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Un intruso en el castillo

Mis clases eran amenas o al menos eso creía yo, sabía que mis alumnos se divertían y la pasaban bien en clase, mi punto era hacer una clase sumamente teórica lo más amena posible, de otra forma para el siguiente año tendría la menor deserción posible..

Solía visitar a Remus después de clase, tomábamos el té y charlábamos sobre los estudiantes o los viejos tiempos; me gustaba mucho caminar por el castillo y usualmente me sentía un poco asediada por Hermione, quien me había tomado bastante confianza y charlábamos de todas las dudas respecto a las diferentes asignaturas que la joven estuviese tomando ese año. Se quejaba de Snape, lo que era normal, se quejaba de sus clases de adivinación, aunque yo creyera que Sybill era una mujer encantadora. Se quejaba de su propio amigo Ron y de los hermanos gemelos de este último, a quienes ya había castigado dos veces en el primer mes dentro del castillo.

Harry y yo nos encontrábamos casualmente y charlábamos poco, por otro lado su amigo Ron siempre me sonreía y se llevaba la mano al cuello un poco nervioso; En mi opinión era adorable.

Hagrid se mantenía ocupado ahora que era profesor pero en sus tiempos libres se las arreglaba para buscarme e invitarme un poco de té en su cabaña o a caminatas por el bosque con su perro Fang y finalmente los gemelos Fred y George Weasley; que para mí eran la reencarnación de James y Sirius...aunque este último no estuviese muerto.

Esos dos chicos podrían ser si bien unos ángeles, como también unos demonios insufribles y si tenías el "honor" de agradarles, seguramente compartirían sus bromas contigo pero de lo contrario, serias su principal objetivo y eso nunca, nunca, nunca era bueno.

—Travesura realizada—susurraron saliendo por uno de los pasadizos secretos del castillo alrededor de las 11 pm del domingo.

Los vi escabullirse sigilosamente hasta el cuadro de la señora gorda pero antes de que tuvieran la oportunidad de dar la contraseña de entrada yo aclare mi garganta, ambos pegaron un pequeño brinco y miraron hacia atrás. Yo traía mi varita iluminando mi camino por los oscuros pasillos del lugar.

— ¿Se puede saber en donde estaban ustedes dos? —les pregunte tratando de mantenerme seria.

— ¡Profesora! —dijeron ambos con los ojos como platos.

—No es tan malo Geogie—dijo quien supuse era Fred—almenos es un rostro agradable a la vista.

—No como Filch—respondió George.

—Ustedes dos—dije señalándolos —síganme y por cierto...ese pedazo de pergamino, quiero verlo.

—Tan solo es un pergamino vacio, profesora—aseguro Fred completamente tranquilo.

—Accio mapa—dije con un movimiento de varita.

El pergamino voló de las manos del gemelo directo a las mías.

— ¿Cómo sabía que era un mapa?.....espere ¿Sabe cómo funciona? —pregunto George sin creer lo que veía.

—Si George, se cómo funciona, ahora síganme...hablemos en otro lugar.

Los conduje hasta mi despacho en donde estuvieron revoloteando de un lado a otro con suprema confianza hurgando entre mis pertenencias (como papeles, notas, informes y algo de correo personal) como si en realidad yo fuera una amiga de años y no su profesora.

—Podrían sentarse por favor.

—Que linda ropa—dijo Fred... ¿o era George?

— ¡Ya basta ustedes dos! sentados—les ordene con voz severa y entonces tomaron asiento. —Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas—susurre colocando mi varita sobre el mapa. Los gemelos tenían sus bocas abiertas.

—Les entraran moscas...ya cierren esas bocas—les dije y ellos tragaron saliva y cerraron sus bocas. — ¿de dónde sacaron esto?

—Primer año...—dijo Fred.

—Lo robamos de la oficina de Filch. —explico George.

— ¿Nos lo va a confiscar?

— ¿Y tener que lidiar con ustedes husmeando en mi oficina?, no gracias...no lo confiscare Fred, solo no dejen que los vean.

—¿Cómo sabe el funcionamiento del mapa? —pregunto George mientras yo miraba las personas que aparecían en el mapa.

—Conocí a quien lo invento.

— ¿Quién fue?

—Cuatro chicos muy interesantes, pero eso no importa ya, yo....

Me quede helada cuando vi un nombre en particular dentro de la torre de Gryffindor luego de ese nombre apareció otro.

—Chicos, ¿se han dado cuenta de que su hermano duerme con un hombre llamado Peter?

—Lo sabía...Percy es gay—bromeo Fred.

—Me refiero a Ron....

—Creemos que es su rata, llego a la familia hace un tiempo y ya era grande, por lo que puede ser su anterior nombre.

—Ya veo—susurre con la inmensa duda de si ese era realmente el Peter que yo conocia — tengan— dije entregándoles el mapa después de susurrar "travesura realizada" —pero prométanme que me prestaran este mapa cuando lo solicite.

—Pensábamos entregárselo a alguien que puede necesitarlo.

— ¿A quién?

—Seguramente se enterara después, no se preocupe profesora.

—Devuélveme mi pluma George—le dije antes de que pudiera salir por la puerta.

El joven sonrió pícaro y devolvió la pluma a su lugar, yo negué con la cabeza en señal de desaprobación, pero a la vez derrota y luego le sonreí.

—Fuera de aquí...es hora de que regresen a sus camas.

La primera salida a Hogsmeade fue el día de Hallowen, lastimosamente Harry no pudo asistir ya que sus fastidiosos tíos (algún día les hare una educativa visita) no firmaron su permiso, pero cuando el colegio regreso para el banquete, sus amigos le habían comprado algunos recuerdos para que no se sintiera tan mal aunque creo que no funciono mucho. Cuando los alumnos regresaban a sus salas comunes Remus me dijo que tenía que ver algo.

Subimos hasta la sala común de Gryffindor en donde el cuadro de la señora gorda había sido rasgado por completo, la pobre ahora andaba escondida en otro cuadro y aterrada por lo sucedido.... ¿el culpable? Sirius Black,

Esa noche ningún estudiante pudo regresar a su sala común, por órdenes del director todos dormirían en sacos de dormir en el gran salón mientras los profesores hacíamos parejas para repartirnos por todo el castillo o en busca de alguna señal de Sirius.

—Alexa, tu iras con Severus, encárguense de las mazmorras — Dumbledore me guiño un ojo y asentí molesta, la última persona con la que iría a las mazmorras seria Severus Snape, pero como dicen...siempre hay una primera vez.

The PottersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora