Capítulo XVI

1.1K 94 213
                                    

El tiempo era muy relativo para mí. A veces todo me parecía muy lento, como si las cosas ocurrieran muy poco a poco. Sin embargo, otras veces parecía perderme mil cosas en un solo pestañeo. Todo dependía de mi ánimo, del nivel de estrés que tuviera, y qué tan ocupado estuviera.

Habían pasado ya dos semanas desde la gala de mis padres, el trabajo había vuelto a estar tan ajetreado como siempre y mi tiempo libre se había reducido de nuevo. No me quejaba porque, en cierto modo, eso me daba un equilibrio entre trabajar y tener ratos de paz. Mantenía mi mente ocupada y también me permitía descansos, cuando normalmente esa segunda cosa me costaba horrores.

Con Lando todo parecía avanzar a un ritmo rápido y seguro, como si me aportara cierta firmeza y confianza. Me ayudaba mucho, pues cada vez sabía más y comprendía mejor las leyes. Me ayudaba a investigar y comenzó a incluso ayudarme a redactar los alegatos. La mente avispada que era me seguía el ritmo sin dificultades, justo como yo esperaba, y... Cuando el trabajo en el despacho terminaba, era en la habitación donde también nos entendíamos bien.

Algunas noches leíamos tranquilamente, y en ocasiones él se quedaba en su habitación, aunque la mayoría de veces, dormía conmigo. Algunos días terminábamos agotados y lo único que hacíamos era meternos entre las sábanas los dos juntos y dormir, abrazados y dándonos todo el calor posible pues empezaba a hacer más y más frío. Y un par de veces (más de un par, en realidad), nos permitíamos jugar un poco, provocarnos y tocarnos como ya habíamos hecho. No pasábamos de las mamadas, pero así nos iba bien. Ambos estábamos cómodos y satisfechos con eso, así que de momento era suficiente.

Nuestras charlas eran... Escuetas, al menos si dejábamos a un lado todo lo relacionado con trabajo. Comentábamos lo que leíamos, hablábamos de historia y de geografía, de costumbres de nuestros reinos, de culturas distintas... Pero no nos atrevíamos a meternos en lo personal.

Él seguía pasando muchos ratos con Valky, tocando el piano, jugando con Timo con las espadas, y entrenándose con el arco, pero no tanto como antes, pues ahora sí estaba más involucrado en ayudarme con el trabajo.

En cierto modo, habíamos encontrado nuestro equilibrio para hacer las cosas. Teníamos el tiempo perfectamente dividido entre trabajo, tiempo de calidad juntos y por separado, y momentos de pasión. Todo con su respectiva importancia, todo muy bien repartido.

Un día llegué a la casa al atardecer, después de pasar todo el día en el centro. Esa vez, Lando no me había acompañado. Le di el día libre porque últimamente había trabajado bastante y creí oportuno dejarlo a su aire, pues no quería agobiarlo; yo estaba acostumbrado al estrés de mi trabajo, él no tanto. Bueno, su anterior trabajo era mucho peor, pero eran cosas distintas.

Felisa fue la primera en saludarme, pues fue la cocina el primer sitio en el que entré. Ella siempre estaba allí, le encantaba cocinar. Por eso era el sitio al que acudía siempre nada más llegar.

- ¿Qué tal hoy? – Me preguntó mientras removía algo en una cacerola.

- Me alegra no haberme traído a Lando – admití apoyándome en la mesa. – No he ganado ningún caso.

- No sería tan terrible si le dejaras ver que no eres indestructible, Carlos – me miró de reojo y me sonrió un poco. – No es tonto, lo sabe ya, pero eres tú el que tiene que darse cuenta de que no todo tiene que estar perfecto siempre. No puedes hacerlo todo bien, ¿no crees? – Enarcó una ceja, y yo resoplé y aparté la mirada.

- La gente espera dos cosas de un hombre como yo – dije, – que tenga éxito en mi trabajo, y que tenga una bonita y prolífica familia. Viendo que lo segundo es imposible, al menos quiero intentar lo primero.

Ella me dio una mirada de reproche, y acto seguido resopló, negando con la cabeza. Me quedé mirándola, esperando a que dijera algo más, pero no dijo nada y siguió a lo suyo, así que supuse que no tenía nada bueno que decirme y prefería quedarse callada.

Beligerante || CarlandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora