió y luego se disculpó, estaba cansado y deseaba dormir un poco, yo asentí dándole a entender que no había ningún problema y mire por la ventana a todos los estudiantes que seguían despidiéndose de sus familias.

Media hora más tarde cuando el tren doblo la esquina para dejar de ser visible a todos aquellos que se habían quedado sobre la plataforma, alguien golpeo la ventanilla del compartimento.

—Disculpe—dijo una chica de pelo castaño y un poco despeinado—todos los demás compartimientos están llenos, ¿podríamos mis amigos y yo sentarnos aquí?

—Por supuesto—respondí.

—Chicos aquí hay uno—indico la joven mirando hacia afuera, mientras tomaba su bolso y lo colocaba sobre el maletero, seguido a ella entro el pelirrojo que había conocido en la librería y que reconocía como un amigo de Harry y finalmente....Harry.

—Señorita Black— saludo Harry.

—Hola Harry—dije feliz por verlo, no habían pasado muchos meses desde la última vez que lo había visto pero cada día crecía más.

The PottersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora