Cordelia Black
Los dos meses que me faltaban de embarazo pasaron volando. Me sentía más segura, muchísimo más aliviada y contenta al saber que Sirius estaba a salvo y allí en la Orden junto a mí. La "discusión" que habíamos tenido sobre Igor Karkarov paso a ser algo sin importancia cuando a los pocos minutos de haberme retirado, él fue a ver como estaba. Esa fue la primera vez que sintió a nuestro pequeño bebé moverse dentro de mí; sus ojos se iluminaron de inmediato y dibujo una sonrisa de triunfo en sus labios, literalmente casi llora.
Ese día en particular era 24 de junio. Sentía que mis nervios me traicionarían a cualquier momento y la espera no me dejaba tranquila. Harry presentaría la última prueba del torneo de los tres magos y yo rogaba por que todo saliera como esperaba. Independientemente que no ganara, solo lo quería sano y salvo.
Sirius y Remus estaban en el comedor charlando con Arthur mientras Molly observaba con ternura una esquina de la habitación de Sirius que habíamos adecuado para la llegada del bebé. Todo era color Beige y café claro, Remus nos había regalado una cuna preciosa y había encantado un pedacito del techo sobre la cuna para que simulara el cielo nocturno con estrellas fugaces.
—Dime Molly—pregunte mientras acariciaba mi vientre—después de 7 hijos...creo que tienes la experiencia necesaria para decirme ¿duele mucho?
—Linda—me dijo mirándome mientras acariciaba un osito de peluche—no te preocupes por eso, cuando el momento llegue sabrás soportarlo.
—Aun así quiero saber.
—Es una tortura—dijo como si lo recordara—el peor fue el de los gemelos, creí que moriría.
Seguramente mi rostro cambio de expresión por que inmediatamente me sonrió y me dijo que yo no debía preocuparme por nada pues yo no esperaba gemelos o al menos eso era lo que esperábamos todos.
En la tarde baje hacia la cocina y me encontré a dos alegres y charlatanes amigos recordando viejos tiempos. Sirius tenía una foto de James, Remus, Peter y el en sus manos y junto a Remus, reían recordando las bromas que le hacían a Severus.
—Son lo más cruel del mundo ustedes dos...Severus es una buena persona.
— ¿Lo dices enserio? —pregunto Sirius
—Si...me ayudo un día, cuando comencé con los síntomas del embarazo, lucia preocupado.
—Aun cuando odiaba a tu hermano... —me recordó Remus.
—Claro, pero todos aquí sabemos que James se lo merecía, será el padre de mi sobrino, pero eso no lo quita lo idiota.
Remus se acercó a mí y puso su mano sobre mi abultada barriguita, sonrió pues al tacto él bebe se había movido.
—Tendremos por aquí a un problemático Black.... ¿ya están de acuerdo con que nombre le pondrán?
—Descartamos los que Alessa tenía pensados—dijo Sirius mirándome—eran algo aburridos.
—Aburridos, pero no ridículos como los que tu propusiste—le dije cruzándome de brazos.
— ¡¿Ridículos?! Era el nombre de un antepasado.
—Antepasado Black, de esos mismos que te borraron del árbol de la familia—recordé.
—...De acuerdo—interrumpió Remus—el punto aquí es... ¿ya tienen el nombre?
—Si es niño, será Thomas—dije yo soñando con un niño pelinegro con mirada profunda y rostro de ángel.
—O si, por otro lado, es niña—dijo Sirius—Cordelia.
ESTÁS LEYENDO
The Potters
FanfictionLo seguí aquella tarde de agosto por el callejón Diagon, sus ojos viajaban de un lado a otro admirando todo ese mundo nuevo al cual se enfrentaba, Hagrid lo ayudaba con sus compras, mientras yo solo era capaz de verlo a lo lejos. Mis agallas eran po...